MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

AMLO redobla ataques contra la UNAM 

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Una vez más, se amplió la lista de archienemigos neoliberales que para el presidente Andrés Manuel están en contra de la 4T. Pero en esta ocasión agregó a su alma mater: la UNAM. 

Nuevamente el egresado de la carrera de Ciencias Políticas de la máxima casa de estudios arremetió desde la santa inquisición mañanera, diciendo que: “hasta la UNAM se volvió individualista, defensora de esos proyectos neoliberales, perdió su esencia de formación de cuadros de profesionales para servir al pueblo. Ya no hay los economistas de antes, los sociólogos, los politólogos, los abogados… entonces sí, fue un proceso de decadencia”. Aquí se le pasó que él y gran parte de su gabinete son egresados de esa misma universidad que acusa. ¿También para ellos aplica la denostación? 

Las respuestas de académicos, periodistas, investigadores, funcionarios, de los partidos de oposición fue homogénea: total rechazo a las declaraciones hechas por la máxima figura de un país contra una universidad pública que se ha mantenido como las mejores del mundo y de las pocas que busca sostener esa esencia de una educación accesible y de calidad. 

¿Por qué atacarla? Debemos cuestionarnos todos. Esta campaña de desprestigio contra todo lo que huela a “neoliberal” ya alcanzó a la UNAM y a sus investigadores, quienes en el 2018 le dieron su voto a quien salió de las mismas aulas a mediados de la década de los 80. Pero podríamos adelantar algo más que los descalificativos, el interés por controlar las instituciones autónomas y llevar agua para su molino. 

En este último aspecto, recordemos que una de las promesas hechas en campaña fue la creación de 100 universidades del bienestar “Benito Juárez”, las cuales lejos de llevar un avance a tres años de administración, se han visto envueltas en una falta de demanda por parte de los jóvenes, pese a que todas ofrecen las opciones de beca y su presupuesto cada vez supera más al de la UNAM. 

Varias han sido las inconformidades tanto de alumnos como de maestros y personal administrativo que en las escasas e improvisadas universidades se han registrado, aquí menciono solo algunas por cuestión de espacio: 

A finales de septiembre de 2019, estudiantes de una de estas universidades, ubicada en Villa del Carbón, Estado de México, denunciaron que su plantel operaba en un espacio improvisado prestado por el ayuntamiento, registró protestas en contra de la coordinadora de la carrera de Ingeniería en Procesos Agroalimentarios, malos tratos, falta de interés en los proyectos, improvisación en los planes de estudio, falta de maestros y por tanto decenas de deserciones. 

El 20 de febrero de 2020, el diario Animal Político reportaba el paro de labores de la escuela de Derecho Ponciano Arriaga, otra de las Universidades del Bienestar, por la incertidumbre en los procesos académicos, despido de profesores y falta de reglamentos hasta para la titulación. 

El portal #Dices en su edición de agosto 2020 comunicaba que las universidades habían recibido casi 2 mil millones de pesos, apenas alcanzaban los 16 mil alumnos y los planteles carecían de validez oficial, así como el desconocimiento de la selección de alumnos y docentes y los gastos en infraestructura. 

Así se han ido acumulando las protestas y falta de congruencia de la 4T, la más reciente fue lo sucedido el 12 de agosto de este año- La Jornada reportaba la nota titulada: “Guerrero: denuncian despidos arbitrarios de Universidad Benito Juárez”, en la que trabajadores denunciaban cómo los planteles en Xochistlahuaca y en Tierra colorada, se habían presentado despidos injustificados por parte del gobierno federal. 

Pero estas acusaciones poco le importan a los morenistas, pues se prevé que para el próximo año se aprueben en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022, 1,037 millones de pesos para el funcionamiento de las Universidades del Bienestar Benito Juárez, más dinero a un barril sin fondo. 

Así podemos entender que estas acusaciones no son del todo fortuitas contra una institución crítica, que se ha opuesto a las indicaciones del regreso a clases como lo quería el mismo tabasqueño, que ha enfrentado acusaciones e intimidación por parte de la Fiscalía General contra los investigadores y científicos y el más reciente agravio desde la mañanera. 

Llevar agua para su molino menospreciando y descalificando a terceros no es una nueva característica del presidente Andrés Manuel, pero pone de manifiesto que sus famosas “universidades” no están cumpliendo los objetivos propuestas en campaña ni mucho menos son el ejemplo de preparación para el futuro de los jóvenes, por tanto, México debe seguir defendiendo la autonomía de la UNAM y cerrar filas en torno a ella, aunque las descalificaciones tengan el sello presidencial. Construir una educación científica, humanista y verdaderamente popular sigue siendo la tarea. Nada más, pero nada menos.

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