Con la última campaña en tiempo récord donde el presidente López Obrador arremete contra la máxima casa de estudios de México, suma a la lista en a los que ha llamado el “hampa del periodismo”, a la clase media “aspiracionista”, a los académicos y científicos “corruptos”, a las organizaciones cuyos “líderes se han corrompido”, a los “intelectuales orgánicos”, a la “ciencia neoliberal”, etc. sigue ampliando la lista de archienemigos neoliberales que para él están en contra de la 4T. En esta ocasión agregó a la UNAM.
Para el primer mandatario de Mexico la máxima casa de estudios- la UNAM- dice: “se volvió individualista, defensora de esos proyectos neoliberales, perdió su esencia de formación de cuadros de profesionales para servir al pueblo. Ya no hay los economistas de antes, los sociólogos, los politólogos, los abogados… entonces sí, fue un proceso de decadencia”.
Las respuestas de académicos, periodistas, investigadores, funcionarios, de los partidos de oposición fue homogénea: total rechazo a las declaraciones hechas por la máxima figura de un país contra una universidad pública que se ha mantenido como las mejores del mundo y de las pocas que busca sostener esa esencia de una educación accesible y de calidad.
Pero esta línea política del presidente no es nueva amable lector, veamos como muestra algunos datos de notas periodísticas prácticamente a lo largo de su mandato: “Como si se tratara de una competencia de tiro al blanco, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha lanzado sus dardos en contra de los organismos autónomos y de los órganos reguladores, a los que ha señalado de corruptos, de favorecer los intereses de “una minoría” y hasta de ser parte de un “gobierno paralelo”. El último ataque fue en contra de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), a cuyo presidente, Guillermo García Alcocer, acusó de tener conflictos de intereses, algo que fue negado por el funcionario… Pero más allá de la CRE, López Obrador también puso la mira al Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información y Datos Personales (INAI), a la Comisión Nacional de Hidrocarburos y de refilón al Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE), al que no mencionó por su nombre” (ADNPolítico).
En otra nota de Infobae “luego de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ratificó el triunfo de Calderón Hinojosa, López Obrador arremetió contra la decisión de los magistrados y fue cuando soltó su recordada frase ¡Al diablo con sus instituciones! Hoy que ya es el presidente de México, esta arenga ha cobrado un nuevo sentido, ya que el mandatario arremete constantemente contra las instituciones y organizaciones, sean nacionales o extranjeras, que se atrevan a criticar o hacer observaciones de su administración”.
Ya sea en su habitual conferencia mañanera en Palacio Nacional o en sus giras a lo largo y ancho del país -aún en plena pandemia de covid-19- el jefe del Ejecutivo federal ha hecho una constante condena a todos los organismos que cuestionen las acciones del gobierno.
El más reciente de ellos ocurrió este miércoles 31 de marzo cuando López Obrador arremetió contra la organización Artículo 19 (organización de ámbito internacional que defiende la libertad de expresión y el derecho a la información, la cual ha llevado un registro de las agresiones a la libertad de expresión y los comunicadores en México), a la que acusó de formar parte del grupo conservador que está en contra de su proyecto político, además de estar financiada por empresas extranjeras.
Parafraseando con un cuento de la mitología griega: El rey midas…
El rey Midas, aunque muchos no lo sepan, es una historia procedente de la mitología griega.
Y es que, este relato corto tiene una moraleja: la persona ignorante rara vez alcanza la felicidad, pues no sabe valorar lo que tiene. La historia del rey Midas, así lo demuestra.
Había una vez un rey muy bueno que se llamaba Midas.
Sólo que tenía un defecto: que quería tener para él todo el oro del mundo.
Un día el rey Midas le hizo un favor al dios Dionisos, cuido de una persona de su séquito con mucha amabilidad. Y Dionisos agradecido le dijo:
-Lo que me pidas, te concederé.
-Quiero que se convierta en oro todo lo que toque -dijo Midas.
-¡Qué deseo más absurdo, Midas! Eso puede traerte problemas. Piénsalo, Midas, piénsalo.
-Eso es lo único que quiero.
-Así sea, pues -dijo el dios.
Y fueron convirtiéndose en oro los vestidos que llevaba Midas, una rama que tocó, las puertas de su casa. Hasta el perro que salió a saludarlo se convirtió en una estatua de oro.
Y Midas comenzó a preocuparse. Lo más grave fue que cuando quiso comer, porque todos los alimentos se volvieron de oro. Entonces Midas no aguantó más. Estaba a punto de morir porque ni siquiera podía comer. Salió corriendo espantado en busca de Dionisos.
-Te lo dije, Midas -sentenció el dios Dionisos-, te lo dije. Te has comportado como un estúpido…
Volviendo a lo de la UNAM…
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