Después de que la inflación se ubicará en 7.45%, en el pasado mes de marzo, la más alta desde 2001, el precio de los alimentos se ha disparado a casi el doble de su precio habitual con graves afectaciones en los bolsillos de los mexicanos y sobre todo en esta temporada de Cuaresma.
Como cada año cientos de miles de familias mexicanas se suman en esta temporada a la tradición de evitar ingerir carnes rojas previo a la semana santa por lo que recurren a los productos del mar.
Pero debido a la alta tasa inflacionaria, comerciantes y consumidores se enfrentan con el alza del 10.8% en los precios de alimentos y 13.5% de pescados ya mariscos.
Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), declara que las proteínas del mar son "el eje de la alimentación" de los mexicanos durante la cuaresma, pero el alza de los precios ha golpeado la compra de estos alimentos desde el inicio de la cuaresma.
De acuerdo con los testimonios de consumidores, el alza en los precios de estos productos modifica drásticamente su alimentación en esta temporada, teniendo que recurrir a productos más baratos o limitar la cantidad de producto que regularmente compran para alimentar a todos los miembros de la familia.
El representante de los pequeños comercios del país añade que la inflación también ha disminuido el ticket de compra, lo que reduce las ganancias de los comerciantes mexicanos. Quienes desde el inicio de la pandemia se han visto afectados, pues no creen que las ventas aumenten.
Aunque otros consumidores abaraten más su alimentación recurriendo a proteínas blancas como el huevo o el pollo, estos productos también han sufrido el impacto del alza de precios que en el país se vive desde el año pasado.
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