El Estado de México retrocedió a semáforo amarillo, y la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, dejó en suspenso el color del semáforo epidemiológico con el que se cubrirá a la capital del país las próximas semanas.
Tenemos ya dos años desde que hizo su arribo el virus SARS-COV-2, y desde entonces se implementó el dizque semáforo, con el color rojo cuando el nivel de contagios y hospitalizaciones es muy alto; naranja cuando el riego es alto; amarillo, con riesgo medio y verde sin peligro.
Desde entonces sabemos que el semáforo ha sido utilizado por las autoridades de gobierno “cuatroteras” de una forma descarada, que se han vestido del color que más les agrada, como en la CDMX, donde Claudia Sheinbaum lo ha mantenido en verde, tratando con ello de ocultar el alto grado de contagios, y a pesar de los múltiples reclamos de la sociedad civil y de periodistas por esta situación tan descarada, la señora no da su brazo a torcer pues a ella le interesa más el costo político que la vida de los propios capitalinos, sus gobernados, esos que confiaron en su palabra y le dieron su voto de confianza en las urnas y de esta manera les paga, jugando con su seguridad y su vida.
Claudia Sheinbaum, la morenista estrella de Andrés Manuel para sucederlo en la presidencia de la república, al igual que su jefe inmediato, AMLO, desestimó desde un inicio las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y a pesar de ostentarse como científica no ha sido capaz de frenar la pandemia de Covid-19 en la capital del país, que a últimas fechas, con la nueva variante Ómicron se han infectado más y más ciudadanos, tanto que varios hospitales ya están saturados y ya no reciben a más pacientes, y todavía se atreve a recomendar a la población que ya no se haga pruebas, tal y como López Gatell lo menciona, que si tienen síntomas se queden encerrados en su casa, condenando a los enfermos a morir en soledad sin atención médica, incluso ha sugerido continuar con la vida de forma normal y asistir a reuniones, al cabo que no pasa nada, de la muerte no pasa.
Esta cuarta ola en el país es producto sin duda de la nueva variante y de todos los desatinos que la jefa de Gobierno ha cometido, al ser la cómplice de AMLO, por ejemplo, en la concentración masiva que se realizó a últimas fechas en el zócalo capitalino, en donde como en los viejos tiempos del priismo se repartió la torta y el frutsi, ahí no fue necesario el uso de cubrebocas, AMLO lo anunció a los cuatro vientos como el paraíso terrenal donde ingresando no estabas obligado a portar el cubrebocas, como una invitación a la muerte que aceptas con gusto, y aquí están las consecuencias de su actitud criminal, porque a AMLO y a Sheinbaum no les importa la salud de los mexicanos, sino que ellos se mueven por intereses los mezquinos de perpetuarse en el poder, y ahí van los pobres ineptos, flojitos y cooperando al matadero.
Claudia Sheinbaum sabía de la insensatez y no le importó, su ambición de poder pesa más y ahí están las terribles consecuencias, miles y miles de contagiados solo en las últimas horas en la CDMX, 12 mil para ser exactos, además de 53,143 capitalinos que han perdido lastimosamente su vida en lo que va de la pandemia.
Es urgente que los capitalinos analicen la actitud autoritaria y de poca estima de la vida de los ciudadanos de la jefa de Gobierno, que vean cómo a pesar de que en la ciudad en más de 300 escuelas hay contagios de coronavirus entre maestros y alumnos, ella ordena mantener las escuelas abiertas con clases presenciales. Una situación por demás arbitraria, porque la orden es que las mamás que no manden a sus hijos a la escuela les tienen que dar clases ellas porque ya no hay clases en línea.
A qué está jugando esta señora, porque si quiere jugar que no lo haga con la vida de los capitalinos, exigimos respeto, exigimos gobernantes sensibles y sobre todo inteligentes.
La vida es lo más valioso que posee un ser humano, debemos cuidarla y no permitir que aquellos que se creen dueños del país y que ostentan algún cargo público por el favor de los mexicanos al darles su voto, esos que son simples servidores públicos y se deben al pueblo, no permitamos que esos personajes de la política quieran decidir hasta quién vive y quien se muere. Recordemos que no todos tenemos la posibilidad de contar con una atención de primera y que a la menor tosida vamos a tener a una docena de doctores para revisarnos y atendernos como los tiene el señor presidente y seguro también la señora Sheinbaum, por ser la clase en el poder, así que defendamos la vida y no permitamos más pérdidas humanas.
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