Históricamente, en México el salario mínimo ha tenido una evolución muy lenta en comparación con otros países. Aunque en los últimos años se ha venido incrementando, aún está lejos de resolver por completo la gran desigualdad que existe y, para variar, los que han gobernado al país, lejos de que lograren favorecer a los intereses de los trabajadores, con buenos empleos y mejores salarios, solo han obstaculizado su crecimiento y con esto han traído una desigualdad entre los mexicanos, que son los que, a fin de cuentas, sufren y se empobrecen cada vez más.
Como sabemos, a pesar de que el salario que recibe un trabajador por su trabajo aumenta cada año, siempre es insuficiente. Para aumentar gradualmente el monto al salario mínimo, se consideran diversos factores como la situación económica en general del país, el porcentaje de inflación y, sobre todo, el costo de los productos básicos.
¿Cuál es el propósito de fijar una cantidad mínima de dinero en el salario? En teoría es para que el trabajador pueda cubrir sus necesidades elementales y lleve una mejor vida que contemple una buena alimentación, una vivienda digna, con los servicios esenciales, transporte, vestimenta, una educación de calidad y, porque no decirlo, para actividades culturales y de entretenimiento.
Este salario mínimo pasó, en este año, de 141.70 a 172.87 pesos diarios, promediando un ingreso de 5 mil 255 pesos mensuales. Así también, el salario mínimo en la frontera incrementó de 213.39 a 260.34 pesos diarios, lo que equivaldría a 7 mil 914 pesos de ingreso al mes por trabajador con un empleo formal.
En contraste, existen también los llamados salarios mínimos profesionales que están dirigidos a los trabajadores que tienen una profesión y esto les permite ganar un poco más; con relación a los trabajadores que no la tienen y que deben conformarse con el salario mínimo, cuyo monto varia y ronda entre los 244.95 pesos por jornada laboral en promedio de los trabajadores con alguna profesión. La conclusión lógica al aumento salarial tendría que ser según aumente el salario mínimo, debería subir el sueldo, pero lastimosamente eso esto no ocurre pues, aunque haya existido un 22 por ciento de aumento al salario mínimo general, el poder adquisitivo de los mexicanos es cada vez menor a lo que perciben de ingreso salarial.
Para la regulación del salario mínimo en México, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), a través del Consejo de Representantes, es el que vigila, discute y fija la cantidad definitiva de acuerdo con profesiones y áreas geográficas definidas por regiones. Este organismo es público y tiene la responsabilidad directa de los cambios que sufre el salario mínimo en nuestro país. Está comisión la integra un 50 por ciento de representantes sindicalizados y el otro 50 por ciento por representantes de los empleadores.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es uno de los países más desiguales, donde la gente gana menos y la riqueza generada se reparte de manera desigual, pues solo se destina el 33 por ciento a la fuerza laboral y el 66 por ciento para los dueños de las empresas, mientras que, en la Unión Europea, el 25 por ciento de las ganancias va para los accionistas y el 73 por ciento es para los trabajadores.
Así, los salarios en México reflejan que en nuestro país existe una gran desigualdad, y el promedio salarial solo es una referencia que puede reflejar una parte de las distintas realidades que viven día a día los mexicanos que gozan de un empleo formal y con una percepción, que aunque mínima, les permite sobrevivir en estos tiempos por los que atraviesa el país económicamente, y que no son nada favorables para los millones de mexicanos que no tienen un empleo seguro y menos aún un salario digno.
Aquí es donde se remarca con más agudeza que el Estado tiene la gran responsabilidad de cambiar esta situación tan desigual. Está obligado a crear más empleos y sobre todo con salarios mejor pagados para que esto permita dignificar la vida de los mexicanos.
La 4T, representada por López Obrador, se jacta del incremento al salario durante lo que lleva de gobierno, pero deja de lado que más de 51.6 millones de mexicanos que de por si no les alcanzaba para comer, seguirán sufriendo las consecuencias de no tener un buen salario y que en comparación con el sueldo que percibe él y sus funcionarios de primer nivel, prácticamente los deja más pobres de lo que ya estaban.
Urge una política que resuelva este grave problema que se viene agudizando por el conflicto entre Rusia y Ucrania, donde Estados Unidos (EE. UU.) tiene las manos metidas. Tendremos que sufrir las consecuencias de una recesión inevitable de nuestro vecino del norte, que nos afectará directamente.
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