Entre la ciudad de Guadalajara y Barra de Navidad, la playa más emblemática de la costa sur del estado de Jalisco, hay una distancia de aproximadamente 310 km, esta distancia se recorre sobre la carretera 80, pasa por diferentes municipios, varios de ellos importantes tanto por sus actividades económicas como por su historia y tradiciones, como: Acatlán de Juárez, Autlán de Navarro y Cocula, por ejemplo.
Esta ruta tiene como característica que todo el tiempo se le veía con maquinaria dándole mantenimiento, al menos así fue hasta el 2021. Toda la vida ha tenido gente trabajando para mantenerla transitable todo el año. No puede ser de otra manera, es innumerable la cantidad de carga de sale de esta región del estado para el consumo nacional y de exportación y, desde luego, también aquí se generan servicios turísticos muy competitivos con otros polos turísticos que hay en nuestro país, como ejemplo baste señalar las playas de la costa alegre de Jalisco y el famoso carnaval de Autlán.
Pero para trasladarse a cualquiera de estos puntos de interés, debemos saber que no es fácil. Primero, por el intenso tráfico que ya satura esta vía y, segundo, por el deterioro que año con año ocasiona la temporada de aguas y el mismo tráfico pesado que tiene la necesidad de transitar esta carretera para cumplir puntualmente sus compromisos comerciales.
No hay ninguna duda de cuál es la importancia de que la carretera 80 esté en perfectas condiciones que garanticen llegar con seguridad y rapidez a quién tenga la necesidad de transitarla, ya sea para llegar a la capital del estado o a cualquier otro destino sobre el litoral mexicano del Océano Pacífico.
Tal vez alguien piense que lo dicho hasta aquí no tiene ninguna relevancia, pues toda la vida, la gente siempre ha batallado con el pésimo estado de las vías de comunicación de nuestro país, incluso para quienes hacen uso de las carreteras de cuota; la gente paga por utilizarlas y en más de una ocasión debe extremar precauciones porque en algunos tramos la autopista no está en servicio por reparación, y así, nos vemos obligados a circular en un solo carril con doble sentido, anulando con ello un margen más amplio de seguridad por el cual se prefieren estas vías de pago. Es respetable su opinión, dice el dicho popular; cada cabeza es un mundo. Sin embargo, nosotros insistiremos en nuestro punto de vista de esta situación en particular. Consideramos nuestra obligación hacer claridad al pueblo organizado, por qué pasan así las cosas en los tiempos de la 4T.
Como recordaremos, fue a finales del mes de noviembre cuando en la LXV legislatura se realizó una pasarela para que la mayoría de los 500 diputados que la conforman argumentaran las necesidades y prioridades que cada uno de ellos tiene en los distritos que representan, con el fin de sensibilizar al pleno legislativo y consideraran sus propuestas para que en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022 (PEF 2022), se asignaran recursos y se atendieran cada una de las necesidades priorizadas. La actitud de la mayoría de los diputados morenistas ya la conocemos; dieron prioridad y solo aprobaron la propuesta del presidente que, como todos sabemos, es su prioridad la construcción de obras faraónicas y programas sociales que le garantizarán votos en próximas elecciones.
La historia de otros países, de aquellos que en su momento creyeron que, con los apoyos monetarios directos, superarían la pobreza y marginación que padecen sus clases más necesitadas, nos enseña que; hasta ahora, ningún país en el mundo ha podido superar un ápice la pobreza y marginación que padecen.
En nuestra región, los usuarios de la carretera 80, en este caso concreto, serán los que sufrirán las consecuencias y pagarán los costos de las sectarias decisiones de los legisladores morenistas y aliados. Nos queda claro que este mal se podía prevenir, destinando el recurso suficiente para garantizar que el tránsito sobre esta vía de comunicación sea rápido y seguro.
Como otros beneficios y apoyos que fueron recortados o suspendidos, este es un ejemplo más de que; “primero los pobres”, es solo un slogan para hacer creer al pueblo trabajador que la actual administración federal, vela y defienda sus intereses. La realidad es otra; está a diario la vemos y sufrimos.
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