Leí con detenimiento y emoción la carta que desde su injusta prisión nos escribió a los antorchistas nuestro valiente compañero Domingo Ortega Butrón. No lo sé, pero supongo lo deprimente que es la prisión, me imagino la tortura física y psicológica a que son sometidos los presos políticos, porque históricamente, nada le causa más rabia al poder que un hombre íntegro, cuya dignidad en sí mismo es ya una afrenta para los que se creen con el poder absoluto sobre las personas. Y así, tal cual lo pide Domingo: ¡no nos vamos a rajar!
Lo han documentado compañeros con lujo de detalles distinguidos e ilustres compañeros y todos los antorchistas sabemos que la prisión de Domingo Ortega es un ataque al Movimiento Antorchista en Hidalgo para que se abstengan de seguir luchando para exigir servicios, derechos y compromisos del gobierno estatal con la ciudadanía, con sus gobernados. Por eso no cejaremos en nuestra lucha legal y social, no sólo para liberar a nuestro estimado compañero, sino hasta conquistar una patria más justa para todos los mexicanos.
Pero, mientras eso sucede en Hidalgo, en donde la lucha social es atacada, donde la constitución y los derechos que en ella se plasman son pisoteados por el gobierno del estado, en otras latitudes, criminales se pasean impunemente y hasta son proclamados candidatos a dirigir partidos. Morena ha llevado a nuestra patria a un abismo tal que los mejores hombres se debaten entre la persecución y el ninguneo, mientras los criminales dirigen las instituciones.
Para muestra de lo que afirmo un botón nos basta, amén de todas las denuncias hechas por especialistas, en las que se acusa al Gobierno federal de una colusión con la delincuencia organizada: Marco Alonso Aco Cortés, cacique explotador de la Sierra Nororiental y uno de los autores materiales del macabro atentado contra nuestro distinguido compañero (entonces presidente municipal de Huitzilan de Serdán) Manuel Hernández Pasión, es hoy nada más y nada menos que aspirante a dirigir Morena en Puebla.
Quizá para cuando este modesto escrito aparezca publicado, se haya ya definido la dirigencia morenista en Puebla y sea o no Alonso Aco el nuevo ungido en este partido “de malhechores” como lo afirmó en algún momento el gobernador Miguel Barbosa, lo que realmente importa es la corrupción generalizada a la que se ha llevado nuestro país con Morena como partido gobernante y de cómo se abusa hasta de la impunidad candidateando criminales como Aco Cortés.
Esos paladines de la “honestidad” se han vuelto no sólo corruptos sin medida y con total cinismo como constan en los videos de los "hermanazos" (Pío y Martín) del propio presidente o de sus operadores muy cercanos recibiendo fajos de billetes, traficando influencias o presumiendo los costosos viajes y atuendos de las mejores marcas; también han llevado la corrupción de antaño a los niveles más descarados, como lo acabamos de ver en las recientes elecciones de sus consejeros. Sólo su líder “moral”, el presidente de la república, acostumbrado a mentir a sangre fría, es capaz de sostener que hubo “un ejercicio democrático”, todo el país pudo atestiguar la operación de acarreo masivo, la presión a través de los programas sociales, la mapachería, embarazo de urnas, zafarranchos, detenidos y todo tipo de “bellas” actuaciones líderes y huestes morenistas por acceder a su Consejo Nacional. Hacen en grado superlativo, todo aquello que antes criticaron.
Vivimos pues en un país en el que poco falta para que el mundo entero nos vea como una mera caricatura de nación y todo esto sucede mientras el mandatario acaba de ir a prometer la entrega a los Estados Unidos la poca dignidad que le quedaba a la patria dando todas las facilidades a la DEA para que opere en nuestro país contra la delincuencia (por complicidad o incapacidad del gobierno federal en turno); mientras estamos a punto de una recesión que ya anuncian varios economistas, aunque lo niegue el inquilino de palacio nacional.
Pareciera que el gobierno federal morenista está interesado en subastar a nuestro país entre los criminales y gobiernos extranjeros, usando al pueblo como carne de cañón a cambio de que el pago de la subasta quede en sus manos y acrecentar los bolsillos de aquellos que alguna vez dijeron combatir la corrupción.
Pero como dijo en un discurso ante la ONU, Fidel Castro: ¡Basta ya de palabras, hacen falta hechos! Hace falta que en el pueblo no sólo analicemos y critiquemos, sino que busquemos la solución a esta gran crisis socioeconómica y política que la ambición de poder y la falta de escrúpulos de quienes dirigen hoy el país han ido empeorando.
Antorcha llama a las mujeres y los hombres, a todos los verdaderos patriotas del país a organizar a nuestro pueblo para construir una opción política que enfrente los principales problemas con un proyecto claro, donde se acabe con la pobreza y no con los pobres, donde se ataque al problema y no a la libertad de organización, donde se persigan las soluciones y no a quienes luchan por ellas, donde se persiga a los delincuentes y no se les empodere. Esa patria tan necesaria para todos los pobres de México y del mundo, sólo la puede construir la clase trabajadora dirigida por los mejores hombres y por esa patria luchamos los antorchistas todos los días en todo el país.
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