Apenas habían transcurrido los primeros diez días del 2024 y ya se contabilizaban 650 homicidios en el país, siendo el 7 de enero el día más violento con 86 asesinatos y los estados con más homicidios a Guanajuato, Michoacán, Estado de México y Baja California, de los cuales Morena gobierna en tres y el PAN en uno.
Aún no concluye el primer mes del año y la ola de violencia mantiene el movimiento con el que cerró el año anterior; manifestándose en masacres, ataques armados, incluso asesinatos de precandidatos y, a pesar de que es año electoral, en el panorama de la política nacional no se ve una estrategia que verdaderamente atienda la situación tan terrible en la que está envuelto el país.
Lo que sí se augura por los especialistas es que al cierre de la administración federal se alcance la cifra de 200 mil homicidios.
?2023 fue un año importante para la seguridad del país, no sólo porque se rompió el récord de los 156 mil homicidios que se cometieron durante la administración de Enrique Peña Nieto, sino porque el gobierno del morenista Andrés Manuel López Obrador y su estrategia de “abrazos y no balazos”, registró del primero de diciembre de 2018 a noviembre de 2023, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), 166 mil 278 asesinatos, de los cuales, cuatro mil 760 fueron feminicidios y el resto homicidios dolosos (Expansión, 28 de diciembre de 2023).
?Por si la cifra no fuera espeluznante, en el mismo 2023 el país se vio sacudido por 427 masacres que, sumadas a las ocurridas desde 2020 dan un total de dos mil 130. De acuerdo con el informe “Galería del horror: atrocidades y eventos de alto impacto registrados en medios periodísticos” de la organización Causa en Común, hubo una masacre cada 19 horas en territorio nacional, teniendo a Guanajuato, Zacatecas y Guerrero como los estados más afectados (otra vez, el primero gobernado por el PAN y en los otros dos por Morena).
?Dos datos más: el primero es del informe de Causa en Común, en el que se subraya la existencia de 23 mil atrocidades que incluyen hallazgos de fosas clandestinas, trata de personas, tortura, calcinamiento, violencia contra migrantes y asesinatos de niños y adolescentes. El segundo, que “durante los primeros diez meses del año 2023, México registró mil 943 homicidios de niñas, niños y adolescentes entre 0 y 17 años. Este dato lo reveló la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) con los registros del Secretariado Ejecutivo”, publicó el portal Infobae el 9 de enero del presente año.
?Y a pesar de estas cifras, de este panorama tan tétrico, el Gobierno federal no ha querido cambiar de estrategia para detener la crisis de inseguridad que envuelve al país, y menos ha querido reconocer que esta falló, lo que ha llevado a su administración a ser la más violenta.
Lo que sí ha hecho el presidente López Obrador, como ya es costumbre, es culpar a los gobiernos anteriores: “Ahora nos dicen: ‘¡Qué barbaridad! ¡El gobierno de ahora es el gobierno que tiene más homicidios!’ Sí, pero… es una mala herencia en seguridad, pero así nos dejaron salud, y así nos dejaron educación, y así nos dejaron todo. El país estaba en bancarrota, el país estaba inmerso en una decadencia”, comentó el 1 de junio de 2023 en Expansión.
?No se puede ver el problema de la inseguridad como un fenómeno aislado, fuera de la realidad internacional, nacional y local; para ello, es necesario conocer el contexto en el que se desarrolla y las causas que la provocan.
Eso servirá también para entender si la estrategia utilizada es la correcta o carece de rigor científico a la hora de analizar la realidad, o no se quiere y no se puede, porque el mismo sistema así lo requiere para mantenerse.
Jenny Acosta, investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales (Cemees), escribió: “Son dos los posibles orígenes de la violencia que tienen mayor aceptación: el primero dice que se debe a razones subjetivas, a que las personas que ejercen violencia lo hacen por problemas mentales o de otra índole pero siempre producto de circunstancias propias del individuo; el segundo origen con una aceptación más o menos amplia señala a la violencia como producto de causas materiales, con especial énfasis en la pobreza debido a que la falta de ingresos que permitan un nivel de vida digno orilla a que se busquen alternativas ilegales. No puede obviarse que también existen quienes ven en el crimen la salida más rápida para satisfacer fines egoístas, pero estos no son la constante”.
?Si analizamos el contexto, se puede ver que ha sido en el segundo aspecto que describe la investigadora del Cemees, pues en 2021 el Coneval anunció que en 2020 hubo un aumento de 3.8 millones de personas en situación de pobreza, en comparación con las que había en 2018.
Y aunque hace unos meses, de la noche a la mañana el mismo Coneval aseguró que en dos años el gobierno de la 4T había sacado de la pobreza a 9 millones (que disminuyó del 43.9 al 36.3 el porcentaje del total de población en pobreza), investigadores como Julio Boltvinik han puesto en duda los números y aseguran que, en realidad, la pobreza ha alcanzado a 90 millones de mexicanos, es decir, arriba del 70 % de la población.
Auguran los especialistas que al cierre de la administración federal se alcanzará la cifra de 200 mil homicidios y que la pobreza habrá alcanzado a más de 90 millones de mexicanos, es decir, arriba del 70 % de la población.
?La realidad nacional nos muestra que los problemas el ámbito de la seguridad, de la salud, del poco desarrollo de los pueblos y otras áreas importantes para garantizar el bienestar de la población no son más que una consecuencia del crecimiento de la pobreza, misma que es el resultado de la injusta distribución de la riqueza, y de la que poco o nada se ha interesado el Gobierno morenista por atender. Situación que hay que ver también desde la lucha de clases, porque si el Gobierno no representa al pueblo trabajador que lo eligió para gobernar, tampoco va a aplicar las medidas efectivas que ayuden a corregir el camino.
?De ahí la importancia de la creación de un partido que tenga raíces profundas en el seno del pueblo trabajador, para que lo defienda y tome en sus manos el rumbo de su destino.
Sólo el pueblo, con una vanguardia comprometida con este como guía, puede lograr un cambio verdadero: mientras eso no suceda, seguiremos rompiendo récord en inseguridad, en pobreza, en inflación; seguirá pagando las consecuencias el pueblo trabajador, mientras el Gobierno federal se desentiende de sus gobernados, se ocupa de las elecciones, de su popularidad, y gasta el tiempo buscando a quién culpar de los males del país.
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