De nueva cuenta, las encuestadoras Arias Consultores y Consulta Mitofsky califican al gobernador de Puebla Miguel Barbosa Huerta como el peor evaluado a nivel nacional. Los resultados de su gobierno lo ubican como el peor gobernador del país. Está, pues, en el sótano, en el último lugar, y no puede salir de allí mientras los resultados de su administración sean pésimos, y se mantenga empecinado en continuar con una política contraria a los intereses de sus gobernados.
La situación de desprestigio del gobernador poblano es tal que ya se prendieron los focos rojos de las alarmas en Palacio Nacional, al grado que tuvo que viajar de improviso el mismísimo presidente de la República Andrés Manuel López Obrador a Puebla, para "inaugurar” una universidad incompleta, con el propósito de darle respiración de boca a boca a Barbosa Huerta y a su estropeado partido Morena.
éstos son los hechos que han llevado al gobierno morenista al fondo del abismo.
En una nota aparecido el pasado 10 de febrero, Milenio Diario da a conocer que la primera causa de muertes en Puebla ya es la covid-19 con 8251 decesos, superando a los fallecidos por enfermedades del corazón y de diabetes. La tasa de letalidad por coronavirus en Puebla es del 13.12%, porcentaje que se ubica por arriba de la media nacional. Esto quiere decir que de cada 100 enfermos de covid-19, en el estado mueren 13. Y en la entidad hay 62 mil 857 infectados. Estas cifras del horror, que deberían preocupar a un gobernador sensible, a Miguel Barbosa Huerta le tienen sin cuidado. Preguntando que fue sobre las cifras, contestó: "es reducido”.
Pero el problema se agrava porque el gobernador se ha negado sistemáticamente a equipar a los hospitales con medicinas y equipo para el combate a la pandemia del coronavirus. Así se explica el alto porcentaje de letalidad que está golpeando a las familias poblanas.
Asimismo, ante la petición de que apoye a la población que por necesidad tiene que confinarse, la respuesta ha sido rotundamente negativa. Para el pueblo trabajador cero apoyos.
La opinión pública debe saber que en Puebla el 54% de la población padece pobreza laboral, es decir, ni juntando los ingresos de la familia les alcanza para comprar la canasta básica. La miseria en que viven, sumado al coronavirus, tiene a los poblanos sumidos en la angustia más atroz, pero esto no basta para mover al gobernador a implementar un programa de apoyo emergente, que alivie el hambre y la salud de sus gobernados.
Pero el martirio de los poblanos no termina aquí: la falta de empleo ha arrojado a la informalidad a miles de trabajadores, que buscan resolver sus necesidades de alimentación y sobrevivir a la pandemia, saliendo a la calle a vender lo que pueden. Y la respuesta del gobierno estatal ha sido brutal e inhumana: ha lanzado a su jauría de policías, quienes con tolete en mano golpean y roban las mercancías de los trabajadores informales, condenándolos a morir de hambre. La crueldad es monstruosa.
Suma y sigue. Y para colmo de sus males, todavía la ciudadanía tiene que sufrir el flagelo de la inseguridad, padeciendo robos, asesinatos, violaciones, en su integridad física, sin que el Estado se preocupe lo más mínimo.
Puebla es un infierno creado por Morena en la tierra.
Esto y más tienen al gobernador Miguel Barbosa Huerta como el peor gobernador del país. El puesto se lo ha ganado con creces.
Por eso, es necesario insistir, en que el pueblo unido y organizado, debe asumir su destino, y en las próximas elecciones de junio del presente año, no debe darle a Morena ni un solo voto. En las próximas elecciones, Morena tiene que ser derrotada.
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