Cuántas felicidades diferentes hay en este mundo. Muy diversas
Por ejemplo: una orden del Partido.
En verano, durante noches enteras,
en la ladera de un monte
desentierras
con tres compañeros
una tipografía clandestina.
O bien, por ejemplo, eres poeta,
escribes versos
y he aquí que los obreros
comienzan a decirlos de memoria.
O bien, por ejemplo, estás enfermo
gravemente, sin esperanza.
El espía que tras la esquina vigila tu casa, escribe
En su informe: <<Seguro
no llegara mañana>>
¡Y en cambio, tú estás vivo!
O bien, por ejemplo en primavera, encuentras a aquella
que has esperado durante quince años...
O bien, por ejemplo, llegas a Moscú,
en Moscú...
En mi destino hay felicidades diferentes,
mas la piedra angular es una sola:
a los 19 años he venido hacia ti,
de ti he recibido la educación comunista,
a ti continúo fiel.
Tú eres el primer despertar durante un viaje maravilloso.
De ti han partido las más importantes expediciones.
Tú eres las semilla de toda semilla,
y desde que el mundo se convirtió en mundo,
sobre la tierra no cayeron jamás lluvias más fértiles que tú.
Y de ti los labios de los hombres han aprendido
las palabras más ardientes,
las palabras más honestas,
las palabras más ásperas,
las más tiernas.
¡Cuánta diversidad en el resplandor de la luz!
Por ejemplo, una ciudad cercana al mar
Una ciudad sobre siete colinas,
una ciudad amada
una ciudad que sufre.
Y por ejemplo, una noche de primavera
sobre una de las siete colinas
la más desierta,
estás esperando a los compañeros para una reunión clandestina;
junto con las estrellas arden, en el agua, las luces de la ciudad.
O bien, por ejemplo, un día de enero
has salido a pie de Erzerum...
Sobre la llanura cae blanca blanca la nieve,
negra negra es la noche.
Alrededor el ulular de los lobos.
Estas cansado, tan cansado que ya no puedes más;
y de pronto, entre la nieve, un hilo de luz: una aldea.
O bien, por ejemplo, estás mirando unos ojos
de un verde-oro...
dos gotas de rocío que brillan allí y adentro estás tú.
O bien, por ejemplo, has leído el libro
de uno de nuestros maestros:
tu cabeza, tu corazón, tu cara
están sumergidos por un verdadero
torrente
de rayos de sol.
¡Cuánta diversidad en el resplandor de las luces!
En el mundo he visto resplandecer variadas luces
pero la más intensa, las más maravillosa
es la de tu faro
ante el océano de los pueblos.