A lo largo de la historia, México ha sido muestra de tantos sucesos importantes, sobre todo, de la unidad de sus ciudadanos para enfrentarlos, aun así, seguimos siendo un gran país, gracias a la unidad y esfuerzo de todos los trabajadores, pese a los graves daños que ha ocasionado la Cuarta Transformación, que lejos de mejorar las condiciones de los más pobres y desprotegidos de la patria, por el contrario, sigue aumentado la desigualdad y marginación social.
En efecto, nuestros gobernantes no están preocupados por el bienestar social, se esfumó la promesa de “primero los pobres”, de que “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”; en los hechos demuestran lo contrario, porque la 4T, solo ha procurado ambición y mezquinos intereses personales de los que detentan el poder en vez de buscar el bienestar y calidad de vida del pueblo trabajador de los millones anhelan desde hace muchos años acceder a mejores oportunidades.
Sin duda, con la eliminación del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), el Seguro Popular, que atendía a un promedio de 53.5 millones de familias sin afiliación a un servicio de salud, con la eliminación del Ramo 23, que destinaba recursos para obras en zonas prioritarias y de un sinfín de programas sociales, que sí ofrecía ayuda, quedó en el olvido, con la única intención de disponer a discreción toda esa cantidad de dinero público para obras faraónicas y electoreras, lo que demuestra, una vez más, que el gobierno de López Obrador no tiene rumbo, ni un plan científico serio para sacar a México del megabache en el que se encuentra.
A los mexicanos nos queda claro que en lo que queda del sexenio del presidente de la república, no habrá mejoría, pues al parecer está más preocupado en elegir entre sus corcholatas al que lo sustituirá en el gobierno, aunque no haya ofrecido nada de lo que prometió en campaña, más que puras mentiras y traición al pueblo que lo puso en el poder.
Mientras millones de mexicanos viven en la miseria, mientras el país vive una ola de delincuencia y asesinatos, mientras muchas derechohabientes del servicio de salud esperan sus medicamentos; y mientras millones de estudiantes se quedan sin una educación de calidad, el presidente vive muy feliz en su palacio, indolente al dolor y sufrimiento ajeno.
Es momento, camaradas, de que la 4T pague por todo el daño ocasionado. Vamos a demostrarle que el pueblo ya se quitó la venda de los ojos, y demostrarle en las urnas que se avecinan el próximo 2024, que el pueblo ya no los quiere por farsantes y mentirosos. Es tiempo de unidad y lucha organizada, que el pueblo se organice para cambiar el rumbo del país en beneficio de los más desprotegidos y desvalidos.
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