Reza el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:
“Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral”. Muy bonito, muy justo. ¿Pero esto en verdad se cumple? ¿El gobierno en turno está mínimamente preocupado por garantizar vivienda digna para todo el que no la tenga? La repuesta es no.
Algunos con la sed mezquina de echar abajo todo argumento dirán, pero ¿por qué con los anteriores gobiernos en donde también existía déficit de vivienda se callaban? Me adelanto. En primer lugar, Antorcha nunca se ha callado y siempre ha denunciado todas injusticias que los poderosos cometen contra los mas desvalidos, contra los humildes, contra los más pobres e indefensos, y en segundo lugar, ni modo, hoy le toca el turno a este gobierno de cuarta, cuyas promesas de campaña repitió como loro durante muchos años, una de ellas, erradicar todos los males que afectan a los meixcanos, generar bienestar, empleos, justicia, equidad, y un largo etcétera de compromisos.
Y a pesar de que el actual presidente se ha inventado la horrible forma de echarle la culpa a los anteriores gobiernos cuando se ve acorralado y sabe que sus decisiones no son correctas y que está llevando a la ruina a nuestro país, muchos somos los que nos dimos cuenta de sus mentiras. Sabemos que cada gobierno que llega representa una esperanza para millones que confían en que logrará el tan anhelado cambio, uno verdadero, de raíz, que acabe con la pobreza desbordada, y todos los males que afectan la armonía de los mexicanos. Pero en tan poco tiempo muchos mexicanos se han dado cuenta del grave error que cometieron al otorgar su voto de confianza a seres tan mezquinos como los que han ahora se encuentran enquistados en la silla de gobierno, a los que no les ha importado generar desabasto de medicinas, inseguridad, desborde de la pandemia de Covid-19 que ha matado a miles de mexicanos, enlutando con ello a todo nuestro país.
Me quiero enfocar en este texto muy particularmente al problema de la vivienda en México que es muy grave, porque la mayoría de las familias mexicanas no cuentan con los recursos para poder construir una casa por lo que se ven en la necesidad de rentar un cuarto, vivir en alguna vecindad en condiciones infrahumanas o estar de arrimados con algún familiar.
En la Ciudad de México el problema se agrava, puesto que la situación de falta de vivienda ha alcanzado niveles muy altos y es un peregrinar que tienen que vivir todas estas familias, que aparte de ganar una miseria tienen que pagar mes con mes la renta del cuartucho en el que viven.
Según datos de un estudio publicado, titulado: “Estado Actual de la Vivienda en México-2020”, realizado por el Centro de Investigación y Documentación de la Casa, A.C. (CIDOC), señala que al cierre de 2020, el país contaba con 35.2 millones de viviendas, pero que existía una demanda de 9.4 millones. Además, con respecto a la demanda estimada para este 2021 en cuanto a la remodelación y mantenimiento de inmuebles, es de 805 mil acciones, correspondiente a los estados de Ciudad de México, Chihuahua, Estado de México, Nuevo León y Jalisco.
Dice que en la Ciudad de México el costo de la vivienda incrementó en promedio 80.5 en siete años. El 37 por ciento se ubicó en la vivienda de clase media, con un máximo de un millón 980 mil pesos.
Pruebas fehacientes demuestran de que los problemas más graves y urgentes de solución no están en la agenda de presidente, el que solo se dedica a atacar a sus adversarios como él los llama y a recitar una letanía desde su púlpito mañanero, para perder el tiempo en cosas vanas que ya lo hicieron perder tres años de su mandato, sin que podamos ver ningún resultado palpable que pueda recomendarlo como mandatario ejemplar, sino todo lo contario.
Aunado a ello, porque los males nunca vienen solos, en nuestro país según las cifras de estudiosos serios, el número de pobres asciende a más de cien millones. Una situación de desigualdad e injusticia, porque son una minoría los que nadan en su riqueza cuando la inmensa mayoría se debate en niveles de pobreza muy crueles, y en pleno siglo XXI mueren de enfermedades perfectamente curables.
Estos ricos se dedican al despilfarro y han concentrado sus riquezas como nunca se había visto; dueños de los medios de producción contratan a los que sólo tienen su fuerza de trabajo para ofrecer y los hacen laborar por jornadas extenuantes de 10, 11 o hasta 12 horas, pagándoles una miseria que no les alcanza ni siquiera para satisfacer la canasta básica, mucho menos para vivir decorosamente, pagar la escuela a sus hijos, en fin para todo lo que necesita un humano para vivir plenamente.
¿Por qué se ha incrementado de manera abismal la pobreza? Porque cada día es más fácil para quienes tienen el poder y la riqueza del capital invertir en países como México alquilando mano de obra barata y llenar sus arcas dejando a su paso miseria y desolación.
Por eso, el problema de la vivienda es una consecuencia de toda esta pobreza de la que sufren millones de hombres y mujeres en nuestro país que arrastran a sus hijos y descendencia y que acarrea males innumerables como la delincuencia, drogadicción, pandillerismo, prostitución, entre otros muchos que nos aquejan y que no nos dejan ni siquiera transitar tranquilos por una calle porque siempre está el miedo latente de encontrarte con un asaltante, que ahora se han vuelto más despiadados y son capaces de matar si no entregas tus pertenencias. Porque un ser que ha vivido toda su vida en la pobreza siente que no tiene nada que perder.
Vivimos en un país donde existe un alto número de trabajadores informales que no tienen acceso a un crédito habitacional por lo que se deben de generar más opciones para ellos.
Es necesario que las autoridades den resultados en el terreno de construcción de vivienda sigue siendo una asignatura pendiente, y debe de crearse una política que respete la Constitución y brinde a todas las familias mexicanas una vivienda digna como todo mexicano requiere.
No es posible que por favorecer a las grandes inmobiliarias se permita construir viviendas deficientes, reducidas de espacio y con materiales de baja calidad, riesgos de hundimientos por las malas ubicaciones y sobre todo a precios que muchas veces una vida no alcanza para poder pagar esas casas y ante esto no hay freno ante la voracidad de los grandes empresarios que invierten en la construcción y quieren sacar la mayor ventaja de su capital y todo ello sin que las autoridades “reguladoras” defiendan los intereses de los perjudicados, sólo se hacen de la vista gorda favoreciendo a los más ricos.
Por eso el Movimiento Antorchista en la Ciudad de México y en todo el país, sabedora de esta problemática lucha incansablemente para que todos los mexicanos puedan obtener una vivienda digna. Para Antorcha la tarea que se echó a cuestas hace 47 años es de vital importancia, luchar contra la pobreza y la marginación en México, y cada día son más los que se suman a este gran proyecto que ha beneficiado a millones de mexicanos en todos los estados de la república y seguirá haciéndolo porque entre más corazones y cerebros seamos la victoria estará más cerca.
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