La revista Proceso publicó un texto titulado “Coyomeapan. Entre caciques y la indiferencia oficial, así sobrevive uno de los municipios más pobres”, en el que la reportera Gabriela Hernández intenta defender a los indígenas, que son víctimas del cacicazgo que encabeza Araceli Celestino, protegida por Morena e íntima del exgobernador Miguel Barbosa.
La reportera Hernández describe la pobreza de los campesinos, denuncia la riqueza de “Los Celestino” porque se roban el erario y enlista a los partidos que les han dado cobijo. Pero omite la estrecha relación que tienen con el crimen, que les hace el trabajo sucio, como el asesinato de los rebeldes, a cambio de libertad para operar. Además, no se le pasa por la cabeza investigar en qué consiste la fortaleza de los indígenas de Coyomeapan. No lo sabe. Por eso, no lo puede defender. Esa es la razón por la que el reportaje de Proceso fracasa.
¿Y en qué consiste esa fuerza? En su unidad a prueba de todo: a prueba de amenazas, de cárcel, de represión y de asesinatos. La fuerza de la Unidad por Coyomepan (que aglutinó a los grupos más progresistas del municipio, entre ellos a los antorchistas) reside en su alianza fraternal. Gracias a eso lograron, el 23 de febrero, que el presidente Rodolfo García, esposo de Araceli y cuñado del expresidente de Coyomeapan, David Celestino, se comprometiera a renunciar al cargo.
¿Cuántos municipios han logrado destituir a su presidente? ¿Usted recuerda a alguno? Yo solo uno: los pobladores de Ocoyucan, muchos de ellos unidos con Antorcha, destituyeron a su edil en el 2016. ¡Y cuántos poblanos quisieran hacer lo mismo, porque sus presidentes no sirven para nada! ¿Usted no querría quitar al suyo? Pero eso no es posible, porque el aparato del Estado burgués impide que aquí y allá se ande quitando a los presidentes, diputados o senadores, cada que se le antoja a la gente. No es bueno en la “democracia”. Este sencillo razonamiento no lo entendió Proceso, ni su “investigadora”.
la unidad de todo el pueblo los ha llevado adelante y les ha dado triunfos que muchos pueblos anhelarían y sueñan.
El edil de Coyomeapan se comprometió a renunciar a su cargo, porque el 13 de diciembre de 2022 murió el gobernador Miguel Barbosa, protector, secuaz y aguerrido defensor de los caciques, y porque la Unidad de Coyomeapan, ya con el nuevo gobierno poblano, lanzó una última movilización que fue fundamental: a finales de noviembre de 2023, cientos de ellos paralizaron el centro de la capital y tomaron el Congreso. Ahí se acordó que solo con el edil fuera de la presidencia se acabaría el movimiento. De todas formas, el alcalde está expulsado del municipio desde junio de 2021. No puede entrar. Nunca pisó la presidencia para ejercer y es probable que no la pisará en el futuro.
Después de eso, decidieron participar en las elecciones con un candidato único. El 18 de febrero, una asamblea del municipio eligió con 2 mil votos a su candidato: Guillermo Abasolo, un campesino antorchista que estuvo en todas las luchas de la Unidad de Coyomeapan y que, desde luego, se hizo respetar por sus paisanos. ¡Por eso lo eligieron con una abrumadora mayoría! Sin embargo, un grupo menor a 100 personas no estuvo de acuerdo, abandonó la reunión y se apartó de la Unidad de Coyomeapan. Desde entonces, han trabajado contra la unidad, intentando fracturarla. Esos renegados son los que opinan en Proceso.
Dice Proceso en su reportaje: “de acuerdo con integrantes de Unidad por Coyomeapan (¿Cuántos integrantes?, pregunto yo. ¿Y qué peso de masas tienen dentro del movimiento?), la resistencia se dividió porque el gobierno cooptó a algunos miembros y -como una forma de desarticularlos- dio voz a gente de Antorcha Campesina, organización que busca quedarse con el control político del municipio”.
Todo eso es falso. La división no la hizo el gobierno estatal, sino el grupete menor a 100 personas que querían quedarse con la candidatura a la presidencia. Eso no lo quieren confesar públicamente, porque entonces se entendería que toda la lucha la libraron para sentarse en el mismo lugar que “Los Celestino”. Por eso prefieren, bajo el anonimato, echarle la culpa a los antorchistas. Justo como lo hizo hace dos años Araceli Celestino y el mismo Barbosa: toda la culpa es de Antorcha. Es curioso que todos ellos razonen igual… ¡y que Proceso les dé publicidad!
Antorcha no busca ni quiere quedarse con el control político de Coyomeapan. No es posible y lo impiden los campesinos organizados. Antorcha siempre ha sido respetuosa de las decisiones de la Unidad por Coyomeapan, sus integrantes jamás han intentado rebelarse a sus decisiones y siempre han apoyado en todas las tareas benéficas, como las faenas y la seguridad. No es la primera vez que Don Guillermo Abasolo es electo como candidato de la Unidad por Coyomeapan. Es la segunda, lo que prueba su liderazgo y amistad con sus coterráneos. En el 2021 fue electo como candidato por los mismos que ahora le vuelven a dar el voto de confianza. En ese año peleó por la presidencia, pero el cacicazgo y Barbosa hicieron fraude. Proceso y Gabriela Hernández nulifican políticamente a don Guillermo, porque una palabra seria sobre él les tumbaría el reportaje y la culpa que le quieren endilgar a los antorchistas. Coyomeapan, gracias a esta lucha, ha forjado a muchos líderes naturales inteligentes, trabajadores y abnegados. Uno de ellos es don Guillermo. Pero hay más, porque la lucha siempre genera a verdaderos líderes populares.
Sigue el reportaje: “la población estaba dividida entre los antorchistas que sostienen que hay condiciones para los comicios y (los) líderes comunitarios que temen que en este contexto se desate más violencia, los Celestino busquen su retorno o gane otra fuerza que cometa aún más atropellos”. Esto también es falso. Ahora resulta que la división ya no es entre población y caciques, sino entre población y antorchistas, como si los antorchistas fueran externos tratando de beneficiarse de la lucha campesina. La división son 2 mil integrantes de la Unidad por Coyomeapan que quieren elecciones limpias y que ya eligieron a un candidato y un pequeño grupo que no está de acuerdo con la mayoría.
La calumnia contra Antorcha no es nueva. El viernes 10 de septiembre de 2021, ante las calumnias de Miguel Barbosa sobre el mismo asunto, publicamos un desplegado en El Sol de Puebla en el que dijimos: “Como organización social, estamos fuera del conflicto en Coyomeapan. Nuestros dirigentes en la Sierra Negra no tienen contacto con los grupos que representan a los pobladores y no los lideramos”. Eso no impide, también lo dijimos en el desplegado, mostrar nuestra simpatía con ese movimiento. “Antorcha está de acuerdo con los opositores y, solo si ellos lo pidieran, nos sumaríamos con toda nuestra fuerza”. Lo sostenemos: apoyamos sinceramente la lucha de los campesinos.
Los Celestino han gobernado a Coyomeapan por más de 12 años, bajo el cobijo de gobernadores, aliados y diferentes partidos políticos. David llegó antes de 2010 a Coyomeapan y ganó la presidencia con el PRI en 2011. En 2014 lo sucedió su hermana Araceli, apoyada por el ‘morenovallismo’ panista. En 2018, regresó David como presidente municipal. En las elecciones de 2021, los hermanos pusieron como candidato de la alianza Morena-PT a Rodolfo García, esposo de Araceli. “Los Celestino” gobernarían a Coyomeapan durante 14 años o más, porque Araceli es apapachada por Morena, fue diputada federal de 2021 a 2024 y ahora es candidata a diputada local por el Distrito 25 de Puebla. Una nota de periodicocentral.mx del 16 de mayo de 2022 dice: “Tanto “Los Celestino” como “La Marrana” (Leoncio González) y Nacho Salvador forman parte de la mafia de alcaldes que han controlado por años la zona de la Sierra Negra”.
¿Y los castigos por sus crímenes? En un artículo titulado “Coyomeapan: ¿quién genera la violencia?”, publicado por alcancediario.mx el 20 de diciembre de 2021, enumeramos algunos de ellos. Y muchos medios poblanos enlistaron los crímenes: “la resistencia de la familia Celestino Rosas a dejar el poder llevó a que el 9 de mayo de 2022 ocurriera un funesto suceso. Una manifestación pacífica derivó en la muerte de tres ciudadanos, uno de ellos menor de edad, además de dejar decenas de heridos de bala, 10 detenidos y 39 órdenes de aprehensión”, se dice en la columna ‘Machetitos’ del 18 de febrero pasado. La justicia debe actuar ya.
En Coyomeapan se discute si habrá elecciones o se suspenderán. Ellos sabrán decidir lo que mejor convenga a sus intereses. Nosotros solo les recomendamos una cosa: la unidad de todo el pueblo los ha llevado adelante y les ha dado triunfos que muchos pueblos anhelarían y sueñan. Únanse fraternalmente en su lucha y peleen contra todo lo que los fracture como movimiento. Solo así podrán ganar las elecciones, tener un gobierno que trabaje para ustedes y que les rinda cuentas claras.
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