“Tal es mi poesía…
arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.” GC
En un magistral batiburrillo en el que confunde náufrago con prófugo, como suele decir la sabiduría popular, tergiversa la información y enreda términos, el señor Aguilar Camín, quien goza del pequeño privilegio de tener un foro nacional en el diario Milenio, para el que trabaja, tuvo el desatino de meter el nombre del Movimiento Antorchista en una lista de delincuentes y calificó a los antorchistas de extorsionadores, en una publicación del martes 6 de septiembre titulada “La nueva violencia”.
Cito textualmente: “Lo que la guerra contra el narco rompió, dice Escalante, fue una especie de homeostasis de la violencia, mediante la cual estaban contenidas, acotadas, y respetadas en sus intereses, redes muy distintas de gente armada que había en el país, redes de crimen local, de negocios ilícitos que iban de la extorsión política, tipo Antorcha Campesina, a diversos tráficos ilegales como el de migrantes…”. Palabras que Aguilar Camín hace suyas al repetirlas en su escrito.
Aguilar Camín sabe hoy, pues lo ha experimentado en carne propia, lo que significa ser acusado, señalado y vilipendiado sin deberla ni temerla desde la palestra nacional; resulta, por lo tanto, sorprendente, que a pesar de haber sido víctima del mismo delito, tenga el desatino de agraviar a una organización del tamaño, seriedad y legalidad como Antorcha Revolucionaria, sin dar una sola prueba de las acusaciones infundadas que escribe sin recato.
No pienso con este escrito defender al Movimiento Antorchista de los ataques del señor Aguilar, porque está claro que lo que él busca no son pruebas. Él parte de una idea preconcebida (pagada o no), pero preconcebida, y no serán mis argumentos los que cambien su posición.
Escribo, más bien, para la población que todavía no se deja enfermar o corromper con la diarrea declaracional que abunda actualmente en los medios de comunicación, y que sigue, para fortuna mía, creyendo en los hechos contantes y sonantes que a sus ojos presenta la realidad.
Este 2022, el Movimiento Antorchista Nacional cumple 48 años de existencia. Incontables, sí, incontables son los resultados que ha dado en gestión de obra social en todo el país, dotando a gente cuya pobreza rayaba en el insulto, de vivienda digna y servicios elementales como agua potable, drenaje, luz eléctrica, caminos, escuelas, hospitales, casas de cultura, unidades desportivas integrales, albercas olímpicas y semiolímpicas, gimnasios y un sinfín de etcéteras. Las obras mismas lo gritan a los cuatro vientos.
Así también ha sido ardua la labor que ha realizado en materia de educación de las grandes masas populares, con las que semanalmente el activismo antorchista lee volantes en los que se tratan y discuten los problemas de distintos frentes como el campesino, el popular, el estudiantil, el magisterial y el obrero a nivel nacional e internacional, desde un análisis materialista dialéctico del que hace gala el dirigente nacional de esta gran organización, Aquiles Córdova Morán.
Y, además, suma entre sus logros, importantes avances en la promoción de materia deportiva y cultural. Quien conoce al Movimiento Antorchista, sabe de la incansable labor que hemos realizado en escuelas, comunidades, colonias, pueblos y ciudades en la práctica y promoción de estas disciplinas entre niños, jóvenes y adultos realizando varios concursos con una alta calidad competitiva. Realizamos eventos de talla nacional en distintos estados en los que se presentan artistas del pueblo con verdaderas dotes artísticas y deportivas que asombrarían a cualquier televisora si sus cámaras voltearan a ver al pueblo.
Por poner un ejemplo a la mano, sábado y domingo el Instituto de Artes Macuilxóchitl realizó en la ciudad de Puebla un concurso estatal y otro nacional de declamación respectivamente. Federico García Lorca, Alfonsina Storni, Pedro Bonifacio Palacios, Gian Franco Pagliaro, Rudyard Kipling, Bertolt Brecht, Pablo Neruda y más poetas revivieron en los versos de conmovedoras interpretaciones de maestros, estudiantes, amas de casa y vecinos, quienes después de dos años y medio de pandemia, viajaron desde San Luis Potosí, el Estado de México, Chiapas, Nuevo Léon, Oaxaca, Hidalgo y otros estados de la república mexicana para recordarnos que el trabajo cultural de Antorcha ha echado raíces en el pueblo.
Aquí están sus extorsionadores, señor Aguilar Camín. El pueblo educado, sensible y organizado en el Movimiento Antorchista, le lanza, desde su foro nacional, dardos de arte al pecho. A sus dardos de calumnia, a sus lanzas de difamaciones, a sus dagas vilipendiarias, nuestro escudo de arte.
Es este trabajo de gestión, educación, y de promoción y práctica de la cultura y el deporte lo que ha mantenido en pie a esta gran organización a pesar de los arteros y constantes ataques de gente como Aguilar Camín y el inquilino de palacio. Sin embargo, como dijo recientemente el vocero de la organización, Homero Aguirre Enríquez, en la presentación del libro 2021: Los puntos sobre las íes: aquí estamos los antorchistas y estamos más vivos que nunca.
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