Este, es el último trabajo del año que entrego a mis pacientes y bondadosos lectores. Cierro entonces con el presente, la carpeta de mis documentos de este año, donde guardo celosamente el esfuerzo que me permití, y que me permitieron, para opinar de todo aquello que consideré de importancia para todos los mexicanos y para los colimenses, que gustan del esfuerzo por entender un poco, aunque sea sólo un poco, de la realidad social y política que nos ha tocado vivir. Agradezco sobre todo a mis compañeros de batalla y de opinión, que tuvieron siempre a bien leer todo lo que pude y quise escribir.
Bien a bien, no sé con certeza si mis lectores fueron muchos o fueron pocos, pero, por el simple hecho de haberse permitido recibir así, mis escasas ideas sobre la crítica del injusto progreso social que hoy vemos; sean los que sean y quienes sean, sepan que guardaré siempre un eterno y sincero agradecimiento por su gesto de solidaridad. Hoy, es uno de esos tiempos que resulta ya ingrato, y hasta peligroso, opinar sobre temas muy manipulados por el poder oficial. Pero no hay de otra.
Entiendo como obligación humana, para el que puede entender y analizar con cierto rigor lógico, decir a sus congéneres lo que ve y siente de la realidad que vive, esperando vislumbrar con eso, aunque sea un poco, lo más próximo del porvenir que nos sirva como guía. No sé, si logré o no tal propósito con mis trabajos, pero me queda el consuelo de que al menos lo pude intentar.
Estas líneas que ahora escribo a pocas horas de que termine el año que aun corre, seguro es que serán leídas en los primeros días del 2022. No pierdo entonces la oportunidad de decir aquí, que son mis mejores deseos para todos los mexicanos de bien, que gocen de cabal salud rodeados de sus seres queridos, que, aunque no muy cercanos en el espacio, estarán siempre presentes en el tiempo. Salud para tener bienestar es la condición. Pues, esta condición, es indispensable para luchar y trabajar por la vida que todos merecemos.
Y termino entonces con la reflexión de hoy. Es algo ya muy sabido, que México es uno de los países más ricos del mundo. En el mes pasado circularon dos notas que hoy quiero traer aquí. El 18 de noviembre, el medio Dinero en Imagen la dijo así: “México entre los 10 países que concentran el 60% de la riqueza del mundo”; y expansión.mx la repitió el día 19: “México es el octavo país con más concentración de la riqueza en el mundo”.
Los medios reprodujeron un reporte de Jan Mischke, socio de la firma McKinsey &Co., que examina el balance de los diez países del mundo con los mayores ingresos en los últimos 20 años, donde, luego de afirmar, que la riqueza neta nunca antes vista en el mundo, aumentó de 156 billones de dólares en el año 2000, a 514 billones en 2020, puntualizó así la riqueza de los diez países más ricos: China, con 120 billones de dólares (bdd); Estados Unidos, con 50 bdd; Alemania y Francia, con 14 bdd cada uno; Reino Unido, Canadá y Australia, con 7 bdd cada uno; Japón y México, con 3 bdd cada uno; y Suecia, con 2 bdd. De acuerdo con McKinsey, el 68% de la riqueza se concentra en propiedades y terrenos. El resto se reparte en infraestructura, maquinaria y equipo, y luego, los intangibles como la propiedad intelectual y patentes.
Pero, ¿por qué entonces, no obstante, toda esta riqueza que producimos entre todos los seres humanos, el número de pobres aumenta aceleradamente en todo el mundo? Una de las respuestas la podemos encontrar en otra nota, esta apareció el día 15 de diciembre pasado, y la leí en el medio digital laizaquierdadiaria.com, y dice así: “Ricos más ricos y pobres más pobres: crece la desigualdad en el capitalismo mundial”. El medio cita un trabajo coordinado de Lucas Chancel, Thomas Piketty, Emmanuel Saenz y Gabriel Zucman, llamado “Informe sobre desigualdad global 2022”, elaborado por Word Inequialiti Lab, donde afirman que, el 10% más rico de la población mundial, recibe el 52% del ingreso global, mientras la mitad más pobre apenas el 8.5%.
Los investigadores citados, afirman que en América Latina esta desigualdad es más pronunciada: el 10% de la población más rica, se queda con el 77% de la riqueza total, mientras que la mitad más pobre con el 1%. Y todo esto, afirman los estudiosos, “Son las lamentables consecuencias de las decisiones gubernamentales”.
En México, esta desigualdad la conocemos bien. El medio Dinero en Imagen, de la fecha ya citada, lo dijo así: “El informe global de riqueza del Banco Credit Suisse, encontró que las personas más ricas de México suman el 1% de la población, y en ellos se concentra el 31% de la riqueza total del país en 2020”. Y por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por medio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), señaló que México es el segundo país de América Latina, en el que los ricos concentran la mayor cantidad de ingresos nacionales”.
Y de las consecuencias ya habíamos hablado en trabajos anteriores. El medio unonoticias.com lo informó así el 13 de diciembre pasado: “En situación de pobreza, 55.7 millones de mexicanos; pobreza laboral llega a 40.7%: Coneval”. Por su parte, El Sol de México del 21 de diciembre, publicó así en su nota: “Cierran 1.6 millones de negocios en México por pandemia”; según el medio, con datos de Inegi, el cierre definitivo de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) del país, se dio entre octubre de 2020 y julio pasado.
Finalmente, a manera de corolario, el medio sinembargo.com publicó así el 26 de diciembre: “Cierra el 2021 y el actual Gobierno [de Andrés Manuel López Obrador] supera los 102 mil muertos por homicidio doloso”. Toda una tragedia para la seguridad de los mexicanos.
Como vemos pues, la tarea que nos queda a todos para este 2022 es muy grande. Pero no hay de otra, debemos seguir remando sin descanso. Sin embargo, debemos recordar que toda la riqueza de México, ya dicha, fue producto del trabajo de todos los mexicanos. Hacer que ésta se reparta con justicia y equidad social, también lo será entonces. Nos vemos en el 2022. !Felices fiestas de fin de año para todos¡
0 Comentarios:
Dejar un Comentario