Pareciera que el mundo está de cabeza, pero en política todo está perfectamente calculado, sobre todo por quienes de manera tramposa insisten en mantener el poder a toda costa, aprovechándose de la inocencia y buena fe de muchos mexicanos. ¿Qué gobernante pelea para que lo quiten del poder? Veamos la trampa.
El Instituto Nacional Electoral (INE) es el órgano constitucional autónomo de México encargado de regular los procesos electorales, de participación ciudadana y normar las directrices a las que se sujetarán los participantes de todo lo anterior. Sus funciones incluyen, organizar en coordinación con los organismos públicos electorales de las entidades federativas las elecciones de gubernaturas, diputaciones locales y ayuntamientos, e intervenir en procedimientos de participación ciudadana como consultas populares, procesos de revocación de mandato e iniciativas ciudadanas.
Obvio, si bien el INE es autónomo no decide solo, existe un Consejo General integrado por representantes del Poder Legislativo y de todos los partidos políticos. Es el órgano superior de dirección, encargado de vigilar el cumplimiento de las disposiciones constitucionales y legales en materia electoral, y velar porque haya certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad y objetividad en todas las actividades del Instituto, y para su ejercicio requieren de financiamiento público programado por el poder legislativo, en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
A propuesta del presidente del INE, Lorenzo Córdova, el Consejo General del organismo discutirá y votará un proyecto de acuerdo en el que propone posponer de manera temporal las actividades de la revocación de mandato, por falta de recursos económicos hasta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resuelva la controversia constitucional que el INE promovió, “o cuando la autoridad competente le otorgue a este instituto las suficiencias presupuestarias solicitadas para llevar a cabo dicha revocación, conforme a lo previsto en la Constitución y las leyes aplicables”, especifica el proyecto.
El INE ha sido severamente señalado y criticado por el presidente López Obrador y MORENA de cometer “chicanas” en su contra, proponiéndose eliminarlo o designar en su lugar a miembros de su partido, como han hecho con varias instituciones independientes, como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el Conacyt, el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), entre otras, por actuar de manera responsable e imparcial, respetando las leyes electorales. Ya, previo a las pasadas elecciones, el presidente se autonombró “guardián” de los comicios, facultad que por ley no le corresponde, por lo que Lorenzo Córdova, respondió: “México ya tiene un guardián de las elecciones, un organismo constitucional autónomo que es garante de nuestra democracia”.
El pasado viernes 17 de diciembre, el Consejo General le dio la razón a Lorenzo Córdova. Ante la insuficiencia presupuestaria derivada de la reducción de poco más de 4 mil millones de pesos que el congreso morenista calculadamente aplicó al instituto para el ejercicio fiscal 2022, éste determinó en una cerrada votación de seis contra cinco de los consejeros, posponer temporalmente la realización del proceso de Revocación de Mandato 2021-2022, y será la Suprema Corte de Justicia la que determine si al instituto se le debe dotar del recurso necesario o autoriza que se realice el ejercicio con o que se tiene, alcanzando seguramente para una consulta “patito” como la que hicieron para echar abajo la construcción del Aeropuerto de la Ciudad de México.
¿Qué pretenden el presidente y los miembros de su partido con su revocación de mandato y su agresiva actitud contra el INE? López Obrador no es ningún tonto, bueno, no, en dar atole, hacer campañas demagógicas y manipular a la gente. La respuesta, aunque parece confusa es muy sencilla: Ahorcar al INE y a su director Lorenzo Córdova que tienen por virtud, pensar diferente y no dejarse manipular, ni permitir la violación a la constitución, o tomarlo como bandera para victimizarse y alentar a sus cautivos seguidores para intentar la reelección, o bien para imponer a su candidato en 2024. Falta lo que digan los empleados de Morena en la SCJN.
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