En cualquier país del mundo la educación está al servicio del modelo económico y de las clases sociales que están en el poder y en México no es la excepción, el modelo capitalista está diseñado para producir mucha riqueza y obtener de ella ganancias millonarias en favor de los dueños del dinero.
Y para muestra basta mencionar que en nuestro país hay tan sólo cuatro magnates concentran una fortuna superior a los 142 mil 900 millones de dólares, mientras que tres millones de trabajadores ganan un salario mínimo de $73.04 diarios. De acuerdo con el investigador Julio Boltvinik, del Colegio de México, el ingreso del 10% de las familias más ricas se incrementó del 35% al 62% y el 1% de estas familias concentra el 22% del ingreso total del país, obteniendo en promedio 973 mil pesos mensuales. Y, en contraste, nos dice Boltvinik, hay más de 100 millones de mexicanos pobres, de los cuales un número importante vive con menos de un dólar diario. (“La magnitud de la desigualdad en el ingreso y la riqueza en México” Comisión Económico Para América Latina y el Caribe - CEPAL 2015.)
Esta terrible concentración de la riqueza del modelo neoliberal capitalista utiliza todos sus recursos económicos, políticos, legales e ideológicos, para conservar y hacer más eficientes las formas de producción. Para dicha conservación y crecimiento, los dueños del capital educan a sus hijos en las escuelas privadas más importantes de México y el mundo, mientras que a los hijos del pueblo trabajador, a quienes los harán servirle de manera desmedida, solo les ofrece una educación media superior y superior enfocada hacia la formación de técnicos y profesionistas adaptados al sistema, principalmente en el campo tecnológico; creando centros de estudio ideológicamente controlados por el Estado, orientados a alentar el modelo económico neoliberal y así reforzar las cadenas del empobrecimiento de los trabajadores.
Por todo lo anterior, se convierte en una necesidad inaplazable educar a la juventud mexicana y a los hijos del pueblo no para servir al actual modelo económico ni para fortalecer las cadenas que atan al pueblo pobre a la explotación y el sufrimiento, sino para que sean sensibles y tomen conciencia de que seguir sirviendo a la burguesía sería cavar su propia tumba, por tanto, deben formarse como hombres nuevos, con disciplina y buena conducta, para regresarle a la nación a sus hijos convertidos en la guía y motor que el propio pueblo pobre necesita con urgencia para transformar su situación.
¿Qué hacer? En el terreno educativo el Movimiento Antorchista ha creado y sigue creando, por todo lo largo y ancho del país, importantes centros de estudio al servicio del pueblo pobre, contribuyendo de esta manera para que los hijos de obreros, jornaleros y campesinos tengan la oportunidad de continuar con una educación integral: formando hombres y mujeres que construyan una nueva patria con una visión científica y humanista, con un alto compromiso político y social con la clase trabajadora, con una importante formación cultural y artística y con la capacidad de innovar, crear, imaginar y desarrollar una nueva sociedad más equitativa, más justa, más libre y más democrática.
Como botón de muestra podemos decir que Antorcha en Aguascalientes, desde su trinchera, contribuyendo con su granito de arena, ha logrado una clave de reconocimiento oficial para el Instituto “Calpulli” donde se educa a hijos del pueblo, además de la donación de un terreno para la construcción de un Albergue Estudiantil que dará cabida a estudiantes provenientes de los lugares más alejados de la capital del estado que no cuentan con los recursos suficientes para poder pagar una renta cerca de las universidades y preparatorias. Y que gracias a la gestión de los legisladores antorchistas en el Congreso de la Unión se logró obtener un monto superior a los 5 millones de pesos para la construcción de la primera etapa de este proyecto estudiantil. ¡Enhorabuena!
Como diría el líder nacional del Movimiento Antorchista, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, “llego la hora de que la juventud estudiosa vuelva a la auténtica lucha política, a la auténtica lucha revolucionaria, reclamando un proyecto que libere a México de su atraso y de su dependencia económica, y a las masas populares de su doble esclavitud: de pobres e ignorantes”.
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