El pasado 30 de septiembre a lo largo y ancho del territorio de Guerrero se dio el cambio de autoridades municipales, 80 (salvo un caso, el municipio de Iliatenco, donde volverá a haber elecciones) en general se dio la entrega de gobierno en un clima de tranquilidad y armonía, relativamente, esto es así, porque quedan muchos pendientes de pagos a trabajadores, proveedores, prestadores de servicio etc.; sin dejar de mencionar que se dejan muchas obras y servicios sin concluir o con dificultades serias, así como problemas sociales sin resolverse aún.
Nada nuevo, porque esto es lo que se ve cotidianamente cada tres años que hay cambio de administraciones municipales. Es importante señalar que en general la población se ha acostumbrado a esto y que lo ve normal y común que esto suceda.
Pero hay un sector importante de la población que ve como una oportunidad el cambio de alcaldes, para avanzar, resolver o mejorar, la vida de los pobladores de cada uno de los municipios donde viven. La verdad es que el panorama no pinta bien, dado que cada vez se destinan menos recursos económicos para los ayuntamientos, además de que prácticamente a nivel federal y estatal no se destinan recursos para obras públicas o programas a los sectores más necesitados como es el caso del estado que cada año se recorta drásticamente recursos para el campo, pescadores, sector turismo, entre los principales sectores afectados. Por otro lado, en algunos lugares repite el presidente municipal de la anterior administración, ahí es donde la vox populli dice que ya no harán casi obra ni atenderán servicios porque ahora se van a dedicar a recuperar lo que gastaron en las pasadas campañas políticas.
Lo cierto es que no hay porque estar tan optimistas, dado que Guerrero se encuentra en segundo lugar a nivel nacional de pobreza, es decir ni el gobierno federal que lleva casi tres años de gestión, ni la autoridad estatal que está a punto de concluir su sexenio, ni las autoridades municipales que duran tres años en el cargo han podido, o han querido, en serio remontar la pobreza que viven cientos de miles de guerrerenses en las peores condiciones humanas y lo que han hecho es administrar este flagelo para tener votantes de carne y hueso que utilizan para sus interés partidistas, políticos o personales, cada seis o tres años según sea el caso, dándoles migajas, a cambio de llevarlos al poder.
¿Por qué hoy debe ser diferente? ¿Hay bases para creer que ahora si se hará justicia social a los pobres? Según su servidor, seguiremos igual o peor, no hay razones fundadas para que hoy sea diferente, porque sigue gobernando la clase política de toda la vida, ahora con color de camiseta diferente a hace años atrás, pero en lo fundamental siguen siendo los mismos que han llevado al país, al estado y los municipios al lugar donde se encuentra.
Para que verdaderamente haya un cambio, debemos opinar, participar, ser críticos con nuestros gobernantes, políticos, reconociendo aciertos y donde las cosas se estén haciendo mal debemos denunciar y participar en solucionar los problemas que nos aquejan y dejar atrás, la actitud pasiva de decir 'yo no participo porque eso es para los estudiados, los preparados, yo no sé de esos asuntos, para qué me meto en problemas, porque de seguir así ahí está nuestras comunidades metidas en un rezago que bien se puede comparar con algunos países de África'.
Mientras, debemos exigir lo que por derecho nos pertenece que es que se atiendan nuestros problemas y si fuera necesario salir a protestar hagámoslo.
Pero que nadie se sorprenda, que pasaran otros tres años más, sin pena ni gloria nuestros alcaldes, lo que no hagamos nosotros no van a venir hacerlo los de siempre, por nosotros, unámonos todos los parias de esta patria, hasta que seamos una cantidad como las estrellas del universo e iluminemos nuestro país con otra clase de políticos, nacidos del pueblo. Esa es la tarea nada más, pero nada menos. Vale.
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