El trabajo de concientizar y organizar a la población más humilde y necesitada de nuestro país se ha realizado por más de 40 años bajo la paciente, segura y acertada dirección de nuestro secretario general, el maestro Aquiles Córdova Morán, líder visionario que ha convertido al Movimiento Antorchista en la única organización en México realmente interesada en resolver las carencias de los más desprotegidos. Gracias a su trabajo de concientización hoy más de un millón de mexicanos -hombres, mujeres, jóvenes y niños- forman las filas de nuestra organización y se agrupan, según su actividad, en Antorcha Campesina, Antorcha Popular, Antorcha Obrera, Antorcha Estudiantil y Antorcha Magisterial. El tomo sexto compila la obra periodística del ingeniero Córdova Morán.
Esta cuarta colección de artículos de Aquiles Córdova Morán, fue escrita mientras los hombres progresistas del mundo se enteraban, consternados, de los gravísimos hechos que anunciaban ya la inminente catástrofe del mundo socialista, del más adelantado y vasto experimento de liberación social que ha emprendido el hombre en toda su historia. Los trascendentales cambios que se operaban en las sociedades europeas y en la antigua Unión Soviética, fueron acompañados de una monumental campaña propagandística que trató -y sigue martillando todavía- de presentar los fracasos del socialismo como una gran victoria de todo el género humano y como la más palpable demostración de la quiebra total de la teoría filosófica y social que la impulsó, es decir, del marxismo.
Uno de los méritos más importantes de estos trabajos, que vale la pena destacar en primer lugar, consiste en que Aquiles Córdova Morán, con una sorprendente capacidad de análisis -que han reconocido incluso algunos de sus adversarios- y con una enorme audacia intelectual y política, ha rescatado algunos de los aspectos vivos, vigentes, de la teoría de la lucha social y ha desechado otros que la práctica social ha demostrado que no son viables. No se ha arredrado porque, en algunos casos, se trata de los valores más consagrados de la teoría de la lucha social, como en el profético trabajo "Leer en Nicaragua" escrito en marzo de 1990. En estas páginas se actualiza, en artículos elaborados con el apremio de la lucha diaria y con irrefutables argumentos, la teoría de la lucha milenaria por la igualdad social y el progreso.
Un segundo aspecto del trabajo propagandístico que ha desarrollado el autor, consiste en que, reivindica, con una gran enjundia y una convicción ejemplar, la necesidad, la enorme vigencia del combate por un mundo mejor. A la luz de la explotación del hombre por el hombre -que desgraciadamente, ya casi nadie en nuestro país se ocupa de denunciar y acometer como no sea en su variante electoral y con el fin de alzarse con un fragmento de poder- Aquiles Córdova Morán va exhibiéndo la miseria, la profunda tristeza humana que, todavía, sin importar los fracasos de los intentos, sigue clamando por un remedio.
Un tercer aspecto relevante de los escritos que aquí se publican, consiste en que son una muestra palpable del asedio persistente y brutal al que ha sido sometido el Movimiento Antorchista Nacional. Los antorchistas han sabido atraerse el aprecio sincero de las masas que nada tienen, pero, al mismo tiempo, afectando poderosos intereses, han ganado descomunales enemigos. En varios lugares y momentos, como se verá en este libro, estos opositores, casi siempre caciques y políticos a quienes la justicia finge no mirar, han escogido para aniquilar, la agresión física, literalmente, las cuchilladas, los machetazos y las balas. Aquí se constata, por ejemplo, cómo, ya desde hace tiempo, Aquiles Córdova Morán denunciaba, con pelos y señales, el criminal contubernio de las autoridades del gobierno estatal de Puebla, encabezadas por Mariano Piña Olaya, con matones de la Sierra Norte para embestir a la organización antorchista.
Pero además de las agresiones directas a las personas de sus miembros, el Movimiento Antorchista, ha estado sometido a una durísima campaña de desprestigio para estorbar su relación con los pobres y atraerle la represión oficial. No hay ninguna organización política en el México de los tiempos modernos a la que se le haya intentado tanto deformar su verdadero rostro y su fisonomía política, sobre la que se hayan lanzado más calumnias y, al mismo tiempo, no hay ninguna sobre la que se hayan aportado menos pruebas.
En este libro se contiene una buena parte de la respuesta al ataque que lanzó el Partido de la Revolución Democrática en contra del Movimiento Antorchista con motivo de su trabajo político y de gestoría en Alcozauca, Gro. , respuesta que culminó con la marcha del 2 de abril de 1990. Aquiles Córdova Morán ha deshecho en muchas ocasiones los feroces ataques infamantes y los calumniadores han tenido que guarecerse en el silencio. Este es un cuarto aspecto destacado de sus escritos compilados en este volumen.
Y, finalmente, el lector atento podrá darse cuenta que si bien es cierto que en el terreno de la polémica, las capacidades analíticas del compañero Aquiles Córdova Morán son únicas, sus trabajos recopilados en este libro, demuestran, y de manera magistral, que es también un hombre de sólida formación teórica. Ello se demuestra en todas sus obras. Pero sirvan de ejemplo, el análisis hondo de la sociedad en "Drogas y Capitalismo" y el científico y profundamente humanista, "Diez de Mayo, manipulación y verdad", que son verdaderas aportaciones.
Después de treinta y tres años - toda una vida- de estar entregado en cuerpo y alma a servir, con éxito, a las masas marginadas y explotadas de México, es ya hora de que se difundan los méritos personales de Aquiles Córdova Morán.
No los va a difundir y dar a conocer la prensa oficial. No, esos méritos no los aprecia, ni celebra. Sólo raras veces, cuando las personalidades ya están muertas y su recuerdo es inofensivo.
Mientras que los poderosos endiosan a sus voceros a fuerza de costosas campañas publicitarias y premiaciones cada vez que les conviene, han querido tapar la boca a los oprimidos, acusándolos de practicar el culto a la personalidad, ridiculizando su espíritu crítico, cada vez que se proponen reconocer los méritos de un hombre que ha jugado un papel definitivo en el mejoramiento de las condiciones de su vida y en la elevación de su dignidad. No le tememos a ese sambenito.
Es invaluable la aportación de Aquiles Córdova Morán abriendo nuevos campos de acción para la lucha social, impidiendo la desbandada en tiempos en que muchos se desbandan y dando ruta cuando muchos están extraviados o han encallado en el pragmatismo. Ningún dirigente de los partidos políticos ni de las organizaciones campesinas que existen actualmente en nuestro país, se ha dedicado, con tanta valentía y congruencia, a analizar, fundamentar y defender en la prensa las acciones de su organización, como lo ha hecho Aquiles Córdova Morán.
Es el fundador, inspirador y dirigente de una batalladora organización política que es de las muy pocas, si no es que la única, que, en una escala nacional, trabaja todos los días en las entrañas del pueblo, codo con codo, defendiéndolo, educándolo y enseñándole las enormes ventajas de la organización y la lucha solidaria que le han merecido un gran prestigio y respeto entre las capas más pobres de los mexicanos: nuestro Movimiento Antorchista Nacional. Bajo su dirección, un puñado de jóvenes nobles, ha realizado, en pocos años, buena parte de los sueños de muchos revolucionarios mexicanos.
Aquiles Córdova Morán es un hombre congruente, congruente entre lo que dice y lo que hace, que es una cualidad muy rara en el mundo moderno. Es un revolucionario de toda la vida, un hombre bueno. Son muchos, cientos ya, los pueblos y las colonias que han cambiado su vida gracias a los abnegados y ejemplares activistas que ha formado, transformado y que dirige Aquiles Córdova Morán. Mucho le debemos, mucho ha trabajado y aportado de manera decisiva en nuestra educación y en nuestra vida, para ahorrarnos palabras y dejar pasar esta magnífica oportunidad de reconocerlo públicamente y darle las gracias. Así lo hago ahora a nombre mío y de todos mis compañeros.