Durante la semana hubo tres acontecimientos que cimbraron al presidente de la República Andrés Manuel López Obrador y a su partido Morena, la cruda realidad los empieza alcanzar.
El primer acontecimiento fueron las elecciones del 18 de octubre en Coahuila e Hidalgo, donde fueron derrotados de manera contundente.En Coahuila, el PRI recordó sus viejos tiempos, al obtener carro completo, ya que se adjudicó los 16 distritos locales en juego, con un 49.31% de los votos.Mientras que Morena obtuvo un lejano segundo lugar con el 19.3%.En Hidalgo se eligieron autoridades municipales, el PRI obtuvo 32 de los 84 ayuntamientos en disputa, duplico sus alcaldes y se quedó con varias de las ciudades más importantes, entre ellas la joya de la corona, Pachuca.
Por donde quiera que se analicen, los datos son contundentes, es una derrota electoral para el presidente y su partido.Si tomamos en cuenta que el presidente le ha apostado a la compra de la conciencia de los mexicanos a través de sus programas asistencialistas, donde ha gastado de manera indiscriminada el dinero de todos los mexicanos, la realidad le recuerda no sólo que dichos programas han fracasado en México en los últimos 30 años, como los analistas serios lo han sostenido, fundamentalmente porque no han resuelto de fondo las carencias de los mexicanos, como el hambre y el desempleo; sino que ahora, ya tampoco funcionan para comprar el voto.La otra lección que la realidad le dio al presidente es que no es tan cierta su popularidad del más del 60%, ni tampoco los números de aprobación de su gobierno que también es más del 60%, según la mayoría de las encuestas.El electorado empieza a cobrar factura por la falta de resultados concretos de este gobierno morenista.
El otro acontecimiento fue la elección de la dirigencia nacional de MORENA.Recordemos un poco, el partido del presidente es unipersonal, es decir, el único que lo puede controlar es López Obrador, porque él lo fundó para satisfacer su ego, que fue llegar a la Presidencia de la República.Es un partido sin ideología y estructura.Desde su nacimiento fue creado para satisfacer sus intereses personales y de los grupos políticos que lo conforman, ya que con tal de llegar a la presidencia, López Obrador aceptó a los personajes más siniestros y el cascajo político que los demás partidos desecharon.
El único presidente nacional de Morena ha sido López Obrador, quien lo fundó en 2012, aunque el IFE lo reconoció como partido en 2014; pero tuvo que renunciar en diciembre de 2017, para poder registrarse como candidato presidencial, quedando en su lugar la secretaria general en funciones, Yeidckol Polenvsky, para un mandato que concluyó en diciembre de 2018.Desde entonces, y debido a los intereses mezquinos de los grupos al interior de Morena, no han podido organizar una elección interna para elegir a su nueva dirigencia nacional, lo que dio lugar a una primera sentencia de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en octubre de 2019, donde se dieron 90 días para llevar a cabo todos los procesos para renovar la dirigencia nacional, como no se cumplió, se designó a Alfonso Ramírez Cuellar como presidente interino; sin embargo, tampoco fue capaz de convocar a una nueva elección y venció el plazo determinado por el Tribunal, por lo que, nuevamente, el 20 de agosto de 2020, por mayoría de votos, la Sala Superior del Tribunal le ordeno al INE organizar el proceso de la elección con un plazo de 45 días y mediante una encuesta.
Ante la usencia del patriarca y dueño de Morena, sus subalternos, primero Yeidkol Polenvsky y después Ramírez Cuellar, no tuvieron la capacidad de organizar una elección interna, tuvieron que intervenir las autoridades electorales, que, si bien es cierto, están facultadas para hacerlo no es su tarea principal.Pues para empezar, con este nuevo método se anotaron más de 100 aspirantes a la presidencia y la Secretaríaa General de dicho partido, como era de esperarse se acusaron de todo, de espionaje, uso excesivo de recursos, pactos secretos entre las cúpulas, entre otras lindezas por el estilo.
Para finalmente solo quedar dos fórmulas, una encabezada por el multipartidista Porfirio Muñoz Ledo y la otra por el actual coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, Mario Delgado Carrillo.Como hemos observado, Muñoz Ledo ha sido más crítico en varias ocasiones con la toma de decisiones del actual Gobierno federal, por lo que no obtuvo la venia presidencial de López Obrador, así que los dados se cargaron hacia Mario Delgado, que ha sido más sumiso al régimen lopezobradorista.
El INE tuvo que organizar tres encuestas hasta que por fin gano la última Mario Delgado, ya que las dos primeras las gano su contrincante.Por su parte Porfirio Muñoz Ledo, el 26 de octubre, anunció que no cederá ente lo que consideró una ilegalidad en la elección interna de Morena, y que luchará por la vía judicial por la dirigencia nacional de dicho partido.Acuso a Mario Delgado de un derroche escandaloso de más de 1500 millones de pesos, para su campaña, de los cuales 445 millones fueron sustraídos del presupuesto de Morena en la Cámara, donde ambos son diputados.Hasta aquí va la telenovela por la dirigencia nacional del partido en el poder.
Si López Obrador no es capaz de meter orden y cordura en su propio partido, mucho menos podrá gobernar una nación con 127 millones de compatriotas, como lo advertimos los antorchistas, antes de su elección. Los resultados están a la vista: una economía que ya venía decreciendo antes de la pandemia, la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público, pronostica una caída del 10%, para el cierre de este 2020; la violencia ha roto todos los records en casi dos años de gobierno morenista, por ejemplo en homicidios dolosos, 2019 y 2020 serán los años más violentos de las últimas dos décadas con más de 80 mil muertos por ese delito, según datos del propio Gobierno federal; somos el cuarto lugar a nivel mundial en fallecimientos por la pandemia SARS-CoV-2, hasta el 26 de octubre con 89,171,326 muertos.No creo necesario continuar con más datos que revelan el pésimo gobierno de López Obrador y Morena.
El ultimo acontecimiento, al que me quiero referir, es a la gira que el presidente realizó este domingo 25 de octubre por el estado de Tamaulipas, concretamente en Nuevo Laredo; se notó un López Obrador cabizbajo, demacrado, sin el ánimo y empuje que le caracteriza, que se reflejó en su breve discurso que no duro esta vez, ni cinco minutos, cuando normalmente se echa una hora de arenga.Quiso justificarse por una pequeña manifestación, pero todos hemos visto, como en otros eventos hasta reta y enfrenta a los manifestantes.Parece que las elecciones en Hidalgo y Coahuila, así como la elección interna de su partido le han dado un golpe durísimo a su soberbia.Pero también es cierto que los tiranos con poder, es muy difícil que cambien de opinión, a pesar de los golpes que les aseste la realidad.Así que es mejor que los mexicanos patriotas sigamos educando y organizando al pueblo para que en las elecciones de 2021 le quitemos la Cámara de Diputados a este gobierno tirano.Antes de que sea demasiado tarde.
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