La existencia de días internacionales es anterior al establecimiento mismo de las Naciones Unidas, sin embargo, esta las ha adoptado como un poderoso instrumento de promoción. Cada día internacional ofrece a muchos actores la oportunidad de organizar actividades relacionadas con el tema del día, los gobiernos, la sociedad civil, el sector público, el privado, las escuelas, universidades y en general los ciudadanos, hacen de un día internacional un trampolín para las actividades de sensibilización. Por lo general, estas conmemoraciones las aprueba la Asamblea General mediante una resolución, en ocasiones, son declaradas por los organismos especializados del Sistema de las Naciones Unidas.
En agosto de 2013, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), proclamó el 6 de abril como el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), es la agencia principal de las Naciones Unidas para la Educación Física y el Deporte (EFD). La UNESCO cree que el deporte es un poderoso vínculo para la inclusión social. Los valores que se adquieren con el deporte y a través de él tienen un valor incalculable para la sociedad.
El deporte constante y metódicamente practicado, es componente vital para la existencia humana en materia de salud, en el desarrollo de la capacidad para trabajar en equipo, para fortalecer la voluntad, eliminar tensiones: socialmente es, además, un excelente medio para combatir el pandillerismo, consumo de drogas y alcohol entre los jóvenes.
México ocupa el quinto lugar de obesidad en el mundo, por lo que es importante tomar medidas para enfrentar esta grave situación de salud pública. Según los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), el sobrepeso y la obesidad afectan a más del 75 por ciento de las personas adultas, y este es mayor entre las mujeres que en los hombres.
Además, la obesidad infantil es alarmante, el 37.4 por ciento de los niños de entre 5 y 11 años viven con sobrepeso y obesidad, cifras que nos ubican como primer lugar a nivel mundial en obesidad infantil. La población mexicana tiene una de las tasas más altas de obesidad de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). De acuerdo con proyecciones de la OCDE, las enfermedades relacionadas con el sobrepeso reducirán la esperanza de vida en México en más de cuatro años durante los próximos 30 años.
La obesidad no solo afecta la salud física y mental de las personas, también es un factor de riesgo de las principales causas de muerte en el país. En 2021, la obesidad en México fue responsable del 49 por ciento de las muertes por enfermedades del corazón, 56 por ciento por diabetes, el 35 por ciento por tumores malignos, 18 por ciento por enfermedades hepáticas y el 26 por ciento por enfermedades cardiovasculares.
Uno de los principales determinantes de la obesidad es la mala alimentación, detonada por entornos no saludables. El alto consumo de bebidas azucaradas y productos procesados entre la población infantil, propiciado por los determinantes comerciales, la alta disponibilidad y la publicidad ha desplazado el consumo de alimentos saludables como frutas y verduras, tortillas de maíz, leguminosas entre otros. Si bien la obesidad no se resuelve con moverse más y comer menos, está bien documentado que la actividad física mejora la salud metabólica y mental de todas las personas. La población en México no cumple con los requerimientos mínimos sugeridos: menos de la tercera parte de la población de 10 años realizaba alguna actividad física o deporte antes de la pandemia por la covid-19, después de la emergencia sanitaria disminuyó el tiempo que le dedicaba a dicha actividad.
Pero no nos confundamos, el que la población mexicana no realice alguna actividad deportiva está indisolublemente asociado a la escandalosa miseria en que viven millones de compatriotas, además tiene que ver con nuestro lamentable nivel educativo: últimos siempre en las evaluaciones de la OCDE, con los miserables estándares de salud y alta desnutrición que afecta a más del 75 por ciento de los mexicanos y que lamentablemente es el primer consumidor mundial de refrescos y comida chatarra. Con el bajo nivel de ingresos de nuestra clase trabajadora, una de las peor pagadas del mundo, aunado a esto la falta de vivienda, el hacinamiento y una juventud sin oportunidades a la que solo le han dejado la violencia como salida y que está estrechamente relacionado con la injusta concentración de la riqueza de unos pocos.
Mucho se ha escrito sobre los beneficios que tiene el deporte para toda la población, sin embargo, en los hechos, el gasto social no está diseñado para impulsarlo masivamente ya que son contados los lugares donde hay alguna participación popular y desde que la 4T se estableció en el gobierno no hay apoyo gubernamental para este.
Los mexicanos debemos aspirar a ser una potencia deportiva y podemos serlo, pero eso no lo realizarán los que lo han abandonado desde el gobierno, sin embargo, debe impulsarlo el mismo pueblo, pero para ello debe estar organizado y luchar para llevarlo a cabo. Nuestro país cuenta con una población de 126 millones de ciudadanos, entre ellos hay mucho talento, pero hacen falta instalaciones como estructura social que den preferencia a la práctica masiva del deporte.
El impulso al deporte puede despegar y alcanzar niveles de alto desempeño que apoye al desarrollo nacional para orgullo de todos nosotros, sin embargo, esto no nos llegará del cielo, solo será posible en congruencia con lo mencionado, cuando autentifiquemos el deporte nacional y cuando se supriman todos los factores que lo detienen.
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