Exigimos justicia para nuestros compañeros asesinados en Guerrero, Mercedes N., su esposo, Corado N., y su hijo de apenas seis años de edad; merecían vivir, como merecemos vivir todos. Los mataron por ser luchadores sociales, porque estaban educando al pueblo, porque habían decidido luchar hombro con hombro con el pueblo mexicano.
Fueron los enemigos de clase, aquellos que siempre le han robado su trabajo al pueblo mexicano, aquellos que han hecho todo para seguir manteniendo oprimido al pueblo. No descansaremos hasta que se haga justicia. Haremos todo lo que se tenga que hacer, y lo haremos las veces que se requieran.
En recientes publicaciones de diversos medios de comunicación de la entidad como e-consulta.com, Formatosie7e, Plumas Libres, entre otros, se ha informado que Veracruz es la entidad que más dinero ha regresado a la Tesorería de la Federación en los últimos años por no ejercerlo en el periodo fiscal establecido.
Según Plumas Libres, con información de la Secretaría de Finanzas y Planeación, de 2018 a la fecha se han regresado casi mil 500 millones de pesos, dinero que hubiera servido para solucionar necesidades primordiales en zonas y colonias marginadas del estado como introducción de aguas potables, apertura de calles y pavimentación de las mismas, introducción de drenajes, reparación de aulas, dotación de material para escuelas, y para resolver otros problemas como la indemnización a campesinos de Xalapa, Jilotepec y Emiliano Zapata por las afectaciones que sufrieron sus parcelas desde hace 11 años por la construcción del libramiento Xalapa-Perote.
El Gobierno estatal ha tratado de justificar dichas acciones, no obstante, sus argumentos son débiles y contradictorios, pues como se indicó líneas atrás, es un sin sentido que se regrese dinero a la federación cuando en la entidad existen ingentes carencias. La realidad es que el dinero que se ha regresado ha servido para que el gobierno federal lo use a discreción en sus programas electoreros y para las campañas anticipadas de sus corcholatas, que a estas alturas han derrochado ya cientos de millones de pesos.
Como se ha visto desde el principio de su mandato, el gobierno encabezado por Cuitláhuac García Giménez, únicamente se ha encargado de satisfacer los caprichos del presidente de la república dejando de lado la solución de las necesidades y problemas que laceran a los veracruzanos.
Cuitláhuac y compañía saben que la austeridad republicana no sólo no disminuirá la desigualdad y la pobreza existentes, al contrario, las incrementará aún más, sin embargo, están dispuestos a aplicarla porque así le conviene a su partido y así les conviene a las clases dominantes. Ya muchos investigadores y luchadores sociales han demostrado que la 4T, aunque se diga de izquierda, sus políticas, como la austeridad, y sus principios tienen como objetivo evitar que caiga la tasa de ganancia de los poderosos.
Lo anterior tiene como consecuencia necesaria la afectación de los pobres, la pauperización aún más de ellos, pues las transferencias monetarias, aunque sirven para que los beneficiarios adquieran algunos productos de primera necesidad, no resuelven las grandes brechas de desigualdad, además, no todos los mexicanos, ni siquiera todos los que viven en extrema pobreza reciben los apoyos prometidos por López Obrador.
En su ensayo “Los mitos de la política social de la 4T”, Máximo Ernesto Jaramillo, menciona que, aunque el Gobierno federal ha vendido la idea de que estamos viviendo una época de grandes modificaciones en la política social, la realidad indica que dicha consigna no pasa de ser una ilusión, incluso se ha demostrado que la focalización de los programas actualmente es peor que en los tiempos del PRI y del PAN, pues con base en información de la Encuesta Nacional de Empleo y Ocupación (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se puede afirmar que sólo tres de cada 10 hogares en el país son beneficiarios de algún programa social (Nexos, 2021).
A cambio de los programas de transferencia monetaria (electorales), el gobierno ha dejado de invertir en sectores que pueden garantizar mayor crecimiento y desarrollo económico, por ejemplo, la creación de infraestructura educativa, en el sector salud, en ciencia y tecnología, en el campo, etc., esto ha tenido como consecuencia que la pobreza y la desigualdad sigan incrementando cada vez más. Para el caso de nuestra entidad, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social (CONEVAL), actualmente existen casi 5 millones de pobres, además, la informalidad no ha dejado de crecer (Córdoba Diario, 10 de 2022).
Como podemos notar, la 4T sigue repitiendo las prácticas que dice repudiar, utilizar electoralmente los programas sociales y financiar las campañas anticipadas de sus corcholatas. Como ya se dice al principio del texto, esos 1500 millones de pesos hubieran servido para solucionar varias necesidades de los veracruzanos, nos obstante, el ejecutivo estatal decidió no ejercerlos y mejor los regresó.
¿Qué hacer ante tanta desfachatez e indolencia gubernamental? Organizarse y luchar.
Todos los veracruzanos debemos unir fuerzas y reclamar al Gobierno estatal y federal que se apliquen los recursos para solucionar las grandes carencias y no para sus políticas electoreras. Urge que lo hagamos, de eso depende el futuro de nuestro estado y del país.
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