El actual Gobierno federal se ha caracterizado por mentir sin el menor rubor; prometer cosas que sabe que no va a cumplir, como que íbamos a tener un sistema de salud como el de Dinamarca.
La realidad que vemos en este terreno es muy distinta a la que nos pintan los propagandistas de la 4T; una realidad donde hay desabasto de medicamentos e insumo en hospitales y clínicas; faltan hospitales bien equipados y a los que existen, les faltan camas, cuartos bien equipados; los pacientes están hacinados e incluso en los pasillos; las citas que se les da a los pacientes —y que en muchos casos requieren de una intervención rápida, dado el padecimiento del enfermo— se dan en fechas muy lejanas, creando la posibilidad de que la enfermedad evolucione y se complique. Esa es la realidad del sistema de salud en México.
Si bien es cierto que los gobiernos estatales deben atender el tema de salud, es también cierto que el Gobierno federal no puede eludir la responsabilidad de garantizar la salud de la población y dejarla a su suerte. Pero esto es lo que viene haciendo el Gobierno de la 4T y que se ve reflejado en San Luis Potosí, como es el caso del Hospital Central y algunos hospitales del IMSS en este estado.
Ell periódico El Pulso de San Luis, en su edición del 17 de enero de este año, informa en relación con lo que sucede en el Hospital Central: “El personal explicó que falta ‘casi todo’, y las ausencias van desde material de curación, sueros y antibióticos, pero incluso hay personal que de su propio peculio compra algunos medicamentos porque hay un faltante excesivo ‘como nunca se había tenido’. Enfermeras e intensivistas explicaron que enfrentan problemas por falta de bombas de infusión intravenosa, equipos para la administración de medicamento o productos médicos a pacientes de alto riesgo.”
En los hospitales del IMSS en SLP: “‘si no se van a enlistar, ¡váyase de aquí…!’ ‘¡Aquí no le toca, regrese de donde vino!’ ‘¿Estoy gritando? ¡Esto es gritar!”; son tan sólo unas frases que en tono altanero pronuncia un trabajador del Instituto Mexicano del Seguro Social, en el acceso principal al Hospital General de la Zona 2, cuando pacientes que tienen días o meses pidiendo cita, son recibidos para registro” (Pulso de San Luis, 7 de enero de 2024).
Estas notas son más que elocuentes para darnos cuenta de la situación verdadera, de crisis, del sistema de salud en nuestro país. Y la pregunta obligada: ¿Dónde quedó el sistema de salud como el de Dinamarca que prometió el señor presidente? Solo él lo sabe.
Esa información, la que nos dan los diarios, es la cruda realidad del sistema de salud en México y que viven todos los días los mexicanos que tienen la “suerte” de estar afiliados a algún sistema de seguridad. Ya no hablemos de los que no tienen un trabajo formal y tienen que ver la manera de atenderse médicamente. Por eso, no debemos dejar de insistir en que el gobierno que Andrés Manuel López Obrador miente todos los días y utiliza la demagogia para seguir engañando al pueblo trabajador.
En nuestro México, como en el mundo, los trabajadores son los que crean la riqueza, y debieran por ello ser los que gozan de un sistema de salud de alta calidad con hospitales de primer mundo, dotados con medicamentos e insumos suficientes; con la atención de médicos, enfermeras y demás personal con alta preparación. Pero esto no sucederá mientras quien nos gobierna sea gente que sólo representa los intereses de los grandes ricos que amasan inmensas fortunas.
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