El 5 de agosto, las autoridades electorales ratificaron la decisión de los indígenas huitziltecos: el candidato de Antorcha, el profesor Josué Elías Velázquez Bonilla, es el presidente electo de Huitzilan de Serdán. El Instituto Nacional Electoral determinó que en la campaña no hubo rebase del tope de gastos y el Tribunal Electoral de Estado de Puebla declaró válida la elección y la entrega de la constancia de mayoría para la planilla que encabezó el profesor Velázquez Bonilla. La elección, pues, es legal y el triunfo del antorchista fue contundente. De manera que, en octubre, tomará protesta como presidente y será el responsable de continuar con la transformación de este bastión del antorchismo en Puebla que ahora es, con 37 años de gobiernos antorchistas, un pueblo modelo de desarrollo indígena.
El portal de noticias contigopuebla.mx publicó, el 7 de agosto, la siguiente nota: “Ratifican a Josué Elías como alcalde electo de Huitzilan. Puebla, Puebla. Tras haber sido impugnado el triunfo del excandidato Josué Elías Velázquez Bonilla a la alcaldía de Huitzilan de Serdán, este jueves el Tribunal Electoral del Estado de Puebla resolvió a su favor en virtud de los desistimientos de los recursos sobre el Juicio promovido para la protección de Derechos Políticos Electorales (TEEP-JDC-139/2021) y de inconformidad por los resultados (TEEP-I-024/2021). Las impugnaciones habían sido presentadas por el excandidato de Morena, Gabriel Maldonado Romero, y el representante en el Consejo Municipal, Demetrio Ronquillo Bonilla, de forma incorrecta y, a decir del equipo jurídico del edil electo, fueron presentadas con argumentos engañosos. Su principal argumento fue un supuesto rebase en los gastos de campaña, mismo que fue echado abajo tras la resolución del Instituto Nacional Electoral dentro de la queja INE-Q-COF-UFT/792/2021/PUE. Luego de que las partes impugnantes se desistieron de sus respectivos recursos, el pleno del Tribunal decidió sobreseer las impugnaciones. Por tanto, se declaró válida la elección y la entrega de la constancia de mayoría en favor de la planilla postulada por la candidatura del Partido Revolucionario Institucional”.
Para los huitziltecos y el Movimiento Antorchista en Puebla se trató de dos meses de intensa lucha, apoyada por nuestros compañeros de todo el país, en la que ofrecimos a la opinión pública los siguientes argumentos: 1) El triunfo del Josué Elías fue contundente porque obtuvo el 51% del total de la votación, lo que implica que su proyecto convenció a la mayoría de los votantes y arrasó en todas las casillas el 6 de junio. 2) Que los indígenas huitziltecos están convencidos de que Antorcha ha logrado transformar para bien a su pueblo, no solo por la obra pública realizada, sino por el clima de paz que ahora se respira en aquella zona de la Sierra Nororiental del estado. 3) Que el profesor Josué Elías es un joven querido por los huitziltecos dada su sensibilidad, su fraternidad con los campesinos, su capacidad de trabajo y su preparación académica. 4) Que por todo esto nuestra campaña fue, como pocas en el país, austera y apegada por completo a las reglas electorales y que todos los gastos fueron reportados, en tiempo y forma, ante el IEE y el INE. 5) Que nuestra campaña fue, desde el punto de vista legal, un ejemplo de cómo se debe hacer una campaña limpia, cercana a la gente y de propuestas para continuar con el desarrollo de ese municipio.
La campaña de Morena, que fueron los impugnadores de la elección, no tuvo como protagonista al candidato, sino al cacique Alonso Aco Cortés, quien es el patrón de los pistoleros que buscan su regreso al poder municipal. Aco Cortés quizo derrotar al antorchismo comprando votos, recolectando ilegalmente cientos de credenciales, amenazando a los campesinos y entregando el dinero de los Programas de Bienestar. Aco pertenece a una familia caciquil enriquecida con la explotación de los indígenas y que antes de la llegada de Antorcha controló a sangre y fuego al municipio (investigadores han contado hasta 150 asesinatos cometidos por ellos y la UCI a finales de los 70 y la primera mitad de los años 80). Alonso Aco ha sido un morenista de cabo a rabo y es uno de los autores intelectuales del asesinato de presidente municipal Manuel Hernández Pasión, en octubre de 2017.
Como todo mundo sabe, los indígenas huitziltecos se organizaron con Antorcha en los primeros meses de 1984, cuando el municipio era un pueblo bañado en sangre por el cacicazgo y la UCI. Como una fuerza unida y valiente, los indígenas ya antorchizados expulsaron a los pistoleros y recuperaron la presidencia municipal. Desde entonces, gracias al trabajo constante de un pueblo unido, hemos logrado transformar al municipio. Veamos algunos datos.
El INEGI nos dice que, en 1970, en Huitzilan había 6,197 habitantes y 1,482 viviendas, de las que solo 222 tenían energía eléctrica y agua potable entubada; pero en 2020 Huitzilan tiene 16 mil habitantes y el 97.8% de sus 4 mil viviendas contaba con energía eléctrica y el 96.4% con agua potable. En los 70, sólo 10 casas tenían drenaje público, ahora más de 90% tiene este servicio. Antes de la llegada de Antorcha, solo había dos tiendas de raya controladas por los caciques con las que hacían que los indígenas se endeudaran de por vida, ahora existen más de 100 negocios de la población. Antes de 1984, en Huitzilan solo había tres jardines de niños, cuatro primarias y una telesecundaria. Ahora hay 50 planteles educativos: 19 preescolares, 18 primarias, siete secundarias, cinco bachilleratos y una normal. Antes de 1985, sólo había una clínica del IMSS en Totutla y una en la cabecera municipal, ahora existen tres clínicas, 19 casas de salud y un hospital en la cabecera municipal. En las 28 comunidades existen canchas techadas y hace unos años se inauguró la gigantesca Unidad Deportiva. Antes de 1984, en Huitzilan había sólo un kilómetro de calles empedradas, ahora el 90% de sus calles es de concreto hidráulico. Antes de 1984, Huitzilan se conectaba con la carretera interserrana mediante una brecha de terracería que en tiempos de lluvia era intransitable, provocando la incomunicación; pero bajo los gobiernos antorchistas se construyeron dos carreteras para que Huitzilan esté comunicado, una de asfalto y una de concreto hidráulico.
Las mentes buenas y sanas entenderán ahora por qué Antorcha no necesita violar la ley para ganar las elecciones en Huitzilan o en ningún otro municipio. A nosotros nos respalda nuestro trabajo de muchos años. Ese trabajo lo reconoce la gente porque es ella misma la que, con su fuerza de masas, unidad y politización, lo materializa. Los huitziltecos confían en Antorcha: este triunfo es muestra de ello. Los “morenas” ya lo deberían saber.
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