En 2008, la UNESCO y la OCDE reconocieron que el tiempo escolar es uno de los factores centrales para mejorar el aprendizaje y la calidad educativa.
En un estudio sobre las Escuelas de Tiempo Completo, realizado por las investigadoras del Tecnológico de Monterrey, Marcela Gómez Zermeño y Lorena Alemán de la Garza para el XII Congreso Nacional de Investigación Educativa, reconocen que el Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC) permite mejorar las condiciones de enseñanza-aprendizaje de los alumnos. El estudio incluyó una revisión a los casos de Finlandia y Francia.
De acuerdo con la OCDE, Finlandia es un país con altos niveles educativos desde la edad temprana hasta la adulta. Se distingue por ser el país que menos horas invierte a la enseñanza, pero ofrece a los alumnos actividades extracurriculares. Mientras que, en América Latina, países como Chile, Argentina, Uruguay y Venezuela, operan diversos programas de jornada escolar ampliada. Destaca el caso de Chile, pues su Programa de Jornada Escolar Completa es una política de Estado, con la ampliación del tiempo pedagógico y con el objetivo de implementar con éxito el nuevo marco curricular del país.
En Uruguay, la jornada ampliada propuso reducir los niveles de repetición y deserción, actualizar la capacitación docente, y mejorar la gestión institucional de las escuelas. Para lograr el objetivo del programa, el gobierno uruguayo debió fortalecer la infraestructura escolar para la creación de un sistema de almuerzos en las escuelas y la instalación de duchas. También se crearon nuevos centros de formación y actualización de los docentes para la jornada escolar ampliada.
En México, el PETC surge en el año 2007 por iniciativa presidencial y de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Uno de los principales objetivos de este programa era ofrecer mayores oportunidades de aprendizaje para los niños y jóvenes de escuelas públicas de educación básica, a través de la ampliación del tiempo en los horarios escolares. Este programa tenía una cobertura nacional y podían participar de forma voluntaria las escuelas públicas de educación básica en todos sus niveles y servicios educativos que ofrecieran educación primaria o telesecundaria y que cumplieran con criterios como: atender a población en situación de vulnerabilidad o en contextos de riesgo social, presentar bajos niveles de logro educativo o altos índices de deserción escolar o ubicarse en municipios y localidades donde opera la Cruzada Nacional Contra el Hambre (CNCH) o el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia (PNPSVyD) mediante distintas actividades extra escolares que se llevaban a cabo gracias a la ampliación de las jornadas laborales de entre 6 y 8 horas. A los alumnos de estas escuelas se les brindaba alimentación, a cambio de un aporte económico módico, con el fin de que el servicio del comedor brindara el mejor servicio y así los alumnos de estas instituciones pudieran continuar con el desarrollo de sus actividades, tras jornadas escolares largas.
En México operaban más de 24 mil 250 escuelas bajo esta modalidad, beneficiando a más de 3.6 millones de alumnos en 405 municipios del país, siete mil Escuelas de Tiempo Completo (ETC), el 70 por ciento se ubicaban en zonas indígenas atendiendo a la población más marginadas del país, y miles de padres de familia se vieron beneficiados con este programa de escuelas de tiempo completo, ya que la ampliación de la jornada escolar, permitía a los padres, madres y tutores tener más tiempo disponible por lo que podrían aumentar su oferta laboral y con ello mejorar los ingresos del hogar.
En un estudio realizado por el Coneval, se mostraba que las escuelas primarias participantes en el PETC tienen niveles de abandono, repetición y rezago ligeramente más bajos que los de las escuelas no participantes pero una disminución en la tasa de repetición escolar de 0.17 puntos porcentuales, es decir, un 3% menos de lo existente antes de la implementación del PETC. Los resultados de la prueba Evaluación Nacional de Logros Académicos en Centros Escolares (ENLACE) en 2013 indicaba un efecto positivo significativo del PETC en la prueba de español y matemáticas. La prueba Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA) en 2016 mostró que, en términos de rendimiento académico, en el nivel primaria, el PETC había logrado cambiar la configuración del desempeño en matemáticas, al incrementar el porcentaje de alumnos en niveles destacados y disminuir el porcentaje de aquellos que se encuentran en el nivel más bajo de desempeño de acuerdo con el Coneval.
Pese a los logros alcanzados, el 28 de febrero del año pasado la SEP publicó el acuerdo por el que se elimina de las Reglas de Operación a las escuelas de tiempo completo del programa La Escuela es Nuestra (LEEN). El argumento fue que, al hacer una valoración se determinó que los recursos debían ser destinados a mejorar la infraestructura de todas las instituciones educativas para garantizar un regreso seguro a las aulas en medio de la pandemia de covid-19. Y el jefe del Ejecutivo explicó que la entrega de los recursos del desaparecido programa, se llevará a cabo de manera directa a los padres de familia en las distintas escuelas, incluyendo a las de Tiempo Completo, si es que así deciden las asociaciones de padres, utilizar parte del dinero asignado para que sigan operando dichos recintos. Si analizamos los datos del presupuesto de egresos de 2019 a este programa se le invirtió 10,100 millones de pesos y en el 2020 se redujo a la mitad.
Otra problemática presentada, es que los recursos del programa LEEN son depositados directamente en la cuenta del Comité Escolar, cuyo tesorero se encarga del manejo y comprobación de los recursos, pero tanto el programa como el rubro de infraestructura tienen observaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) por más de 573 millones de pesos que no han sido aclarados de la Cuenta Pública 2020. Con la revisión de 1,757 expedientes, se constató que estos no cuentan con documentación que acredite la aplicación de apoyos por 564 millones de pesos; y en los restantes solo existen comprobantes simplificados, notas simples de venta o de remisión por lo cual ha sido un programa en el que se presta para malos manejos y por ningún motivo sustituyó ni en funciones ni en operación a las Escuelas de Tiempo Completo.
En Antorcha Magisterial exigimos se regrese el programa de Escuelas de Tiempo Completo, pues de acuerdo con los datos de la UNESCO y de la OCDE venía mejorando la calidad educativa, y con la desaparición de este programa se condena el futuro de los estudiantes, el rezago y retroceso educativo seguirá en nuestro país.
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