Haciendo un recuento de la situación económica, política y social de México, con los elementos que constan a los mexicanos, considerando que el gobierno de Morena es el primero de un partido que, cuando menos en el nombre es distinto al PRI y al PAN, y aceptando que no todos los problemas se pueden resolver en seis años, este 2023, a diez meses de concluir, terminamos mal como nunca, en los rubros principales.
La inseguridad se ha disparado y México se ha acostumbrado a la violencia. A pesar de que a inicios de su gestión, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a acabar con la inseguridad, supuestamente atacando las “causas”, con su política de “abrazos, no balazos”, y denunciando a los criminales con sus abuelitas, en sus cinco años de gobierno, se han cometido hasta ahora, 169 mil asesinatos dolosos, un promedio de 93 asesinatos cada día.
Resultados desastrozos si consideramos que en los primeros cinco años de Peña Nieto, se registraron 120 mil 473 homicidios dolosos, un promedio de 66 casos diarios, y en los primeros cinco años de Calderón, se acumularon 95 mil 646 homicidios, un promedio de 52 casos al día, según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
Muy reveladores resultan los datos de una reciente encuesta realizada por GEA-ISA, publicada el pasado 21 de diciembre, por el diario estadunidense, “aldíadallas”, que sólo el 25 por ciento de los mexicanos cree que ahora hay más seguridad que al principio del sexenio, el 71% considera que las actividades del crimen organizado han crecido y se han hecho más violentas, casi la mitad, 46% cree que el presidente López Obrador encubre a los cárteles y la seguridad se ubica como “el mayor desacierto” del gobierno.
En 2023 han ocurrido 427 masacres, principalmente en Guanajuato, con 44 casos, Guerrero con 38, Zacatecas con 33 y Chihuahua con 25 registros. Las de Salvatierra, Guanajuato, Texcaltitlán, Estado de México, Villahermosa, Tabasco, y Cajeme, Sonora son sólo algunos ejemplos.
Sobre el fortalecimiento y mejoramiento de la salud pública, a pesar de que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los países que cuentan con el mejor sistema sanitario son Francia, Italia, San Marino, Andorra, Malta, Singapur, España, Omán, Austria y Japón, López Obrador se comprometió a desarrollar un sistema de salud como el de Dinamarca, sin cumplir.
En tres años creó y desapareció tres programas de salud: el Seguro Popular, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), y el IMSS-Bienestar, mientras los niños y adultos con cáncer siguen muriendo y ven obligados a protestar en las calles y accesos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México buscando ser atendidos y tener acceso a medicamentos.
Según Manuel Mirassou, fundador de la Asociación Mexicana de Metabolismo Oseo Mineral (AMMOM), lamentablemente el 14% de las personas que mueren en México, no tuvieron ninguna atención médica, 6% no tuvo acceso a medicamentos, y las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), demuestran que en 2023 se reportaron más de 847 mil muertes, principalmente por enfermedades cardíacas, diabetes, tumores malignos, enfermedades hepáticas y covid-19, en buena medida por los recortes presupuestarios y cambios en la adquisición de medicamentos implementados por el gobierno.
Los resultados en educación no son mejores, la prueba PISA aplicada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 2022, que evalúa el nivel académico de alumnos de 15 años en todo el mundo, desnudó la incapacidad de quienes están al frente de esta tarea.
México alcanzó un nivel muy por debajo del promedio internacional en Ciencias, Matemáticas y Lectura, con el desempeño más bajo que la media de 81 países, 38 de ellos pertenecientes a la OCDE, con especial descenso en matemáticas, ocupando el lugar 51.
Sólo siete de cada mil estudiantes mexicanos lograron niveles destacados (niveles 5 y 6); uno de cada tres se situaron en los lugares más bajos (niveles 1 y 2). México, en matemáticas, retrocedió 14 puntos con respecto a 2018. En lectura lograron cinco puntos menos que en 2018, y en ciencias nueve puntos menos que en 2018. En todos los rubros México presenta un retroceso.
En inversión pública, en todo el sexenio, todo se reduce a las fallidas obras de la Refinería Dos Bocas, al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), y al Tren Maya, con costos por ariiba del triple de lo presupuestado. Este último con un costo de 515 mil millones de pesos, arriba de los 150 mil millones inicialmente proyectados.
Finalmente en lo que se refiere al combate a la pobreza, según los datos del presidente, con sus tarjetas para adultos mayores, becas y despensas, de 2018 a 2022 la población en situación de pobreza disminuyó de 41.9 al 36.3%, es decir, 5.1 millones dejaron de ser pobres, la población vulnerable por ingresos se redujo de 8 a 7.2%, y la población en pobreza moderada bajó de 34.9 a 29.3%.
El presidente, insiste en que aumentan los ingresos de los pobres, con más salario, más bienestar, se reduce la desigualdad y tampoco le va mal a los de arriba”, que ha funcionado su estrategia, “por el bien de todos, primero los pobres”. Pero la población en pobreza extrema aumentó de 7% a 7.1%, la población vulnerable por carencias sociales aumentó de 26.4 a 29.4% y los mexicanos que viven sin acceso a los servicios de salud pasó, según cifras oficiales, de 16.2 a 39.1 por ciento. El presidente eliminó a los pobres como eliminó a las más de 112 mil personas desaperecidas durante su gobierno; de un plumazo.
Pero la visión del uso del poder de los gobernantes de Morena y de quienes gobiernan en el Estado de Querétaro no es mucha. Ambos partidos de políticos se conciben como dueños de la democracia, y consideran que la única que vale es la suya. Para el panismo, el siguiente nivel consiste en hacer política con visión empresarial. Más allá de modernizar la Avenida 5 de Febrero, se ha dedicado a administrar, a proyectar y promover a sus socios, y a cuidar celosamente sus espacios de poder, incluso al interior de su propio partido, mientras a la población le reparten limosnas, con el cuento, como sus opositores, de que es para combatir la pobreza y la desigualdad.
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