Ningún mexicano debería estar ajeno a los desaciertos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, desaciertos y malas decisiones que están ocasionando un daño muy grave a nuestro país y a todos los mexicanos.
Casi dos años han pasado desde que AMLO asumió la presidencia de la república, después de pelear por ella por casi por 20 años que había andado en campaña, sin embargo, y a pesar de que conquistó con sus mentiras a millones de votantes que hartos del sistema de cosas que se vive en México, de personajes de la política que poco han hecho por nuestro país, le dieron su voto de confianza a este señor, que una vez que se aplastó en la silla presidencial, solo ha ido error tras error.
Hoy, precisamente nuestro país necesita de un mandatario cuerdo, que sepa tomar decisiones inteligentes y siempre apegado al estado de derecho, que respete los derechos humanos y sobre todo que piense en los más pobres, hoy porque estamos padeciendo uno de los peores problemas de los que se tengan antecedentes, la pandemia por covid-19 que vino a sacarnos a muchos de nuestro estilo de vida, de las calles, y nos encerró en nuestras casas como medio de precaución para no contraer este terrible virus que ha sumado a su lista de enfermos a más de 200 mil mexicanos y casi 26 mil defunciones, sin que se vea que el gobierno pueda con este paquete, al contrario, se observa que el gobierno obradorista ya tiró la toalla y le está dejando la responsabilidad a los propios mexicanos. López Obrador sencillamente ya no puede con este cargo porque es un gobierno altamente incapacitado.
Y eso que no hemos sumado las cifras que se han comprobado por varios expertos que han sido ocultadas por este gobierno, con el afán de que su "prestigio" fantasma porque ese ya no existe se mantenga por mucho tiempo. Desde los primeros meses del gobierno de López, desde que empezó a pregonar su falsa austeridad y a recortar al Sector Salud, al deporte, a la ciencia, que cerró las estancias infantiles y ya no hay medicamentos para niños con cáncer, y un largo etcétera que nos da pena mencionar, pero que es una sarta de tonterías que se han ocurrido a este señor. Claro puede verse que su gobierno solo sabe ver por unos cuantos, por los más ricos y aplica la austeridad para los que siempre han tenido que vivir apretándose el cinturón por la pobreza que padecen, y estos son millones de mexicanos.
Los discursos de López Obrador son además un verdadero sufrimiento para los oídos de quienes tenemos la capacidad de oír y además una total falta de respeto, porque en vez de proponer cosas útiles y realmente trascendentales que hagan que México repunte como país se pone -más bien parece burla- a sugerir que los mexicanos canten, que se alegren de sus desgracias de sus y que aprendan a comer frijoles con tortillas que eso nos basta, dice.
A López en esos momentos solo le interesa llevar agua a su molino y seguir haciéndose propaganda a costa del erario, a pesar de saber que padecemos un terrible peligro para todos los mexicanos y sin embargo, se encarga de minimizar los daños, y aplica distractores para que no se alcancen a ver sus errores tan terribles que han hecho que nuestra economía decrezca, que se hayan perdido millones de empleos, que millones de mexicanos ya no tengan cómo llevar un bocado a sus hijos, y un largo etcétera.
La campaña eterna de AMLO es algo que debería de indignarnos a todos los mexicanos que hoy necesitamos no a un guasón, sino a un mandatario inteligente, que inspire confianza y que sepa cómo llevar a México a puerto seguro. Abramos los ojos. Nuestro país nos necesita.
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