El derecho al agua potable está debidamente garantizado en las normas nacionales e internacionales por ser un satisfactor de primerísima necesidad. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas, en su asamblea general de fecha 28 de julio del año 2010, emitió la Resolución 64/292, en la que se reconoce explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que una agua potable limpia y el saneamiento, son esenciales para la realización de todos los derechos humanos; es decir, que para los especialistas de las Naciones Unidas, si no hay derecho al agua, no es posible que se hagan efectivos otros derechos humanos; por eso, dicha resolución exhorta a los estados e instituciones a proporcionar recursos para suministrar agua potable y saneamiento para todos los habitantes de los países en desarrollo. En México, nuestra Carta Magna establece en su Artículo 4°: "Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible”.
Si en tiempos que podrían considerarse normales, la ONU a nivel internacional y los legisladores mexicanos a nivel nacional, consideraron al agua potable como un bien esencial, con mayor razón debe ser considerada así, ahora que la pandemia amenaza de muerte a la población mundial. Han pasado más de diez años de la resolución emitida por la ONU, y en México, este mandato está muy lejos de cumplirse.
Veamos. Por cuestiones de trabajo he andado por diferentes partes de la República, particularmente en el estado de Nuevo León y más específicamente en el municipio de Galeana; he visto, personal y directamente, que existen muchas comunidades que carecen del vital líquido; en algunos casos, los pobladores se ven obligados a consumir agua de los estanques que sirven de abrevadero para el ganado; en estos casos, como es natural, cuando el agua se comienza a escasear o lleva mucho tiempo estancada, despide un hedor fétido por el material orgánico que entra en descomposición; si a eso se le agrega que allí defecan animales y algunas alimañas, bien puede entender cualquiera que esos estanques son un peligro para la salud de los habitantes de ese lugar y pueden resultar un foco de infección de magnitud impredecible. Entiendo que a algunas personas decentes y honestas este tipo de narraciones no les agrada y que también a algunos políticos y funcionarios les desagrada que demos a conocer este tipo de hechos porque ellos siempre han informado sus superiores que todo está bien, que no hay ningún problema en sus respectivos municipios. Por eso para evitar cualquier duda, pero para no llenar este espacio con el nombre de muchas comunidades, voy a mencionar solamente tres del municipio de Galeana, a las cuales puedo acompañar en el momento que cualquier curioso quiera comprobar que lo que aquí afirmo es cierto. Estas tres localidades son: El Rusio, Palo Gacho y Santa Cruz de Sauces. Dicen que para muestra basta un botón, yo estoy dando tres botones de muestra.
Me consta que esto se ha hecho del conocimiento de las autoridades municipales y estatales pero los pobladores no han tenido ninguna respuesta favorable, y últimamente, las autoridades se han negado a seguirlos escuchando, sin darse cuenta que con eso aumentan los riesgos de contagio porque donde no hay agua potable no puede haber medidas de higiene preventivas; ¿con qué se lava las manos la gente?, ¿con qué se baña?, ¿qué agua limpia puede tomar? He escuchado decir a campesinos de varias comunidades: "Nosotros queremos vivir y no queremos contagiar a nadie, por eso vamos a insistir en que la alcaldesa Alejandra Ramírez y el gobernador del estado nos escuchen y resuelvan nuestros problemas por la falta de agua potable”.
Los campesinos me dijeron que ellos quieren que no se les considere como necios e irresponsables, que la autoridad entienda que prácticamente desde que se fundaron sus pueblos han padecido este problema, porque, además, en cada cambio de gobierno les prometen que ahora sí les van a dar agua potable, pero administraciones van y administraciones vienen y ninguna ha resuelto nada. Dicen que de no ser atendidos se verán obligados a manifestarse de manera pública, legal y pacífica a fin de ser escuchados por las autoridades correspondientes; dijeron, además, que como algunos funcionarios irresponsablemente se han burlado de el si siguen haciendo burlas de su necesidad, se verán obligados a endurecer sus acciones de protesta hasta obtener una solución favorable.
No nos dejan otra salida, dijeron, porque si no hay agua no hay vida, concluyeron. Y yo creo que tienen razón.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario