En enero de 2022, la OXFAM, publicó el documento “Las desigualdades que matan”, en el resumen, se hace alusión a cifras realmente escalofriantes, a las que cualquier pensamiento crítico debería reaccionar con cierto grado de alarma, por ejemplo:
1.De marzo de 2020 a noviembre de 2021, la riqueza de los 10 hombres más ricos del mundo se ha duplicado, mientras que los ingresos del 99%de la humanidad se habrían deteriorado a causa de la covid-19.
2.Conjuntamente, 252 hombres poseen más riqueza que los mil millones de mujeres y niñas de África, América Latina y el Caribe.
3. 3.4 millones de personas negras en EE. UU. estarían vivas hoy si tuvieran la misma esperanza de vida que la población blanca del país.
4.Las desigualdades contribuyen a la muerte de al menos una persona cada 4 segundos.
5.Se estima que 5.6 millones de personas mueren cada año por la falta de acceso a servicios de salud en países pobres.
6.El hambre mata, como mínimo a 2.1 millones de personas al año.
Aunque el documento hace referencia fundamentalmente a las consecuencias que las desigualdades económicas generan en el ámbito de la salud a nivel mundial, lo cierto es que, en general, la vida de los individuos que componen una sociedad en estas circunstancias se ve mermada al grado tal de solo considerar la sobrevivencia, es decir, la degradación de la vida de una persona se da por el mínimo nivel de ingresos económicos que percibe.
México no queda exento de padecer las derivaciones: “El Coneval dijo que el número de mexicanos en situación de pobreza pasó de 51.9 millones a 55.7 millones. México tiene una población de 126 millones de habitantes.”
Esta crisis en el país alcanza la esfera educativa: “Por pandemia, 270 mil alumnos abandonaron la escuela; reconoce la SEP”.
En la presentación de la revisión del Marco Curricular Común de la Educación Madia Superior (0 a 23 años), Proyecto estratégico de la Subsecretaria de EMS, menciona:
“La educación es la estrategia más eficaz con la que cuentan sociedades y gobiernos para cambiar la realidad imperante e impulsar un modelo de sociedad más equitativo y justo, respetuoso de la diversidad social y cultural, capaz de generar una ciudadanía consciente, que se asuma perteneciente a una comunidad local, nacional y global”.
Efectivamente, las desigualdades matan, matan sociedades, cuerpos, ilusiones, pensamientos progresistas, aspiraciones, el progreso, en general, están matando el grado de ser humano pensante que tanto tiempo pasó para alcanzar.
Sin embargo, también hay esperanzas, la educación es una de ellas y las instituciones lo tienen perfectamente identificado como se puede leer, ahora solo se tiene que llevar al plano de la realidad, informar y educar a una sociedad promoverá una reorientación de la riqueza que sí existe con el objetivo de generar igualdad económica, de esto depende prácticamente el futuro de la humanidad.
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