En 2018 llegó al poder un grupo encabezado por López Obrador, un hombre con una buena aceptación entre el pueblo de México. La manera en que se comunicaba con el pueblo y sus declaraciones generaban confianza de que iba a cumplir lo prometido, de que ahora sí, los mexicanos íbamos a gozar de un gobierno a la altura que requiere la historia.
No hay duda de que López Obrador tenía razón al decir que “el pueblo es sabio” porque ya se está dando cuenta de su situación y está sacando sus propias conclusiones, y se está organizando para exigir lo que por años le prometieron y nunca cumplieron los políticos de siempre.
El presidente cumple la función de representar el Estado y sus funciones; una de ellas es respetar y hacer respetar las leyes plasmadas en la Constitución mexicana, pero a tan sólo unos meses de que termine el sexenio, esto no ha sido así: para nadie es un secreto que López Obrador ha pisoteado y violado los derechos de todos los mexicanos.
Al finalizar el sexenio, López Obrador dejará al país sumido en una economía decadente y, como todo mexicano informado sabe, dejará pendientes todas y cada una de sus promesas de campaña.
De acuerdo con las estimaciones de la firma global TPC Group, a partir del análisis de datos oficiales, el comercio informal en México puede llegar a un 60 % durante el primer trimestre de 2024, debido al incremento de precios en insumos y las altas tasas de los impuestos.
En México tan sólo la economía informal genera 24 pesos por cada 100 del Producto Interno Bruto (PIB) anual del país, lo que significa que genera casi una cuarta parte del PIB de México y esto es un paso atrás para la economía nacional, ya que actualmente existen más de cuatro millones de Mipymes; además, 97 % de los establecimientos en el país representa a microempresas, de acuerdo con el grupo Transfer Pricing International Firm (TPC).
Esto es muy preocupante, ya que, al estar trabajando fuera de la protección de la ley, los trabajadores están expuestos a despidos sin aviso y sin compensación, tiempos extra obligatorios, bajos salarios, incumplimiento en el pago, empleo inestable.
Significa entonces que, al finalizar el sexenio, López Obrador dejará al país sumido en una economía decadente y, como todo mexicano informado sabe, dejará pendientes todas y cada una de sus promesas de campaña.
Hay una organización que trabaja muy de la mano con la gente más desprotegida; con los que carecen muchas veces de todo, como vivienda digna, quienes tienen una casa de material reciclado y sin agua potable; que sufren de abuso en los precios de la canasta básica y tienen que racionar, privando a sus familia de lo necesario para una vida saludable; cuyas velas se consumen en las noches, con el peligro siempre latente de un incendio, o que padecen falta de electrificación, drenajes, escuelas, centros de salud, centros deportivos y culturales. Estas son las necesidades básicas por las cuales el Movimiento Antorchista organiza y lucha: por el bien de la gente.
Desde los diferentes estados, municipios y localidades de nuestro país, los antorchistas tenemos el trabajo de educar y luchar por el progreso de las comunidades. Eso es lo que hacemos en cada uno de los rincones en donde tenemos presencia: buscar que el pueblo se organice y luche por el progreso y mejores condiciones de vida para todos; quien conoce más de cerca al Movimiento Antorchista lo puede constatar.
Debemos, pues, organizarnos para salir de la miseria en que nos encontramos y de ese modo impulsar a verdaderos líderes populares para que nos representen en los diferentes niveles de Gobierno. Dentro de la ley y con la ley en la mano, todos podemos lograr una vida mejor.
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