Escucho en la radio los spots de campaña de la candidata a la gubernatura del Estado de México de Morena, veo sus videos en redes sociales; pintas, espectaculares que tienen una gran semejanza con la campaña de “ya sabes quién”… me pregunto si será cierto lo que dic esa candidata de que en el Estado de México no se robará más y que aplicará los preceptos de la 4T de no robar, no mentir y no traicionar. ¿Será cierto? ¿Le creeremos a la que les robó parte de su salario a los empleados del Ayuntamiento de Texcoco?
¿Morena es el cambió verdadero, la esperanza del Estado de México? En 2018 López Obrador generó optimismo entre la ciudadanía con ese discurso; ahora, con ese mismo discurso quiere ganar la gubernatura del Estado de México.
Desde 2011, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG-Inegi), la corrupción está entre los tres principales problemas que más preocupan a las y los mexicanos.
El optimismo generado por ese discurso, llevó a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México y prevaleció a inicios de la administración de AMLO. Actualmente ese optimismo se diluye porque los mexicanos han visto que la corrupción ha aumentado y que corroe a hermanos, hijos, familiares y cercanos de López Obrador.
Recordemos algunos hechos: a Pío López Obrador (hermano del presidente) lo hemos visto en videos recibiendo gruesos paquetes de dinero de manos de David León, operador político del entonces gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, lo cual el presidente justificó como “donaciones y no un acto de corrupción”.
La ahora candidata Delfina Gómez, fue alcaldesa de Texcoco y les descontó 10 por ciento de su sueldo a 472 trabajadores; una parte de ese dinero fue para financiar a Morena; lo del “diezmo” fue sancionado, por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) por 4.5 millones de pesos a Morena, a lo que Delfina Gómez respondió en el reciente debate al ser cuestionada: “Yo no tuve ninguna situación, sí hubo una sanción a un partido, se tuvo que proceder a lo que se tenía que proceder legalmente, pero que no se confunda”.
Como vemos, es fácil prometer y crear optimismo entre los electores, pero la realidad es terca, y una vez más desnuda las verdaderas intenciones de Morena: ganar a como dé lugar, sin importar que se pase por encima de la palabra empeñada, como “no robar, no mentir y no traicionar”. Mienten López Obrador y Defina cuando dicen combatir la corrupción y le roban al pueblo con el “diezmo” y con las supuestas “aportaciones”.
Decir que Morena es la esperanza y que es hora de que se gobierne con el pueblo y para el pueblo, es otro de los engaños, es solo un discurso. ¿Acaso el pueblo no vive el alto grado de inseguridad ante robos, violencia y el aumento de los feminicidios? ¿Acaso la gente no demanda seguridad un día sí y otro también? Este problema aumenta cada día.
Y si la candidata de Morena que sigue al pie de la letra las políticas de ya saben quién, de ganar en el Estado de México seguramente aplicará la política de abrazos no balazos del presidente de México, que tiene al país en un mar de sangre por los miles de homicidios que suceden, entre los que se encuentran los feminicidios.
A cuatro años del morenismo en el Gobierno mexicano, la eficacia del discurso del presidente está agotado; los mexiquenses, los de a pie, los que votamos, debemos aprender a medir la honestidad de quien pide nuestro voto, tenemos que dilucidar si son capaces de explicar de raíz las carencias y los males que azotan al “pueblo pobre y sabio”. Además, tenemos que ver que no han dado solución a los graves problemas del país y que, incluso, los están agravando más, veamos que la candidata de Morena es más de lo mismo.
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