El presidente Andrés Manuel López obrador, estuvo la semana pasada en el Antiguo Convento de San Andrés Cholula, Puebla, en un evento para supervisar los programas de reconstrucción por los sismos de hace tres años, volvió a atacar a Antorcha Campesina acusándola falsamente de protestar debido a que "están molestos porque ahora los recursos le llegan directamente a la gente, sin intermediarios", y esta vez no recurrió a la Antorcha Mundial, sino que, apoyándose en las palabras del gobernador de Puebla Miguel Barbosa Huerta, la llamó directamente por su nombre: Antorcha Campesina.
El Presidente miente descaradamente y sus intenciones son perversas. Permítaseme demostrarlo a partir de sus propias palabras. él ha dicho, en otros foros, que existen diversas organizaciones que no son parte de la estructura del gobierno, pero que los gobiernos anteriores entregaban los apoyos, programas y recursos del gobierno hacia los beneficiarios a través de ellas, que actuaban como terceros, dijo que eso ya no sucede en su gobierno, porque estos recursos no llegaban a la gente o que no llegaban completos, que habían moches, que este era todo un sistema de intermediación en el que las organizaciones sociales, u organizaciones de la llamada sociedad civil, utilizaban o se quedaban con los recursos, que se les brindaba para apoyar a los niños de la calle, inmigrantes, campesinos, para apoyar a adultos mayores, entre otros, que se mantenían aparatos burocráticos, aunque no pertenecieran al gobierno, y que todo esto estaba financiado con el presupuesto público. Por ello, afirma, es uno de sus propósitos que ya no se destinen más recursos para las organizaciones no gubernamentales, ni a las organizaciones de la sociedad civil, ni a las organizaciones sociales, que ya no se van a entregar recursos para el beneficio de la gente por medio de intermediarios, que ahora todo se hará directo, de la tesorería de la federación al beneficiario.
Pero cualquier persona más o menos enterada sabe que esta descripción es falsa. Todos los programas anteriores se entregaron siempre directamente de la federación a los beneficiarios, a través de los supervisores y funcionarios, y que los subsidios a aparatos burocráticos, aunque no pertenecieran al gobierno es una forma malévola de describir la necesaria participación de la sociedad civil, muchas de las veces voluntaria, que permite la realización de los programas. Pero el manejo de los recursos y su ejecución nunca ha estado en manos de la sociedad civil en calidad de terceros, la transferencia de los recursos nunca ha pasado por las manos de nadie fuera de los funcionarios federales y los beneficiarios, y eso lo garantizan las estrictas reglas de operación.
Lo que sí han hecho las organizaciones es participar en la gestión, promoción, y los trámites ante las instituciones para que se puedan realizar y lograr así que un programa determinado sí le llegue a la gente; es decir, las organizaciones civiles han servido exactamente para lo contrario de lo que dice López Obrador: han sido el mecanismo para lograr que los programas y beneficios sí le lleguen a la gente. Así lo entiende perfectamente cualquier antorchista, por ejemplo, que son testigos milenarios de que cada que se establecía algún programa, ellos nada más lo veían pasar, pues les llegaban a otros, pero a ellos nunca, hasta que se organizaron y lograron que se les tomara en cuenta en ellos y así llevar obras de infraestructura para sus comunidades y uno que otro de esos famosos programas.
Esto es lo que realmente no le gusta al Presidente, que las obras, servicios, apoyos subsidios o cualquier programa del gobierno federal dejen de ser fruto de la autogestión del pueblo, de los ciudadanos organizados o no y menos si se trata de cualquier organización civil que no sea de su agrado, pues se ha propuesto que cada persona que reciba algún beneficio sea definida y autorizada solamente por él, que solamente él escoja a quienes sí y a quienes no, lo que le da un manejo discrecional de los recursos y somete a todos los mexicanos a sus designios, los reduce a la sumisión total, so pena de no acceder nunca a ningún programa si no se le entrega como seguidor incondicional, y que al recibirlo se lo agradezca a él y solamente a él; no a sus impuestos, no a su propia gestión, no a la lucha de ellos mismos y a la de nuestros próceres de la historia que nos han legado esos derechos constitucionales que hoy el Presidente viola y reduce a la nada.
Dentro de esta falsa descripción, dentro de esta mentira, introduce, de manera especial y destacada a nuestra organización Antorcha Campesina y en Cholula se salió de las sombras y nos mencionó por nuestro nombre asegurando que nosotros estábamos acostumbrados a jinetear el dinero destinado al pueblo. Pero ya vimos que ese dinero no se puede jinetear, que quienes lo pudieran jinetear serían los funcionarios federales y ya se ha visto que ellos sí que son expertos en eso, y ahí están las denuncias de corrupción en sus programas estrella y la imposición de moches por parte de los morenistas que manejan los programas, que su verdadera preocupación no es por el dinero o por los moches. El Presidente ha cancelado la participación ciudadana, porque no quiere competencia en eso de lograr el desarrollo de los mexicanos. Nosotros por nuestra parte ya le hemos dicho que estamos de acuerdo en combatir la desviación de recursos, que estamos de acuerdo en que ponga todos los controles que quiera y designe los prestadores de servicios que quiera para hacer las obras y todo lo que él quiera, pero que atienda y resuelva las peticiones del pueblo, aunque no sean de su partido o de su agrado. Nunca ha respondido.
Ese día en Puebla, el centro de San Andrés Cholula fue cercado para evitar que los manifestantes se acercaran a la entrada principal del convento, por donde entraron los funcionarios al protocolo oficial. López Obrador aprovechó la tribuna para volver a calumniar a Antorcha Campesina sin mencionar ni siquiera por equivocación las peticiones que le hacían: Ayudar a la población más pobre con la repartición de alimentos que les permitan COMER mientras dura el confinamiento, ya que no tienen trabajo y no tienen ingresos. Ni López Obrador ni el gobernador de Puebla dijeron nada al respecto.
Los manifestantes aseguraron que las políticas implementadas por el gobierno federal son insuficientes, puesto que no se ha logrado solucionar el problema del desempleo ni se han implementado proyectos para el campo y sólo se han dedicado a "dar limosnas" a través de los programas de transferencia directa, de forma selectiva y excluyente.
Ese era el contenido de la protesta. Fue ignorada, vilipendiada, calumniada y condenada. No esperábamos más, décadas de lucha en defensa de los más pobres nos han enseñado que nada es fácil, y que cuando el funcionario es soberbio y necio solamente la movilización de las masas logra que se atiendan sus solicitudes. No daremos paso atrás, porque nuestro objetivo no es solamente el agua potable o la carretera o la escuela de tal o cual lugar; nosotros queremos acabar con la injusta distribución de la riqueza y con la pobreza que es su hija, al igual que todos los males que agobian a todos los mexicanos: la corrupción, la violencia, los malos tratos hacia el pueblo. Y si para poder lograr eso tenemos que sacar a AMLO de la presidencia, no retrocederemos; Confucio dijo: "no importa lo lento que vayas no te detengas y llegaras".
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