Derivado de una carta abierta que un grupo de empresarios y otras organizaciones hicieron llegar al Ejecutivo Estatal conminándolo a tomar acciones concretas por la pandemia y la crisis económica inminente, la reacción inmediata del gobierno fue la descalificación de los firmantes para después corregir la plana y hacer un llamado público del gobernador a la realización de un pacto de todos los sectores económicos y sociales de la entidad. Pero desafortunadamente, pasada la noticia, hasta ahora todo se ha quedado en eso, en un simple llamado para salir del paso y, por lo visto, el Gobierno de Cuauhtémoc Blanco cree que sólo y sin ayuda va a poder salir de la emergencia, cuando todos sabemos que en situaciones de crisis y más con una pandemia que no ha llegado a su punto crítico, la falta de atención a los hospitales, con el retraso en la aprobación del presupuesto y la queja de los presidentes municipales por la carencia de recursos, de las organizaciones sociales que no ven la atención de las necesidades de sus representados, etc., etc., en esas circunstancias adversas no es muy difícil concluir que no va a ser nada fácil para la población vulnerable el tránsito en los meses por venir y menos si se hace caso omiso a las voces que de una u otra manera tienen alguna representación en el estado y podrían ayudar de diversas maneras.
Particularmente es notable que el Gobierno del Estado no tenga un programa emergente para la atención a las familias más vulnerables, que se cuentan por cientos de miles en el Estado y que van a aumentar en número a causa del desempleo y de las restricciones impuestas por la pandemia, pues ahora con el lema imperativo Quédate en Casa se ha obligado a miles de familias que iban al día con la venta de sus productos a encerrarse en sus hogares, sin la menor protección en cuestión de alimentos y kits de limpieza. Adicionalmente, los municipios están implementando acciones para que la gente que tiene pequeños negocios y no vendan cosas "esenciales" cierren sin más su fuente única de trabajo y manutención de sus familias, pero no existe en contraparte ningún programa de apoyo para que sobrevivan durante el tiempo que dure la emergencia y menos para invertir en la reanudación de su negocio.
En el campo la situación no es nada distinta ni halagüeña, las familias campesinas se debaten en el abandono gubernamental, pues los apoyos en insumos (el fertilizante es fundamental) están en entredicho ya que la SEDAGRO no es clara y firme respecto a lo que tradicionalmente se había otorgado a los campesinos y con ello puedan cultivar la tierra y producir alimentos para todos, lo cual pone a los labriegos en un entorno aún más desesperante por las medidas de movilidad que ya se están imponiendo en varios municipios.
Así las cosas y ante la situación apremiante que viven decenas de miles de familias pobres en el estado, tanto del campo como de la ciudad, en días recientes el Movimiento Antorchista Morelense nos dimos a la tarea de tocar puertas en la mayor parte de los municipios y en oficinas del gobierno del estado, para urgir a los gobiernos respectivos a tomas acciones concretas y paliar en alguna medida los efectos negativos de la cuarentena obligatoria, como es la falta de empleo y con ello la carencia del sustento diario para cientos de miles de familias vulnerables. Es ahora cuando los gobiernos de todos los niveles tienen que mostrar la cara sensible ante los embates de la pandemia y de la crisis económica que ya está en ciernes, es tiempo de atender a los más necesitados, de suspender otros proyectos u obras costosas para atender lo más preciado que posee el hombre y que es su vida, como dijera un gran escritor. Es ahora o nos estaremos lamentando del recrudecimiento de la violencia y de muertes que se pudieron haber evitado. Vale.
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