Es público y notorio que con la “4T” no hay apoyo al deporte, y me refiero no sólo al de alto rendimiento a cuyos representantes les niegan hasta los pasajes para ir a competencias internacionales, sino fundamentalmente al que practican las capas populares, las clases trabajadoras mal pagadas de nuestro país, que no cuentan con infraestructura deportiva, ni con el indispensable apoyo para la realización de encuentros deportivos que impulsen la práctica de ésta actividad.
Esto tiene graves repercusiones para la vida de todos los mexicanos aunque no nos demos cuenta de ello, tanto por el deterioro en la salud de los individuos que termina siendo un problema de salud pública que cuesta mucho dinero tanto por su tratamiento como por las horas hombre desperdiciadas incluso en vidas humanas, al dispararse los casos de enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, etc., hipertensión u obesidad; como por el visible deterioro del tejido social (relaciones humanas) con el crecimiento de las adicciones de todo tipo entre la niñez y la juventud al no poder desarrollar sus capacidades físicas desahogando sus energías en actividades recreativas sanas., lo cual produce frustración y conduce a prácticas de conductas anti sociales, con las consecuencias lamentables que ya se conocen.
Pero la importancia de la práctica del deporte no termina ahí, pues acercándole la lupa al asunto nos daremos cuenta de que la práctica de la actividad deportiva contribuye de manera importante al desarrollo no sólo físico del individuo provocándole sensaciones de bienestar momentáneo, sino que además contribuye al sano desarrollo del cuerpo, incluso estético; desarrolla, además, las facultades síquicas y cognitivas del individuo haciéndolo un mejor ser humano. O sea que, al tiempo de darle fuerza, agilidad física y resistencia al esfuerzo sostenido; lo complementa con el desarrollo de la agilidad mental, con la disposición a dar respuestas rápidas acertadas, la toma de decisiones bajo circunstancias de presión y estrés, equilibrio mental necesario, disposición a la colaboración y el trabajo en equipo, sujeción a la disciplina, la forja de un espíritu de sacrificio, la sana competencia, el respeto a reglas, así como al deseo de superación; y, por tanto, también con la capacidad de desarrollar una personalidad compatible con sus semejantes al volverlo más sensible e inteligente. Claro, siempre y cuando el deporte no esté envenenado por la condición de simple mercancía, circunstancia sustancial no de la actividad deportiva sino del modo de producción explotador del trabajo ajeno asalariado, que sólo busca la concentración de grandes fortunas en pocas manos.
Por eso y más, la falta de políticas públicas por parte de la 4T encaminadas al desarrollo del deporte les pegan directamente a los pobres; pues la importancia de esta actividad como parte del desarrollo de los pueblos se conoce cuando menos desde la antigua Grecia como lo demuestra la celebración de las Olimpiadas. Por eso su desdén demuestra que sus intereses no son los de las clases empobrecidas que sostienen con su trabajo el andamiaje social al ser las productoras de la riqueza aquí y en todos lados. Por eso es necesario que éstas tomen conciencia de sus intereses, y vean hasta en estas circunstancias la manifestación de la tan negada como cierta lucha de las clases, pues deben saber que si pretenden un cambio social profundo en favor de sus intereses, no basta conformarse con una pequeña ayuda en dinero o en especie para mal sobrevivir a cambio de que todo siga igual. Es necesario conocer y perseguir los intereses reales y a largo plazo que le permitan acabar de raíz con su pobreza, repartiendo más equitativamente la riqueza, en concreto, por ejemplo, reorientando el gasto social, como en este caso invirtiendo en el deporte que debe practicar el pueblo.
Pues resulta que en el primer año de la 4T como gobierno y ya con la responsabilidad legal de atender las necesidades del país, esta actividad sufrió un recorte al presupuesto del 30%, o sea, por el orden de los 400 millones de pesos en números redondos con respecto al año inmediatamente anterior; y actualmente sólo le destina a este rubro el 0.056%, es decir ni siquiera 1 peso de cada 100, del Presupuesto de Egresos de la Federación. A contra pelo, el Movimiento Antorchista, el pueblo pobre organizado, promueve, apoya, organiza y desarrolla acciones concretas para que el pueblo trabajador practique deporte, tal como lo demuestra la realización de la primera Jornada Nacional de Básquetbol a realizarse este 26 de noviembre en los 32 estados de la república.
Y lo hace con la clara conciencia de que esto es necesario para la construcción de una patria más próspera, desarrollada, justa y equitativa; que sólo podrán construir las grandes masas que con sus manos producen la riqueza social cuando tomen en sus manos las riendas del poder político en el país por la vía democrática y acaben con la pobreza impulsando científicamente, una más equitativa distribución de la riqueza. Para eso se necesita la práctica masiva del deporte, para formar mexicanos fuertes, inteligentes, sensibles, creativos, fraternos, capaces de condolerse del dolor ajeno, de organizarse, educarse, politizarse y luchar por conseguir un mundo mejor para todos; capaz de recomponer la estructura económica, única solución verdadera para acabar con las desigualdades entre todos los mexicanos. Por eso: Bienvenida primera Jornada Nacional de Básquetbol del Movimiento Antorchista Nacional.
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