La corrupción no es el problema principal de México como lo sostiene cada que puede el presidente Andrés Manuel López Obrador.Más bien fue un excelente lema de campaña del otrora candidato presidencial, a sabiendas que la inmensa mayoría de los mexicanos estábamos hartos de ese cáncer que practicó, descarada e impunemente, la clase política que ejerció el poder en al menos los últimos 30 años.El resultado hoy todos los conocemos, López Obrador ganó de manera contundente, precisamente porque los mexicanos ya no queríamos políticos corruptos.
Para los mexicanos la corrupción de la clase política no es un tema nuevo.Al contrario, nos hemos dado cuenta que varios miembros destacados de todos los partidos la han practicado.Solo a manera de ejemplo, citaremos algunos casos emblemáticos.Todos recordamos el caso de Raúl Salinas, "el hermano incómodo" del expresidente Carlos Salinas de Gortari, símbolo de la corrupción de los años 90'S, que si bien es cierto estuvo en la cárcel por varios años, al final fue liberado y exonerado de los delitos que pesaban en su contra: homicidio, peculado, defraudación fiscal, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, y como una burla para los mexicanos, se le regresaron los cientos de millones de pesos, que había obtenido de manera ilícita, y también una treintena de inmuebles repartidos por todo el país.También recordamos a los hijos (Manuel y Jorge Alberto Bribiesca Sahagún) de Martha Sahagún, esposa del expresidente Vicente Fox, quienes fueron intermediaros de la empresa Oceanografía, para gestionar contratos millonarios ante PEMEX, durante los sexenios panistas de Fox y Calderón, hasta que la PGR en aquel entonces la aseguró en el 2014, por un presunto fraude por 235 millones de dólares, ese mismo año se encarceló al dueño formal, Amado Yáñez Osuna, pero fue liberado en abril de 2017, en junio del mismo año se le devolvió su empresa, y los hermanos Bribiesca siguen impunes hasta nuestros días.No podía faltar René Bejarano, secretario particular y principal operador político del mismísimo López Obrador, en aquel entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, ambos eran perredistas.Aunque en su momento AMLO sostuvo que fue un "complot de la mafia del poder", para desprestigiarlo políticamente, el hecho concreto fue que Bejarano fue exhibido a través de un video recibiendo un maletín lleno de dinero, corría el año 2004, también estuvo en la cárcel varios años, como en la mayoría de los casos, fue exonerado por su puesto, nadie supo del dinero que recibió y actualmente, es otra vez un operador político de Morena y del gobierno de la autollamada Cuarta Transformación.Y así podemos seguir con una larga lista de políticos, como la maestra Elba Esther Gordillo, Rosario Robles, y varios gobernadores como Andrés Granier, Javier Duarte, Roberto Borge, y un largo etc.Por eso sostengo que la corrupción de la clase política mexicana no es una novedad para el pueblo de México.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, no se da cuenta que los mexicanos ya le cobramos esa factura a los políticos neoliberales, como él los llama, que gobernaron antes que él, ya se les castigó con el voto en el 2018.Por eso obtuvo más de 30 millones de votos.Nadie en su sano juicio se opone a que se siga castigando a los políticos corruptos, los mexicanos no solamente no nos oponemos, sino que exigimos que se aplique todo el peso de la ley a todos los funcionarios que usen el tráfico de influencias para beneficiarse.
Sin embargo, en lo que no estamos de acuerdo es que no se castigue a todos los actores políticos, del partido que sea, incluidos los funcionarios del actual gobierno federal.Ya que, según varios datos, el gobierno actual encabezado por Andrés Manuel López Obrador, resultó ser más corrupto que los gobiernos del PAN y del PRI.Por ejemplo, en los primeros cinco meses del presente año, hasta mayo, COMPRANET tiene un registro de 50 mil 477 contratos celebrados por el Gobierno federal, de los cuales, el 77.2 por ciento han sido por la vía de adjudicación directa.Es decir, los funcionarios morenistas deciden a quien contratan como proveedores y normalmente son sus familiares o amigos.Por ejemplo Rocío Nahle, actual Secretaría de Energía otorgó un contrato por 4,698 millones, al Grupo Huerta Madre, propiedad del empresario veracruzano Arturo Quintanilla Hayek, que es su compadre, casi 5 mil millones de pesos para el acondicionamiento de los terrenos de Dos Bocas, por cierto dicha empresa fue creada el 17 mayo de 2019, y el resultado de la licitación se publicó el día 24 de mayo del mismo año, es decir, sólo siete días pasaron para que le fuera adjudicado un contrato multimillonario por parte de PEMEX.
Otro de los casos más escandalosos de corrupción, es la empresa Cyber Robotics Solutions, propiedad de León Manuel Bartlett álvarez, hijo del director de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, dicha empresa en lo que va de la administración de la Cuarta Transformación, se ha beneficiado con 800 millones de pesos en contratos con dependencias del Gobierno federal.Por ejemplo, el 30 de abril pasado firmó un contrato en adjudicación directa con el ISSSTE, por 94.9 millones de pesos para venderle equipo de ultrasonido para tórax y pulmón.Pero la gota que derramó el vaso, fue el 17 de abril pasado, la misma empresa firmó un contrato, nuevamente en adjudicación directa, ahora con la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el estado de Hidalgo por 31 millones de pesos, mediante el cual le vendieron 20 ventiladores modelo matisse para atender a pacientes con covid-19 en estado crítico.Cada ventilador fue vendido en un millón 550,000 pesos, lo que los convertía en los ventiladores más caros adquiridos por la Federación en medio de la contingencia sanitaria.Fue tan evidente la corrupción de la empresa del hijo de Bartlett Díaz, que la Secretaría de la Función Pública(SFP), tuvo que inhabilitarla por dos años y sancionarla por más de dos millones de pesos.En un comunicado la SFP informó: "El precio ofrecido por la empresa estuvo fuera del rango del mercado.Así quedó demostrado por la compra, en el mismo momento, de equipos similares a otra empresa por un precio mucho menor, así como por el costo de los equipos adquiridos recientemente por la Cancillería y otras entidades del gobierno federal".
Podemos continuar con la lista de los funcionarios presumiblemente corruptos de la autollamada Cuarta Transformación, que también es muy extensa: El matrimonio Ackerman-Sandoval, los Monreal, Ana Gabriela Guevara, Zoé Robledo, el senador Armando Guadiana, el célebre gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, etc.
Mejor concluyamos, nuevamente sostengo que López Obrador se equivoca cuando afirma que el mal principal de México es la corrupción, y que va a curar todos los males combatiéndola.Lo que AMLO no entiende es que la corrupción es inherente al modelo capitalista o neoliberal, que es el que todavía predomina en el mundo y en nuestro país, y que tampoco se puede eliminar por decreto como él lo hizo.
El modelo económico neoliberal subyace en la economía misma del país y es una máquina creada para explotar a la inmensa mayoría de los mexicanos, extrayéndoles su trabajo vivo para concentrarlo en unas cuantas manos, las de los dueños del país, quienes son capaces de utilizar esas grandes riquezas para garantizar que eso siga sucediendo con, sin y hasta en contra de las leyes, mientras el pueblo trabaja y sufre todo tipo de carencias e injusticias sin poder sino apenas sobrevivir.Excepto algunas cuantas naciones heroicas, esta injusta distribución de la riqueza es una realidad de todo el planeta, y en México no solo no es la excepción, sino que somos una de las naciones más injustas, pese a ser la economía número 15 del mundo; de acuerdo con cifras de Oxfam, en México el 1% más rico tiene más de ocho veces la cantidad de riqueza que los 62 millones de personas en situación de pobreza por ingresos.En el top de los países más desiguales México se ubica en la décima posición, somos el décimo país más desigual del mundo, y si se cuentan las políticas públicas de redistribución de la renta (cómo cobra y cómo gasta el gobierno), estamos en el primer lugar de desigualdad, con todo y el Gobierno de la Cuarta Transformación que con su célebre "austeridad republicana" ha aumentado la pobreza de los mexicanos más pobres y las condiciones para que se fermente la corrupción
Mientras existan esas abismales diferencias sociales y mientras el aparato productivo y el institucional siga defendiendo los intereses de los poderosos por encima del interés y la seguridad de la nación misma y de las grandes mayorías, mientras exista el modelo que prioriza las diferencias de clases, la corrupción seguirá existiendo y solamente cambiará de forma y de color de partido.Por eso López Obrador nunca va a terminar con la corrupción, aunque lo repita todos los días y así se explica que su gobierno sea más corrupto que los anteriores.La única manera de acabar con la corrupción es cambiando el modelo económico neoliberal, como lo propone el Movimiento Antorchista Nacional.Ahora bien, el único que puede cambiar el modelo neoliberal en México, es el pueblo organizado y politizado, y al hacerlo se liberará del verdadero problema que lo somete a todo tipo de males: la pobreza.Y liberándose de sus aherrumbradas cadenas, acabará con todos los males que genera, entre ellos la corrupción.En esa titánica tarea estamos los antorchistas de todo el país desde hace 46 años, parece que pronto lo lograremos.Al tiempo.
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