Nunca antes había sido tan esperado el regreso a clases. Aunque siempre daba emoción el regreso, hoy es más que eso, es un anhelo, una necesidad, un antídoto para poner un alto a todas las adicciones que se han generado en la población infantil, a raíz de la contingencia por la pandemia más grande de la historia. Los padres y madres de familia estamos con la incertidumbre, porque aún no sabemos a ciencia cierta si el regreso a clases será de manera presencial y si es lo conveniente. Los directivos, profesores y personal administrativo de cada escuela, estamos peor, con la duda si regresaremos o no; pero con la angustia de que faltan pocos días ya para la fecha prevista para el regreso, y lo que se nos dice es que dependerá del semáforo, de cómo se desarrolle la situación.
En la conferencia mañanera del 22 de julio pasado, el presidente López Obrador, dio sus argumentos al respecto de la medida de regresar a clases de manera presencial, que me parece importante señalar aquí. 1) “México es de los países que ha permanecido más tiempo con las escuelas cerradas”, que estaría bien dijo, revisar datos sobre ello para darnos cuenta, que nos estamos quedando atrás. Sobre esto, a mí también me gustaría ver datos precisos de otros países, porque es muy seguro que nos permitirían ver que la diferencia entre ellos y nosotros está en las condiciones que tenemos, que se reduce al final de cuentas, para ser exacta, en la inversión a la educación. Se sabe que México es uno de los países que menos invierte en educación, y que en el gobierno de López Obrador se redujo al 3.3.% del PIB, aunque la Ley General de Educación establezca un 8%. Mientras que países como Alemania o Rusia invierten más del 10% del PIB. (ciep.mx). Es una diferencia bastante considerable, que inevitablemente nos pone en desventaja, será por eso que les fue posible regresar más rápido a clases presenciales, pues tienen mejores condiciones de infraestructura educativa.
2) También dijo que la tasa de mortalidad de niños y adolescentes aun no es alta”, cuando días antes el 16 de Julio, en una nota digital apareció en el encabezado: “Jóvenes protagonizan la tercera ola de coronavirus”, y se detalló, que el 40% de los casos hasta ese día eran de jóvenes entre 20 y 39 años (www.elpaís.com). Pero, ¿qué es lo que se espera, que se mueran más niños y niñas y adolescentes para tomar otras medidas? ¿Será que al presidente le parecen muy pocos, los 600 niños y niñas y adolescentes que han perdido la vida por el virus, como lo afirmo Hugo López-Gatell? ¡Cuánta insensibilidad gubernamental, ya se cuentan muertos como contar naranjas, pero si tan solo en un hogar hay de 2 a 3 niños, cuántos hogares lloraran en estos momentos la pérdida de esos pequeños! Con todo y eso, el presidente hace uso de la voz en tono de reprimenda por las objeciones de algunos por el regreso a clases, argumentando que los niños ya son adictos a los videojuegos, y ya no socializan, y por eso urge regresarlos a las aulas. Y en eso último estoy de acuerdo, es urgente que los estudiantes vuelvan a sus aulas, pero no sin antes tener condiciones que garanticen la salud en primer lugar, y en segundo, la eficacia de la estrategia que se implementará para continuar con sus estudios.
3) Lo otro que dijo, fue que, ante el desabasto de agua, abandono y falta de insumos en las escuelas, todos debemos entrarle, padres de familia, profesores y gobierno. Y sobre esto pienso, que no se trata de entrarle o no, no se necesita solo de la voluntad de los padres de familia para solucionar estas necesidades; antes bien se requiere del recurso financiero para ello. Es dinero lo que ocupan las escuelas para que funcione su infraestructura, es internet, son libros, son materiales audiovisuales, etc. lo que se necesita para trabajar óptimamente en las escuelas.
Pero me llama mucho la atención, la intransigencia con la que se toma la medida de regresar a clases presenciales a pesar de la situación que se está viviendo en todo el país. Pero además me causa mucha impotencia sentir que los días pasan y no veo por ningún lado acciones concretas para prepararnos para el regreso. Faltan exactamente 22 días para la fecha programada para el inicio del ciclo escolar, en educación básica, es decir el 30 de agosto del presente. No veo por ejemplo que se les esté dando mantenimiento a las escuelas, que se fumiguen, que se reparen las fallas en las conexiones hidráulicas, o que se esté previendo la falta de agua, o la falta de espacios para atender a toda la población estudiantil. No veo por ejemplo que se esté organizando un esquema de atención híbrida en el caso de que no se pudiera dar el regreso. Considero que para estas fechas ya se debería estar trabajando, por ejemplo, en encuestas para padres de familia, para conocer su opinión sobre el regreso, y en base en ello diseñar la estrategia. ¿O para este tema no están invitados a opinar? Ya se debería estar en marcha para cualquiera que sea la situación, por si hay un regreso presencial, por si hay un regreso hibrido, por si no hay regreso y se sigue trabajando a distancia, etc.; creo que si tanto importa al gobierno federal la educación de los niños, adolescentes y jóvenes, la manifestación tangible es en concreto, la preparación de las escuelas, las reparaciones necesarias, los insumos necesarios sin escatimar en presupuesto, la planeación y el diseño una estrategia oportuna y pertinente que privilegie la educación de los estudiantes. Pero todos dependemos entonces de un semáforo epidemiológico que se pinta de colores, dependiendo la situación próxima.
No cabe duda que la transformación que nos prometió el presidente, está cada vez más lejos de hacerse realidad, esto más bien está deformándose y convirtiéndose en una pesadilla de la que no saldremos pronto, ni bien librados, pues los muertos por covid-19 siguen en aumento, y las medidas de seguridad cada vez son menos seguras. Los padres de familia no podemos permitir vacilaciones con la salud de nuestros hijos, digamos sí al regreso a clases, ¡pero con vacunas para todos!
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