MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Ecocidio y entreguismo con la obra del Tren Maya

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La ruta proyectada del Tren Maya en el tramo uno de Palenque-Escárcega (228 km); el tramo dos, de Escárcega-Calkiní (235 km.); tramo tres, Calkiní-Izamal (172 km; tramo cuatro: Izamal-Cancún (257 km.); tramo cinco norte: Cancún-Playa del Carmen (49.8km); tramo seis Sur:  Playa del Carmen-Tulum (60 km.); tramo siete Tulum-Bacalar (254 km) y tramo ocho Bacalar-Escárcega (287- km) y su longitud total de 1,554 km. con 21 estaciones.

La velocidad mínima estimada es de 120 km y la máxima de 160 km por hora, calculando 12 horas de Palenque a Cancún. Los estados más beneficiados son Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, con fecha de inauguración en diciembre de 2023 y su arranque en 2024, antes de las próximas elecciones.

Una magna obra a la que han incrementado su costo. Inicialmente fue proyectada en 12 mil millones de pesos, pero ahora costará 230 mil millones, que representan un 52 por ciento de incremento por modificaciones en el trazo de la ruta y en obra.

El proyecto para conectar al sureste mexicano con el centro del país no es nuevo con Andrés Manuel López Obrador, los políticos e inversionistas lo habían contemplado, pero nunca materializado por falta de recursos y los altos costos sociales y naturales que implican dicha obra, por ejemplo, la deforestación de 2 mil 500 hectáreas de selvas húmedas y secas, conflictos sociales con las comunidades afectadas, por la tenencia de la tierra.

El trazo abarca 535 hectáreas de terrenos ejidales y un impacto dañino en áreas naturales protegidas y el entorno social. Han surgido ocho amparos contra del Tren Maya, interpuestos por organizaciones civiles a nombre de comunidades indígenas. Se han talado más de 22 mil árboles y de acuerdo con el INAH, en los 4 primeros tramos se han descubierto 14 mil 066 monumentos arqueológicos, y la corona del desastre, la reducción de personas en situación de pobreza de todo el sureste se alcanzará al 15 por ciento para 2030. Seis años después de iniciar operaciones sí bien le va a la población.

No es exagerado decir que el Tren Maya es una locura, como han alertado destacados científicos, ecologistas, arqueólogos y famosos, porque pone en riesgo el sistema de cuevas y cenotes de la zona. Toda inversión que detone en progreso y desarrollo provoca altos niveles económicos para la población, pero hacerlo anárquicamente y de manera atropellada, sin asesoría técnica especializada para respetar la naturaleza y medio ambiente es un ecocidio.

A eso se agrega en el tramo cinco, la destrucción de biodiversidad y elementos hidrológicos únicos en el mundo, por lo que un juez de Yucatán decretó la suspensión provisional de la construcción por no contar con una autorización en materia de impacto ambiental, además de llevar al Ejército a posiciones de ilegalidad, delincuencia ambiental y confrontación con organizaciones ambientalistas, debido a que este tramo lo va a construir el Ejército Mexicano, por orden de López Obrador, lo que significa la militarización de la región.

Detrás de esto se esconden grandes intereses políticos y económicos de los que es parte López Obrador. Curiosamente el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, señaló que la región sursureste de México tiene potencial de crecimiento, pero requiere de un mayor desarrollo, económico y social. 

“El gobierno de Estados Unidos tiene la mirada puesta en esta región”. “Varias zonas tienen potencial para atraer grandes inversiones. Cancún tiene la oportunidad de convertirse en uno de los principales destinos turísticos del mundo,” afirmó en una reunión ex profeso con los gobernadores del sureste, donde no hubo ninguna defensa de su estado y menos López Obrador, su principal promotor.

Es tanta la injerencia del embajador Salazar en decisiones que solo competen al Estado Mexicano, que no es la primera vez que lo hace. La filiación morenista de la mayoría de los gobernadores del sureste y convertir al Ejército Mexicano en un gran sindicato de obreros de la construcción; mientras por otro lado, los mexicanos se encuentran indefensos ante el entreguismo del territorio, sin precedentes, con la Cuarta Transformación.

 

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