MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Consulta? 

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La ley no se consulta, se aplica. Muchos ejemplos se han puesto en torno al tema de la consulta hecha el pasado 1° de agosto. Desde un cartón de Alarcón que pone a una persona en una consulta médica, en la cual el médico es un ganso, que se entiende a quién representa, y el paciente le pregunta al médico: ¿cómo estoy? Y el médico le contesta: ¡Permítame! Y se asoma a la ventana y dice: “pueblo, qué opinan, ¿lo operamos o no?” El mensaje es claro: “hay cosas que no se deben consultar, se deben hacer”, tal es el caso del intento fallido de consulta que intentó, sí o sí, instrumentar este gobierno, más a manera de capricho que en forma seria y vinculante. 

Existe una Ley Federal de Consulta Popular, que incluye su última reforma el 19 de mayo del año 2021. Consta de 65 artículos y 6 transitorios. Cuando esta ley debía ser tomada en cuenta para consultar si el aeropuerto de Texcoco debía seguir o ser cancelado, los morenistas no lo hicieron, se concretaron a hacer una consulta espuria en la cual se vio a sus operadores llenando papeletas ante la falta de gente y, con una irrisoria participación, tomaron la decisión, “en nombre del pueblo”, de cancelar un proyecto que ya llevaba un 30% de avance y ahora, como todo México sabe, nos salió más caro el caldo que las albóndigas pues tendremos que pagar más por deconstruir el aeropuerto de Texcoco y construir desde cero el de Santa Lucía, con la grave noticia de que se les atravesó un cerro y algunos mamuts a la hora de su construcción. Como dijo la empleada de banco: “con estos morenos, si no es una cosa es otra”. Y ahora que NO se necesita hacer una consulta, se empecinan los morenistas en hacerla y ya vemos las consecuencias.

¿Qué le pasó a Morena? ¿Por qué la gente no le respondió al presidente y a su partido Morena como ellos esperaban? ¿Por qué, al ver el fracaso rotundo que sería su consulta empezaron a buscar chivos expiatorios, como culpar al INE? Todo ello se explica de manera más o menos sencilla. Veamos. El pueblo de México no está politizado y, más bien, ha sido prostituido por el sistema democrático mexicano que puede llamarse, más bien, un sistema de democracia de mercado, es decir, la gente vota por quien más dinero le ofrezca en general. Como se puede ver, estoy haciendo una generalización y el público que vota en nuestro país por convicción, sin recibir nada a cambio, evidentemente sale fuera de este planteamiento y mis respetos para ese público; sin embargo, es tanta la necesidad y la pobreza de la gente que se han aprovechado de ello los partidos y no son las plataformas de los candidatos ni los principios los que predominan como factor determinante en las contiendas electorales, sino el poder y el dinero, las negociaciones en lo oscurito y la intervención de fuerzas extra democráticas que no conocemos como puede ser el caso de la sutil injerencia de los Estados Unidos o bien del los grupos delictivos organizados.

En el año 2018 Morena obtuvo 30 millones 118 mil 483 votos; en junio del año 2021, tres años más tarde, 17 millones 180 mil personas votaron por Morena, es decir, se observó una caída en términos absolutos de aproximadamente 13 millones; una estrepitosa caída en términos relativos del 43% y en la pasada consulta apenas lograron pepenar entre el 7.07 y el 7.74% de la lista nominal, es decir, un promedio de 6.9 millones de personas, que representa una caída del 77% respecto al 2018 y del 60% respecto a la elección de junio. Para que la consulta fuera vinculante según la ley debía participar en el ejercicio el 40% de la lista nominal. 

El fracaso de consulta demuestra que, cuando invitan a que participen los mexicanos sin apoyos económicos, sin sobornos, sin despensas y por plena convicción, la gente no sale, no se interesa, no participa. Ello revela que la base social que dice tener Morena está muy lejos de ser la que creen. Si el pueblo respaldara a Morena y al presidente, entonces, la gente habría salido a las calles como cuando salió a defender el petróleo en la época de Cárdenas, pero las cosas no son así. Lamentablemente, los mexicanos gastamos 500 millones de pesos de manera inútil que podrían haber sido utilizados para la compra de vacunas o medicamentos. 

Para finalizar, qué buscaba realmente esta consulta, pues la pregunta, al final de las cuentas, quedó de la siguiente manera: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?” Lo que queda claro es que no queda claro, pues la propaganda era si se juzgaba o no a los expresidentes, pero, eso no se preguntó; más bien, se debe incluir a enjuiciar al presidente actual y a toda la clase política mexicana, pues dice: “las decisiones políticas tomadas en los años pasados” y los años pasados son 2020, 2019, 2018 etc., por tanto, debía enjuiciarse el hecho de que se cancelaran las guarderías, las medicinas para niños con cáncer, etc. 

            Ése es el problema de no tener en la mente la preocupación por resolver los problemas de fondo del país y querer, con medidas mediáticas, manipular a la población. ¿Por qué se hace la consulta? Porque no hay resultados en este gobierno y de esa manera se busca mantener distraída a la población discutiendo cosas que no deberían estarse discutiendo. Además, ¿de dónde salieron los recursos para tanta propaganda que se hizo en las calles con las lonas con las fotos de los expresidentes de México? No creo que haya salido de los bolsillos personales de los morenistas, sino que fue dinero de nuestros impuestos. Otro abuso más. 

El pueblo debe ver que esta consulta no es más que otro mecanismo para que le controlen, le manipulen y le impidan educarse y organizarse para la toma del poder político nacional y para su propia liberación. El pueblo, entonces, debe luchar por su liberación, para salir de su atraso. La consulta demuestra, como queda claro, que este gobierno no piensa en los intereses de los desprotegidos, sino en proteger sus intereses. 

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