Hace dos mil años,
un hombre se levantó contra los ricos.
Buscó a sus partidarios
entre la gente sencilla y buena.
Se rodeó de esclavos y gladiadores:
campesinos, pescadores, albañiles.
Lo siguieron los hambrientos de su tiempo,
los más pobres de todos.
Y como se levantó
contra la clase de los ricos,
en nombre de la clase de los pobres,
fustigando a los poderosos
con la violencia de su sangre en pie,
y hablando ásperamente de lo noble
y altamente hermoso de la vida en libertad
fue sacrificado junto a los suyos,
por la clase de los ricos,
sin misericordia alguna,
él, que era todo coraje y dignidad!