En febrero del 2020, la hoy otrora miembro de la Cuarta Transformación, Irma Eréndira Sandoval, mencionaba a través de redes sociales que Andrés Manuel López Obrador era “el presidente más feminista en la historia contemporánea” y que no solo era su presidente (de Saldoval), sino que era de todas las mexicanas -haciendo referencia a que veía por los intereses de todas-, al instante las burlas y críticas no se hicieron esperar, sin embargo, a casi dos años de esa declaración, la historia ha demostrado que el presidente no ha velado por los intereses de las mujeres de nuestro país -ni por la decadente carrera política de Irma Eréndira, dicho sea de paso-. Todo lo contrario, las mujeres, como otros grupos vulnerables, son de los que más se han visto afectados por el proyecto morenista.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el presidente presumía uno de los principales argumentos -por no decir, el único- que usan para resaltar la agenda feminista de la 4T, que es la “inclusión”, presumiendo por todos lados que fue el primer gobernante con más mujeres en su gabinete y remarcando que combate toda la violencia en contra de las mujeres “por convicción no por moda”. Sin embargo, este único “logro” que se repite como cantaleta es precisamente para intentar quedar bien ante la opinión pública, como si las mujeres de su gabinete fueran un simple adorno para mantener contento al electorado, o como si con su pura inclusión los problemas de igualdad de género, violencia, falta de oportunidades se resolvieran de la noche a la mañana.
Para ver la verdadera preocupación de la 4T por el género femenino, basta observar con detenimiento a sus integrantes, empezando por el mismísimo presidente, que no hace mucho, en su conferencia matutina del 28 de septiembre atribuía las manifestaciones a movimientos para que solo estaban hechos para “desestabilizar” su gobierno, desechando así, las miles de exigencias justas y problemas objetivos de las mujeres mexicanas, en febrero del 2020 hizo lo mismo al desestimar los casos de feminicidios -que actualmente tienen la cifra alarmante de 10 por día-. Además, desestimó las llamadas de violencia doméstica, diciendo que la mayoría eran falsas o “de broma”.
“Miren, no quiero que el tema sea nada más lo del feminicidio, ya está muy claro. Se ha manipulado mucho sobre este asunto en los medios, no en todos desde luego, los que no nos ven con buenos ojos aprovechan cualquier circunstancia para generar campañas de difamación, así de claro, de distorsión, información falsa. Este es el caso” dijo el mandatario al ser cuestionado sobre los casos. Otro de los casos que incluyen al presidente son la defensa de Félix Salgado Macedonio quien buscaba la gubernatura del estado Guerrero a pesar de tener en su haber, varias denuncias por abuso sexual contra mujeres durante décadas. “Yo lo único que puedo comentar es que cuando hay elecciones o competencia se trata de descalificar al adversario de una o de otra manera.” defendía el presidente, a pesar de tener las pruebas en la mesa. Finalmente, no se le permitió competir, aunque por motivos ajenos a estos señalamientos, poniendo en su lugar a su hija. Sin embargo, todos saben que él es el gobernador de facto.
Si esto no convence a los que todavía creen ciegamente en el “gobierno feminista”, veamos ahora los resultados: En 10 meses, al menos 3,168 mujeres han sido asesinadas en México, sumadas a las más de 87,000 mujeres que han sido víctimas de algún delito en los 32 estados, esto según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) (eleconomista.com 25 de noviembre de 2021). En general, desde 2015, tanto en la clasificación de feminicidios como en homicidios dolosos, los asesinatos de mujeres se han duplicado. Por si no fuera poco, también es preocupante el número de niñas, adolescentes y adultas reportadas como desaparecidas, según la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas de México la cifra en nuestro país es de 23 mil 513, la mitad de ellas, se encuentra entre los 14 y 24 años. Otro aspecto en el que México está atrasado es en la brecha de género laboral, ya que sólo 56 por ciento de las mujeres en edad de trabajar participa en el mercado laboral y sus ingresos son apenas el 60 por ciento del de los hombres.
Para el 2022 la situación no se espera que cambie, el Presupuesto de Egresos de la Federación, ya que todo el supuesto apoyo e interés por cambiar la situación de las mujeres, se concentra en los programas prioritarios del presidente: “El gobierno de México destinará un 3,3% del total para en reducir la desigualdad de género entre hombres y mujeres. Más de 232.000 millones de pesos (11.193 millones de dólares) que representan un 75% más que la partida de hace un año. Sin embargo, casi el 90% de dicha cantidad irá destinada a los programas prioritarios de la Administración del presidente, mientras que los programas que atienden a víctimas de violencia o se encargan de las alertas de género en los Estados verán recortado su presupuesto o tendrán incrementos insignificantes por debajo de lo que ha crecido la inflación” (elpais.com 18 de noviembre de 2021). El supuesto incremento sólo se usará en programas con fines electorales, sin importar cuánto dañe los programas que verdaderamente hacen un cambio.
Según varios organismos y defensoras de los derechos de las mujeres la 4T está condenando a las mexicanas a vivir los próximos años en más desigualdad, pobreza, violencia de género y discriminación; a pesar de las leyes, los compromisos y acuerdos internacionales, en la realidad se le está dando la espalda a más de 60 millones de mujeres. Esto, sin embargo, no es exclusivo de este género, ya que según la reciente Encuesta sobre Discriminación de la Ciudad de México 2021, en esta situación se encuentran personas de color, adultos mayores, miembros de la comunidad LGTB y personas con discapacidad. Mismas a las que la 4T se ha comprometido a apoyar y las ha abandonado a su suerte.
El hecho de que el gobierno de la 4T no se comprometa en serio a cambiar la situación de estos grupos vulnerables -en especial a las mujeres-, demuestra el verdadero carácter del gobierno morenista. El gobierno de López Obrador es el fiel defensor del capitalismo rapaz que vive de todos estos grupos, que los discrimina y los tiene en la miseria, junto a millones de seres humanos que no tienen para vivir. Por eso mismo, todos estos grupos se deben dirigir como uno, un grupo fuerte y unido que desenmascare al proyecto de la 4T y ponga en su lugar un proyecto que vea por los desposeídos.
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