En México, el arte y la cultura son de los ámbitos que a lo largo de las décadas han sufrido más el desprecio por parte de cada uno de los gobiernos que han ocupado el poder en este país, generando así, diversos acontecimientos que han forzado a los exponentes de cada una de las expresiones o disciplinas artísticas a solventar su existencia provocando que el acceso a la apreciación de cada una de ellas no esté al alcance de cualquier persona que quiera admirarlas sino que solo la puedan disfrutar los grupos privilegiados.
Esto ha provocado el desinterés por parte de las comunidades hacia cada una de las expresiones artísticas, por lo tanto, el arte no ha encontrado un mercado potente que pueda sostener su prevalencia, y no por el interés económico o comercial de alguna puesta en escena u obra artística, sino, por la importancia y necesidad de construir una sociedad sensible, creativa y culta a través del arte.
En 2014 en el sexenio del entonces presidente Enrique Peña Nieto, impulsó uno de los golpes más fuertes hacia la cultura y las artes en nuestro país, haciendo un recorte presupuestal de 4 mil millones de pesos, afectando principalmente al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y al ya desaparecido Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Unos años después, al entrar el gobierno de la 4T liderado por Andrés Manuel López Obrador, se propuso desaparecer el Conaculta para "regularizar” los gastos generados en el ámbito cultural, creando así la Secretaría de Cultura, justificando una serie de recortes que han afectado a todo el gremio artístico desde las instituciones académicas de artes, hasta los organismos creados para el espectáculo y el entretenimiento hecho en México.
No obstante, la crisis que vive el país por la covid-19 ha dejado en el olvido al sector cultural, ya que tampoco existe un plan de trabajo que salvaguarde a este gremio y a decir verdad, al actual gobierno no le interesa, puesto que sigue en picada el presupuesto otorgado, cada año provocando la desaparición de apoyos y becas para la creación de proyectos culturales en el país.
Se necesita de manera urgente acciones ante este problema, antes de que sea demasiado tarde, y no un gobierno que quiera mantener a un pueblo ignorante, fácil de doblegar; un gobierno que no le interese desaparecer la cultura y el arte de este país, con acciones y declaraciones como las de la diputada morenista María de los ángeles Huerta de Río quien declaró: "nadie de sector cultural se está muriendo de hambre ni es pobre y no es momento para pedir dinero al gobierno”.
Palabras que solo reflejan la poca sensibilidad que tiene la 4T para gobernar al país, no necesitamos este tipo de gobierno, necesitamos un gobierno que se preocupe y le dé importancia a cada uno de los sectores, suena y es una tarea difícil, pero si se gobierna de la mano del pueblo es posible.
Prueba de ello es el Movimiento Antorchista que siempre se ha preocupado por llevar el arte y la cultura a las comunidades más necesitadas del país, promoviendo así, la formación y desarrollo de un hombre sensible y consiente, de la sociedad a la que pertenece.
Para la Antorcha, no ha sido un obstáculo la pandemia, ha sido una oportunidad de adaptar las formas para hacer llegar a más personas el trabajo realizado por los diferentes grupos culturales; un ejemplo: la muestra de folklor internacional o la próxima Espartaqueada cultural que se hará de manera virtual, pero que en cada comunidad estos trabajos han tocado los corazones de muchas personas dando un poco de paz y tranquilidad en esta tempestad que estamos viviendo por las malas decisiones que este gobierno ha tomado ante la actual situación.
Antorcha se puso la camiseta de promover el arte entre los pobres, para los pobres, con espectáculos verdaderamente de calidad; hoy hacemos muestra del gran trabajo, no sólo en materia de obras, servicios, espacios públicos, deporte, sino también en materia de arte, en el que participan jóvenes hijos del pueblo, que impulsan y llevan arte y cultura hasta los rincones más escondidos de México. De esto ya hablaremos en otra ocasión.
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