MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

AMLO premió a todos, excepto al pueblo

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 “Como ningún hombre puede gobernar a un pueblo contra su voluntad sin privarlo de sus libertades, es fácil comprender qué clase de régimen se vio obligado a instaurar el Gral. Díaz para asegurar su poder. Mediante la fuerza militar y la policía controló las elecciones, la prensa y la libertad de palabra, e hizo del gobierno popular una farsa. Mediante la distribución de los puestos públicos entre sus generales, dándoles rienda suelta para el pillaje más desenfrenado, aseguró el dominio del ejército. Mediante promesas de pagar en su totalidad las deudas extranjeras, e iniciando a la vez una campaña para otorgar concesiones y favores a los ciudadanos de otros países, especialmente norteamericanos, hizo la paz con el resto del mundo. Premió a todos, excepto al pueblo; éste fue el sacrificio”.

Esto decía John Kenneth Turner en su libro, México Bárbaro, sobre el dictador Porfirio Díaz. De esta manera también podemos describir el sexenio de López Orador, quien utilizó métodos similares aunque más rebuscados y sutiles para seguir manteniendo el poder bajo el mando de la 4T encabezada por su ahijada Claudia. Por ejemplo, utilizó los programas sociales para comprar votos; al inicio de su gestión colocó a varios de sus incondicionales como superdelegados en los estados; dio puestos públicos a los desertores de otros partidos, cuidó la fortuna de los ricachos del país, sus familiares amasaron fortuna, etc. A continuación unos ejemplos. 

Utilizó los programas sociales para comprar votos; al inicio de su gestión colocó a varios de sus incondicionales como superdelegados en los estados; dio puestos públicos a los desertores de otros partidos, cuidó la fortuna de los ricachos del país

De entrada hay que señalar a los que se pudiera llamar los “visionarios”, ya que llegaron a Morena de otros partidos antes de que AMLO accediera al poder y que hoy varios son gobernadores o tienen puestos de primer nivel. Está el gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca, quien militó por 35 años en el PRI. De 1980 hasta 2015, en 2017 se fue a Morena. Américo Villareal Anaya, gobernador de Tamaulipas, quien militó en el PRI por 33 años, de 1983 a 2017. Está la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, ella militó en el PRI por 30 años, luego se pasó al PRD, también estuvo en Convergencia (hoy MC) y PT; después de su peregrinar llegó a Morena en 2014.

Luego está el gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro quien estuvo 29 años en el PRI, de 1976 a 2005, luego militó en el PRD y hasta 2014 llegó a Morena. La gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar, quien de 1992 a 2012 fue priista de hueso colorado; en 2012 se pasó al PRD y en 2018 comenzó a militar en Morena. Alfonso Durazo, el gobernador de Sonora, estuvo por 21 años en las filas del PRI, perteneció al tricolor de 1978 a 1999; después, del 2000 al 2004, se fue al PAN, y fue secretario particular ni más ni menos que de Vicente Fox Quesada. Otro de los depurados por Morena fue el difunto Miguel Barbosa Huerta, ex gobernador de Puebla; 17 años fue priista. Y para cerrar con esta apretada lista está David Monreal, el gobernador de Zacatecas, 9 años cobijado por el PRI. Con esto queda claro que el ex presidente López Obrador premió muy bien a sus antiguos amigos priistas que se acercaron un poco antes del botín.  

Luego podemos enumerar a los premiados que llegaron después de que se consiguió el botín del 2018. Eruviel Ávila, quien fue ni más ni menos gobernador del PRI en lo que era su bastión, el Estado de México, hace poco abandonó al PRI y se pasó al Partido Verde, un partido sometido a Morena; su premio fue el puesto de diputado federal 2024-2027. Alejandro Murat, otro de los tardíos con suerte, fue gobernador de Oaxaca por el PRI hasta 2022, hace no mucho se pasó a las filas de Morena y hoy está ocupando un puesto en el Senado de la República.

Jorge Carlos Ramírez Marín también abandonó al PRI en 2023, siendo Senador de la República, se fue al Partido Verde y sigue disfrutando de una curul en el Senado. Adrián Ruvalcaba, otro ex priista, renunció tras la designación de Santiago Taboada como precandidato del Frente Amplio en la CDMX se sumó a la campaña de Claudia y no se sorprenda que de pronto aparezca con un cargo federal en el gobierno de la presidenta. Y para terminar esta lista está Alejandra Del Moral, la flamante candidata del PRI y sus aliados para gobernadora en el Estado de México, quien al perder contra Morena y tras 20 años de estancia en el tricolor, anunció que dejaba al PRI para sumarse al proyecto de Claudia Sheinbaum. Hace poco salió la noticia de que fue nombrada como directora ejecutiva de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid), de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Así las cosas. 

Hay más. Los listados a continuación son los que se pudieran llamar los “exiliados de lujo”. El Ex gobernador de Hidalgo, Omar Fayad Meneses, se sumó a las filas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), después de renunciar al Revolucionario Institucional donde militó por 40 años, poco tiempo después de que entregara el estado a Morena, como premio mayor, el ex presidente López Obrador lo nombró Embajador de México en Noruega. Luego sigue Quirino Ordaz Coppel de Sinaloa, también ex gobernador priista quien militó en el PRI 37 años, y aunque no tiene una militancia formal en Morena, lo que sí tuvo fue el visto bueno de AMLO quien lo propuso como Embajador de México en España. Claudia Pavlovich Arellano, ex gobernadora priista de Sonora, también llenó los ojos del redentor de la 4T, ahora es Cónsul de México en Barcelona por encargo de López Obrador. Otro priista que se rinde ante el poder la 4T es Carlos Miguel Aysa González, ex gobernador de Campeche, quien hoy funge como Embajador de México en República Dominicana con la venia del señor Obrador. Para ir acortando esta lista nombramos a Carlos Joaquín González, ex integrante del PRD y del PRI, fue gobernador de Quintana Roo, pero que ahora es la persona representante de México como Embajador en Canadá.

Ahora pongamos los ojos sobres los grandes multimillonarios de este país. Los datos que se conocen sobre la fortuna de estos empresarios es que el sexenio de López Obrador fue un periodo dorado para ellos. Sus riquezas se incrementaron como nunca antes, a pesar de que AMLO dijo que no iba a beneficiar a los ricos. Forbes México dice que, en el 2018, cuando AMLO llegó a la presidencia, el monto total acumulado de los diez hombres más rico era de 121 mil 700 millones de dólares (mdd), mientras que, para 2024 esta cifra asciende a los 176 mil 600 mdd, lo que representa un incremento de 45.2%. El empresario Carlos Slim se mantiene como el más rico, su riqueza se estima en 102 mil mdd, que representa un avance de 52.2% si se le compara con los 67 mil mdd que tenía en 2018. Fernando Chico Pardo incrementó su fortuna en 220%, Rufino Vigil González en 142%, Carlos Hank Rhon creció en 100%, Ricardo Salinas Pliego en 88.7% y Germán Larrea en 61.2%.

Estos datos contradicen totalmente el discurso anti neoliberal que manejó AMLO durante su gobierno; desbaratan la tan cacareada frase que por el bien del país primero los pobres. Su gobierno estuvo repleto de ex priistas, acomodó a muchos en puestos claves fuera del país para blindarlos de alguna investigación y dentro de México los priistas que se sumaron a la campaña de Claudia, hoy están en los altos puestos gozando de fuero.

Esto es nada más lo que se alcanza a ver en la punta del iceberg, porque si adentramos en lo profundo de la política de la 4T nos daremos cuenta que este patrón se practica y se repite para asignar hasta los puestos más pequeños en todo el territorio nacional. Su intrincada familia también ha obtenido jugosos premios en este sexenio. ¿Y los pobres?  ¿Qué pasó con los pobres? A ellos les dieron atole con el dedo nada más. Los encantaron con una tarjeta, que más que ayudarlos, sirve para manipularlos y mantenerlos en la marginación. A la gran mayoría de los mexicanos les quitaron el presupuesto para obra pública.  Los pobres hoy son más pobres que como los dejó Peña Nieto y los ricos son doblemente más ricos que en el 2018.

Datos muy conservadores indican que hay 47 millones de mexicanos sufriendo pobreza y de estos, alrededor de 9 millones viven en la pobreza extrema. La pobreza es la que no soportaron los mexicanos bajo la dictadura de Porfirio Díaz y se alzaron en armas para botar a un tirano que encubría esa situación; en nuestro tiempo, cada día se hace más necesario un cambio radical en beneficio de todos. Ahora no será con las armas, pero debemos levantarnos contra el sufrimiento y la pobreza; nuestra arma será comprender bien que el pueblo no es el que gobierna, y que por lo tanto, hace falta tomar el poder político del país en sus  manos. Ojalá pronto estemos dispuestos a hacerlos.

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