MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

REPORTAJE | Dos horas libres entre el trabajo y la escuela

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Dos horas tiene libres José Antonio Argueta después de salir del trabajo y entrar a la escuela. Las condiciones de los jóvenes en México y en Michoacán no son tan alentadoras, a pesar de que a nivel federal se anuncia a diestra y siniestra que “primero son los jóvenes”, la realidad es otra y, lamentablemente, es muy cruel para algunos.

Según Save the Children, Michoacán ocupa el lugar 30 a nivel nacional en cuanto al riesgo de trabajo infantil y el 29 en cuanto a la presencia de trabajo infantil.

Los salarios que perciben los padres de familia, muchas veces, no les alcanzan para que sus hijos puedan continuar con sus estudios. Cuando esto sucede, sólo les quedan dos opciones: una, abandonar la escuela, y dos, trabajar y estudiar a la vez.

Poco se habla de la vida de los estudiantes que deciden trabajar y estudiar al mismo tiempo pues, a través de los años, se ha normalizado este fenómeno. A la par, ha quedado en el olvido que la educación debe ser obligatoria y gratuita para los mexicanos; por ende, los jóvenes no deberían dividir su día entre el estudio y las horas de trabajo. 

Lo ideal sería que su tiempo, energía e inteligencia lo dedicaran a desarrollar ciencia y tecnología para la prosperidad de este país.

Miles de jóvenes estudiantes, como lo es José Antonio Argueta, muestran la normalización del fenómeno: jóvenes que dividen su tiempo entre trabajar y estudiar.

José Antonio, de 20 años, estudia en la Escuela Normal “Maestro Aquiles Córdova Morán”, a la par que trabaja en el corte de fresas en el municipio de Maravatío.

“Soy José Antonio Argueta, tengo 20 años y vivo en el municipio de Maravatío. Soy cortador de fresa y estudiante de la Escuela Normal ‘Maestro Aquiles Córdova Morán’. Los días pasan generalmente similares unos a otros, con la diferencia de que los fines de semana no asisto a clases y los domingos descanso del trabajo.

Entre semana, mi día inicia a las 4:30 de la mañana, que es la hora en la que me tengo que levantar para alistar las cosas para el trabajo, y de una vez preparo también la mochila para la escuela, porque prácticamente no regreso hasta las 9:30 p.m. que termina mi horario de clases.

No tengo un lugar fijo de trabajo, constantemente me estoy moviendo entre los ranchos que tienen la fruta lista para cosechar, pero generalmente mi jornada de corte de fresa inicia a las 7 de la mañana y termina al mediodía, aproximadamente.”

La fresa es uno de los principales cultivos en el estado. Según los datos de la Secretaría de Agricultura del Estado, en Michoacán hay diez mil 120 hectáreas de fresa y un valor de producción de nueve mil 597 millones de pesos. 

Además, la producción de las berries representa la segunda actividad económica del estado, con un valor de poco más de 13 mil 130 millones de pesos, generando más de tres mil empleos fijos al año y más de 45 mil empleos temporales ligados a la actividad.

“Cuando trabajo para los empaques me pagan 400 pesos al día, y si trabajo en el goteo, me pagan 200 pesos al día. Los días a veces son muy pesados; en ocasiones me toca trabajar bajo el sol y otras, en el calor insoportable de los macro túneles. En las parcelas, ves trabajadores de todas las edades, desde personas de la tercera edad hasta niños. El niño más chiquito que me ha tocado ver en el corte tiene aproximadamente 8 años, porque el dinero no rinde para surtir la despensa y las necesidades que se presentan”.

Cabe señalar que en el Atlas de Trabajo Infantil en México, elaborado por Save the Children, se indica que Michoacán ocupa el lugar 30 a nivel nacional en cuanto al riesgo de trabajo infantil y el 29 en cuanto a la presencia de trabajo infantil.

“Después del trabajo me cambio rápido y me voy a la escuela, porque entro a las 2:00 p.m. Entonces, diario tengo solamente dos horas para trasladarme y terminar alguna tarea que me haya hecho falta. Estoy estudiando la licenciatura en Educación Primaria, entonces siempre me toca estar atento a las tareas, porque si las dejo juntar, se me complica todo.

Salgo a las 9:00 p. m. y ya llego a mi casa como a las 9:30 p. m., y rápido hago tareas, ceno y me acuesto a dormir, porque al día siguiente inicia mi rutina a la misma hora. La verdad he podido cumplir mi sueño de estudiar para maestro porque existe la escuela aquí en el municipio, y puedo trabajar y estudiar a la vez. Si me hubiera tocado irme a otro lugar, la verdad no habría podido con los gastos de renta y comida.

La escuela Normal ‘Maestro Aquiles Córdova Morán’, que impulsa el Movimiento Antorchista, le da la oportunidad de que los muchachos de los alrededores se formen como maestros y que también trabajen si no tienen cómo pagar los estudios. Entonces, pues no nos queda de otra que echarle ganas y aprovechar las oportunidades”.

Con esta declaración, nos damos cuenta de que no sólo los jóvenes en edad de estudiar la preparatoria y la universidad tienen que trabajar, sino también, a pesar de que está prohibido el trabajo infantil, los niños tienen que salir al campo para contribuir a la economía de sus hogares.

También nos damos cuenta de lo ajetreada que es la vida de quien se dedica a estudiar y trabajar. Es por eso que este país necesita más apoyo a la educación y no tantos recortes a su presupuesto, como sucede cada año.

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