Dicen que en política no hay casualidades y menos en los tiempos de la 4T en donde gobernadores de cuatro estados de la república -todos militantes de Morena- actúan de la misma manera que el presidente López Obrador en el delicado terreno de la seguridad: dejan que los grupos delincuenciales actúen libremente al grado que les permiten montar espectáculos macabros para atemorizar y escarmentar a grupos delincuenciales contrarios con quienes -dicen los que saben- se disputan importantes plazas para la venta y trasiego de drogas, pero con los que también infunden temor y desesperación en la población civil que ni la debe ni la teme.
En los dos primeros meses del violentísimo año 2022 -el cuarto año de gobierno de la 4T-, hemos visto cómo los habitantes del municipio fronterizo de Caborca, Sonora; los de Fresnillo, ciudad Cuauhtémoc, Zacatecas, Vetagrande, Fresnillo, Jerez, Guadalupe y General Pánfilo Natera, siete municipios del estado de Zacatecas; la capital de Colima y algunos municipios de Michoacán han tenido que soportar espectáculos sangrientos como: balaceras, “levantones”, asesinatos, cadáveres colgados de puentes peatonales y cuerpos de hombres y mujeres, con evidentes señales de tortura, que han sido tirados en las calles de los territorios que se disputan los cárteles delincuenciales o abandonados en vehículos para ajustar cuentas con sus enemigos y sembrar terror entre ellos a fin de que ya no les disputen los territorios, o las plazas, que son de su interés para llevar a cabo sus ilegales tareas de trasiego de droga rumbo a Estados Unidos.
Los millones de mexicanos que nos enteramos de lo que pasa en nuestro país a través de los medios de comunicación, nos hemos impactado con los violentísimos y sangrientos sucesos que ocurren en varias entidades del interior del país. Y, si en nosotros esos hechos causan un gran impacto porque parece que México está en guerra civil, me imagino el terror que ha de sentir la gente inocente que escucha balazos fuera de su casa, se da cuenta de asesinatos o ve a grupos de jóvenes fuertemente armados y drogados que irrumpen en las casas de sus vecinos para sacar, a punta de golpes y armas largas, a jóvenes y adultos que luego aparecen muertos, colgados en puentes, tirados en cualquier calle de sus ciudades o en un vehículo abandonado frente al Palacio de Gobierno de Zacatecas, como recientemente acaba de suceder.
Ha de ser terrible que las madres o padres de familia, o cualquier persona, vayan caminando rumbo a sus trabajos o escuelas y de repente encuentre cuerpos inertes colgados en puentes peatonales, o “acobijados” -como dijo el fiscal del estado de Zacatecas, Francisco Murillo- y tirados en las calles con el único fin de amedrentar a los enemigos de los responsables de esas muertes.
Pero esos terribles espectáculos no solo causan temor y coraje a los diferentes carteles delincuenciales que, desgraciadamente, el gobierno federal ha dejado crecer y desarrollarse con su política de “abrazos no balazos”.
También causan terror y miedo los cientos de elementos de la Guarda Nacional (GN) que han llegado a esos puntos conflictivos dizque para brindar seguridad a los habitantes y controlar a los delincuentes, lo cual solo se lo cree el gobierno federal, pues los afectados aseguran que la GN, formada e impulsada por López Obrador, no sirve para nada porque, como antaño, llega dos horas después de lo sucedido a pesar de que horas antes de los hechos sangrientos estaban enterados de lo que iban a suceder, toda vez que los choferes de traileres los habían alertado a través de su sistema de radio. Eso sucedió en el caso de la toma de Caborca por delincuentes que portaban armas largas y que tomaron violentamente el municipio la noche del 15 de febrero. Al respecto, es claro el testimonio que ofrece una mujer en la nota intitulada “Los militares se escondieron y nos dejaron solos”, bajo la firma de Elena Reina y publicada por el diario español El País en su edición del pasado 17 de febrero.
Pero, independientemente de las informaciones que los traileros transmitan a través de su sistema de radio, se sabe que la Guardia Nacional, y otros organismos federales, hacen uso de la inteligencia policial, alta tecnología y dispositivos acordes a ella, a través de los cuales saben -o deben saber- no solo con horas sino con días de anticipación, acerca de los movimientos y planes de lo que hará esa delincuencia organizada. ¿Por qué esa información no la usan para detenerlos o disuadirlos de que no afecten a la población? No lo sé, pero el caso es que dejan que los mexicanos suframos las terribles consecuencias de su inactividad o ineficiencia en el terreno de garantizar la seguridad a los mexicanos.
López Obrador y la 4T se ufanan de que el país está mejor con el gobierno que encabezan, pero eso no es cierto. Cada día los mexicanos sentimos que nos hacemos más pobres, que se redujo el sueldo que ganamos con nuestro trabajo y que ya no alcanza para adquirir los productos que nuestras familias requieren; que no tenemos dinero para comprar los medicamentos que requieren, que miles de padres ya no pueden enviar a sus hijos a escuelas particulares, en donde pretendían que adquirieran mejor educación y que la inseguridad va en aumento porque los grupos delincuenciales ya no trabajan en la clandestinidad, como lo hacían antaño, sino que ahora ya se están metiendo con la población civil a quien atemorizan y afectan psicológicamente.
¿Los mexiquenses estamos dispuestos a tener un gobierno estatal de filiación morenista como los que tienen Zacatecas, Sonora, Michoacán y Colima, en donde la delincuencia organizada realmente es la que impone sus condiciones? No lo creo, a los mexiquenses nos gusta la paz y el trabajo y en un clima de terror como el que hay en los estados mencionados, no tendremos paz y el trabajo tendrá tantos límites como la delincuencia quieran imponernos.
En el Estado de México estamos próximos a cambiar gobernador: reflexionemos y decidamos a quién daremos nuestro voto. Yo, abiertamente digo que nunca le daré mi voto a Morena debido a que no hemos visto que tenga algún plan para combatir la delincuencia organizada, ni la delincuencia común y, por tanto, no garantiza la seguridad de la gente. Desgraciadamente, lo único que hemos visto que garantiza Morena son balazos, “lavantones” y asesinatos.
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