El Movimiento Antorchista Nacional, desde hace más de 40 años, estableció el 6 de junio como el día de sus mártires, en el que realiza un evento que tiene como sede la cuna de nuestra organización, Tecomatlán, Puebla, donde nos damos cita delegaciones de los 32 estados del país, para rendir homenaje a los hombres y mujeres que han perdido la vida de manera natural o por las balas de los enemigos en la lucha y el trabajo antorchista.
En esta ocasión, el homenaje se realizará en Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, con una marcha de más de seis mil antorchistas de todo el país como una jornada de lucha para seguir exigiendo justicia por los asesinatos en agravio de nuestros compañeros Conrado Hernández, Mercedes Martínez y de su pequeño hijo.
Si bien es cierto que, en días pasados, una comisión del Comité Ejecutivo Nacional de nuestra organización fue recibida por la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y por la titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Sandra luz Valdovinos, y se establecieron compromisos de acelerar las investigaciones, también lo es, que hasta el momento no hay ningún detenido por los arteros crímenes de nuestros compañeros que, no hacían mal a nadie, por el contrario, eran personas muy estimadas y queridas por los guerrerenses, a los cuales encabezaron en su lucha por una vida mejor.
Los antorchistas de todo el país estamos convencidos de que la lucha que nuestra organización encabeza desde hace prácticamente medio siglo, en el seno de la población con menos oportunidades, es completamente justa, legal y necesaria, porque es una lucha que tiene como como propósito principal combatir la pobreza en que nos encontramos el 58 por ciento de la población mexicana al terminar 2022, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Datos que son cuestionados por organismos no gubernamentales, como el Consejo de Evaluación de la Ciudad de México, cuya presidenta es la Doctora en Políticas Públicas Araceli Damián, quien afirma que los datos del Coneval no reflejan toda la realidad porque los pobres en nuestro país son casi el doble de las cifras oficiales.
Sostiene que “en México, existe hoy un aproximado de 100 millones de personas que padecen algún grado de pobreza, es decir, 8 de cada 10 mexicanos”, cifra que tiene como base un método integral de medición de pobreza, creado por el investigador mexicano Julio Boltvinik, asesor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Esta situación de pobreza que vivimos diariamente se materializa en la falta de empleo para todos los mexicanos en edad de trabajar y los que lo tienen perciben un salario muy bajo, que no satisface las necesidades más elementales de la familia; lo sentimos en que 35 millones de mexicanos carecen de los servicios básicos de salud, debido al estrepitoso fracaso de la política de López Obrador, que primero desapareció el Seguro Popular , para crear el INSABI, al que ya sepultó sin que lograra funcionar y en el que despilfarró 500 mil millones de pesos; también en lo que se refiere a educación la situación para los más pobres está peor y, Guerrero ocupa uno de los tres últimos lugares en pobreza y en oportunidades educativas; que decir de la inseguridad galopante que ya rebasó los 156 mil homicidios dolosos, superando a todos los anteriores sexenios y de lo que el Presidente sólo atina a quejarse de la herencia que recibió, olvidando cínicamente que prometió tener el remedio para curar este mal social.
La solución de todos estos problemas y otros, eran la razón por la que los compañeros Conrado y Meche trabajaban incansablemente en la organización y educación política los guerrerenses más humildes, los para crear el instrumento legal a través del cual conquistar el poder político de México y cambiar el modelo económico que es el culpable de la pobreza que hay en el mundo y en nuestro país, porque genera una inmensa riqueza que no se distribuye equitativamente.
Los antorchistas guanajuatenses participaremos el próximo 6 de junio en la marcha en homenaje de nuestros mártires, uniendo nuestras voces al clamor nacional de justicia para estos dos grandes luchadores sociales y su hijo, cobardemente asesinados. Sobra decir que no descansaremos hasta que se castigue a los asesinos.
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