El regreso a clases presenciales en la tercera ola de covid-19 ha sido mortífero en el mundo. En México, la mortalidad de niños y jóvenes se incrementará desde el 30 de agosto, gracias a las órdenes del presidente López Obrador. Estados Unidos ya vive ese escenario de dolor y sufrimiento: los niños se mueren asfixiados y, en las camas de los hospitales, los “adolescentes se comunican por FaceTime con sus padres para despedirse de ellos”, reporta un portal de noticias estadounidense.
El 52% de los estadounidenses no cree que su presidente, Joe Biden, sea física y mentalmente apto para ejercer su cargo, de acuerdo con una encuesta de opinión publicada por la compañía Rasmussen Reports el 21 de agosto. Ese mismo gobierno ha exigido el “regreso total” a las clases presenciales. Su secretario de Educación, Miguel Cardona, sostiene que su “prioridad debe ser el retorno a las clases presenciales”, en respuesta a los padres de familia que se oponen a la reapertura de las escuelas en condiciones inseguras. “El gobierno de Biden habla en nombre de toda la clase política estadounidense (que) se opone a las medidas necesarias para erradicar el virus, incluido el cierre de las escuelas”, dice el portal wsws.org. Más adelante: “Esto ha sido acompañado de una campaña masiva en los medios de comunicación corporativos. The New York Times publicó un editorial (“Los estudiantes escolares no están bien”) en el que condenaba a los Gobiernos locales por ser demasiado lentos en la reapertura de las escuelas para clases presenciales”. Wsws.org cuestiona: “¿Qué pasa con las consecuencias para los niños que enferman y mueren? Esto no le preocupa al Times”. Ni a Biden. Ni a la clase burguesa gringa urgida de una apertura total de todas las actividades, no importando la muerte de trabajadores, jóvenes o niños.
El artículo citado ofrece datos de espanto: “EE. UU. reportó 180 mil casos infantiles de covid-19 en la semana que finalizó el 19 de agosto, un aumento del 50% en tan solo una semana. (…) Lo que es peor aún, 24 niños fallecieron en el mismo periodo, el doble que el récord anterior establecido en la semana que finalizó el 5 de agosto. Más del 60% de las escuelas han reanudado clases, lo que ha conducido a brotes en instituciones de kínder a doceavo año en todo el país. Los distritos escolares del área metropolitana de Atlanta han reportado miles de casos de covid en estudiantes y personal pocas semanas después del inicio de clases. (…) Los casos de covid se dispararon en las escuelas de Mississippi. Casi 6 mil estudiantes han dado positivo a las pruebas, 30 veces más que el semestre pasado. (…) El aumento en los casos de covid en los niños es tan solo la expresión más visible de la propagación de la pandemia en todo el país”. En Florida, dice el reportaje, “una persona fallece por covid cada 7 minutos”. Sigue: en Luisiana, “el gobernador dijo que el 28% de todos los nuevos los casos que estamos reportando son de niños de cero a 17 años”. Katie O’Neal, directora médica del hospital de niños Nuestra Señora del Lago en Baton Rouge, denuncia en entrevista con el portal msnbc.com: “Nunca habíamos visto esa cantidad de muertes de jóvenes. Tenemos adolescentes que vienen a la UCI a despedirse de sus padres. Tenemos adolescentes que se comunican por FaceTime con sus padres para despedirse de ellos”.
En México, López Obrador y la burguesía exigen, como Joe Biden, que “llueva, truene o relampaguee” se abran las escuelas para el regreso a clases. Estamos en Semáforo rojo. Vivimos el clímax de la tercera ola de covid con cerca de 260 mil muertos en el conteo oficial. El 25 de agosto de 2021 el Inegi reportó que de enero de 2020 y marzo de 2021 en México hubo un total de 497 mil 500 muertes en exceso. Esas muertes en exceso, dijo el director Julio Santaella, se deben básicamente a la pandemia de la covid. Los datos del Centro de Tendencias y Pronósticos de la Salud de la Universidad de Washington publicados en mayo pasado sostienen que la cifra real de muertos por covid era de 617 mil 127. Este dato es de terror e implica que el Gobierno esconde las cifras de mortandad. Más aún: el Modelo Evolutivo de Covid19-UAMI, de la Universidad Autónoma de México, sostiene que México logrará cero contagios de covid hasta octubre de 2022, si bien nos va.
Los especialistas sostienen que la Guía de Apertura Escolar del Gobierno federal presenta graves mentiras sobre los contagios en infantes y la posibilidad de muerte. “La guía afirma que los niños se contagian menos y sufren menos síntomas que los adultos y eso no es del todo cierto. Eso era antes de las variantes. Con Delta, a pesar de que los niños no desarrollan síntomas graves, hay un porcentaje hasta del 1% de mortalidad”, dijo Alejandro Sánchez, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM, en una entrevista con La Razón del 27 de agosto. En el mismo diario, Rodrigo Jácome Ramírez, virólogo de la UNAM, dijo que la variante Delta, que representa el 94% de los casos de covid en México, se caracteriza por transmitirse “más fácil y eso aumenta la probabilidad de que los niños se contagien”.
Los datos oficiales dicen que, en México, 126 mil menores de edad han dado positivo a covid-19 desde enero de 2020 hasta agosto de 2021. De ellos, 6 mil 733 fueron hospitalizados por su gravedad y 731 perdieron la vida. A pesar de esta crisis, 33 millones de estudiantes volverán a las aulas desde el 30 de agosto en 20 estados del país, por órdenes de Andrés Manuel y la secretaria de Educación Delfina Gómez. ¿Por qué? ¿A qué se deben esas decisiones que no evalúan los peligros y el riesgo que sufrirán los mexicanos? A que López Obrador sigue las órdenes de los empresarios que exigen apertura total en todas las actividades económicas, aunque eso implique la muerte de los mexicanos.
Sin embargo, hay países que nos enseñan lo que se debe hacer. Vietnam, que ha frenado el avance de los contagios, ha tomado decisiones de “estricto confinamiento antipandémico” y en la tercera semana de agosto su gobierno “anunció las restricciones más estrictas desde el inicio de la pandemia de Covid-19”. En Ho Chi Minh, de 10 millones de habitantes, “se pidió a los residentes que se queden en sus hogares durante dos semanas. Las reuniones en público de más de 2 personas están prohibidas” y solo se “puede salir a la calle para comprar comida”. Además, “la gente en las áreas de alto riesgo no puede abandonar sus casas bajo ningún concepto”. El confinamiento se endureció.
El China se frenó el contagio de la variante delta. Una nota de Excélsior del 23 de agosto dice: “El país asiático, que había controlado la expansión de la enfermedad desde la primavera de 2020, registró desde julio varios casos pese a las estrictas medidas sanitarias en vigor. El brote, localizado en el aeropuerto de Nankin, al este, se extendió a la mitad de provincias del país y, aunque solo se registraron unos mil enfermos, provocó el confinamiento de varios millones de personas. (…) China recurre sin dudar a confinamientos, test masivos y aplicaciones de rastreo para frenar cualquier brote de coronavirus”. China es un país en el que la vacunación avanza muy rápido: ha administrado ya más de mil millones de dosis de sus vacunas contra covid-19, dicen los datos de finales de junio pasado. La prensa local de aquel país sostiene que 100 millones de inyecciones se administraron en seis días, lo que evidencia la aceleración de la campaña de vacunación. “El objetivo de las autoridades es vacunar al menos a un 70% de la población -los grupos que pueden ser inoculados incluyen desde hace unos días a menores de entre 3 y 17 años- antes de que termine 2021”, reporta Forbes del 22 de junio.
Cuba ha controlado el avance de la pandemia y ha creado tres vacunas: Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus. Era lógico. El presidente de Biocubafarma, Eduardo Martínez Díaz, sostiene que el gobierno comunista tiene el compromiso de vacunar a la totalidad de habitantes de la isla en el curso de este año. Ello significaría una inmunización a partir de los tres años, pues ya avanza el ensayo clínico en niños de esa edad en adelante, luego de haber culminado el de 12 a 18. Y es que no habrá verdadera inmunidad a escala social mientras no se vacune a los infantes. Para septiembre está previsto acelerar la vacunación ya incluido este segmento poblacional, reporta una columna titulada “Vacunas cubanas: alentadora efectividad” de La Jornadadel 26 de agosto.
En México eso no se piensa en Palacio Nacional. Hugo López-Gatell, el 24 de agosto, dijo: “se ve claramente que por debajo de los 18 años existe un riesgo mucho menor de tener enfermedad covid, sobre todo la enfermedad grave y un riesgo casi nulo de morir por covid”. La traducción al español es: desde Palacio Nacional se ordena el regreso a clases presenciales sabedores de que los niños también pueden morir, aunque en menor cantidad. Eso es un crimen.
¿Por qué en Estados Unidos se levantan los confinamientos y en China o Cuba se hace lo contrario? Porque el país de Biden está controlado por la burguesía que exige apertura económica total, mientras que China y Cuba son dirigidos por partidos humanistas que trabajan para salvar las vidas de sus ciudadanos. Este lunes inician las clases y habrá más contagios. Para frenar el desastre en que vivimos el pueblo humilde, que es el que se está muriendo, debería protestar con huelgas en las fábricas, cerrando escuelas, haciendo paros en las empresas más importantes del país y protestando masivamente en las calles hasta que el gobierno cambie de estrategia. Para erradicar al covid y a sus aliados burgueses es necesaria la movilización de la masa trabajadora. No hay de otra.
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