Chihuahua ocupa el cuarto lugar a nivel nacional en producción mineral. De los minerales que más se extraen, se encuentra la plata, bismuto, fluorita, celestita, wallastonita, cadmio, molibdeno, plomo, zinc, diatomita, sal, barita, grafito, yeso, oro y cobre. A nivel nacional ocupa el segundo lugar en extracción de plata, plomo, zinc y oro; el cuarto en cobre y el quinto en fierro. Lo cual sitúa a Chihuahua en un cuarto lugar general con una producción de 23 mil millones de pesos. De acuerdo con los indicadores de la industria minero-metalúrgica del Inegi, durante el 2020 se extrajeron en Chihuahua 105 mil 317 toneladas de plata; mientras que, hasta el mes de abril, se produjeron 112 mil 540 toneladas. Los municipios con mayor actividad en la extracción de la plata son Hidalgo del Parral, Santa Bárbara y San Francisco del Oro. En todo el estado de Chihuahua existen un total de tres mil 348 concesiones, de estas, solo 50 son grandes compañías, dentro de las cuales se encuentran Agnico Eagle, Dia Bras Mexicana, Peñoles, Minera Plata Real.
A pesar de que la minería es un buen negocio que reditúa enormes ganancias, el problema reside en dos temas que me parece preciso señalar. En primer lugar, las condiciones en que las compañías mantienen a los obreros mineros; y es que en esta rama de la industria como en todas las demás, se procura que a los trabajadores se les contrate con el salario mínimo, los ingresos de estos se han convertido en salarios de hambre, a pesar de que esto resulte una contradicción, pues se genera tanta riqueza, pero se distribuye de la peor manera entre sus productores; además, hay que sumarle las malas condiciones en las que laboran los obreros, pues hay quienes que trabajan varios metros a profundidad, con poca luz, sin suficiente ventilación, sin agua, con riesgos de derrumbes, de inundaciones, además de que no cuentan con servicios médicos en caso de algún accidente en el trabajo.
El otro tema, de no menor importancia, es que el capital extranjero sigue extrayendo las riquezas de nuestro suelo, y se las llevan de nuestro país. México se ha convertido en una mina de oro para el extranjero. Tal parece que después de quinientos años, cuando fuimos saqueados por los españoles, México sigue siendo el patio rico que opone menor resistencia al saqueo de sus riquezas, y en ofrecer la mano de obra más barata del mercado.
Históricamente la minería ha sido pilar de la economía en el estado, incluso ha sido la causa de fundaciones de importantes centros de población; la minería es hoy el motor que apoya el desarrollo industrial, los distritos mineros que destacan son el de Santa Eulalia, Naica, Santa Bárbara, Cusihuiriachi, Chínipas, Guazaparez, Francisco del Oro, Moris, Guadalupe y Calvo, Villa Matamoros, Uruachi, Parral, Urique y Ocampo. Es decir, el estado de Chihuahua puede seguir siendo un gran centro minero, pero si no hay autoridad que regule tanto la extracción de los minerales, como también que obligue a las empresas a asegurar salarios dignos y condiciones humanas a los obreros, seguiremos siendo una tierra a la que se le explota en sus minerales y en su fuerza de trabajo, y al paso del tiempo, cuando las trasnacionales se hayan beneficiado al por mayor y dejado las minas sin minerales, solo se retirarán y dejarán desempleo y pobreza. El Gobierno federal debe intervenir ante este problema, y resguardar primero los intereses de los trabajadores.
A los trabajadores de las minas y de todas las ramas de la industria no les queda otro camino más que el de organizarse en un movimiento sólido y bien estructurado (que ante la pasividad del Gobierno federal mexicano por tanto abuso), que sea capaz de exigir mejores condiciones laborales y salariales, pues al paso del tiempo, del obrero sólo queda el recuerdo de su juventud derrochada en las ganancias del capital nacional y extranjero. Como dice la poesía “Balada de los ojos del fogonero”: “Y como la luz solo nace del hombre, siempre tras el carbón arroja un trozo de sus ojos azules, como flores, en torrentes de cables por la ciudad navegan en tabernas, teatros, de preferencia sobre la mesa del hogar, se encienden en alegres luces.
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