MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El sindicalismo necesario El ejemplo del Sindicato “Benito Juárez”

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La clase obrera mexicana es de las más explotadas del mundo, la que sufre de las jornadas de trabajo más largas y extenuantes y los peores salarios. El origen de tal situación, indiscutiblemente, está en la naturaleza explotadora de todo sistema capitalista, con el que la riqueza social se concentra y acrecienta en manos de los acaparadores de los medios que sirven para producir, a costa de tener casi en la miseria a los trabajadores.

También esta situación de ignominiosa explotación que sufren los obreros mexicanos encuentra las razones para ser más grave en que prácticamente desde su aparición como clase social en la época moderna, nació controlada por los patrones y sus gobiernos. En efecto, a pesar de las importantes gestas que protagonizó incluso desde la época colonial, como la primera huelga de trabajadores mineros de Real del Monte cerca de Pachuca, Hidalgo, en 1766, y hasta antes de la revolución, con las heroicas batallas que libraron los mineros de Cananea en Sonora y los obreros textiles de Río Blanco, Veracruz, pero de las cuales no alcanzó a madurar como clase con conciencia plena de sus intereses, la burguesía, como nueva clase explotadora que se erigió como dominante al triunfo de la revolución de 1910-1917, comprendió que era necesario mantener domesticada a la clase obrera a través del control de sus líderes y organizaciones sindicales.

Fue así como nació, se extendió y fortaleció esa lacra que, junto con los patrones y sus gobiernos, forma la trincha de dominio sobre el obrero con el charrismo sindical.

Los patrones explotan al obrero porque así acrecientan su riqueza y porque esa es su naturaleza económica de clase explotadora; los gobiernos al servicio de los capitalistas, montan la guardia protectora del orden burgués y dictan leyes para mantener controlados a los obreros. ¿Y los trabajadores? los trabajadores no tienen ni siquiera a la mano su única arma de resistencia y defensa que debería ser su organización en sindicatos porque estos están controlados por los líderes espurios al servicio de patrones y gobiernos.

No por otra cosa, los obreros que ven más claramente esta realidad dicen: “charro, gobierno y patrón, son el mismo cabrón”

Por esa degeneración que han sufrido los sindicatos en manos oficiales y patronales, los obreros ven en ellos otros tantos enemigos de sus intereses y muchas veces le tienen más miedo al líder charro del sindicato que a los empleados al servicio directo del patrón. Incluso, en el colmo de las confusiones llegan a pensar que ese líder charro, ese ser despreciable que los negocia, los engaña, los amenaza y les saca cuotas es, el sindicato. O sea que llegan a confundir lo que debería ser una de sus armas de lucha, con un sujeto que se aprovecha de ellos.

Todo esto trae como consecuencia que los obreros no sepan de sindicatos y le teman a la lucha, por ello están sumidos en la resignación con salarios miserables y nulas prestaciones.

La única alternativa inmediata contra esta situación está en devolverle al sindicalismo y a la lucha sindical su calidad de afilada arma de lucha inmediata, de resistencia frente a los capitalistas, pero también de escuela para luchas de mayor trascendencia. Mientras exista el capitalismo que obliga a los obreros con el látigo de la necesidad y el hambre a vender su fuerza de trabajo al que se ha adueñado de los medios de producción, la lucha de resistencia de los obreros será una necesidad.

Queremos por eso narrar brevemente la experiencia del Sindicato “Benito Juárez” de los trabajadores de minas a cielo abierto de caliza, dolomita y otros minerales no metálicos en el estado de Hidalgo, quienes en sus más recientes revisiones salariales llevadas a cabo ante el Tribunal Laboral local obtuvieron en promedio en las empresas donde son titulares de Contratos Colectivos de Trabajo, un 9.5% de aumento directo al tabulador, en la terrible situación que vivimos, de raquíticos aumentos contractuales.

*Ya desde hace años, los trabajadores dieron una lucha decidida por librarse de los líderes charros que los dominaban y sometían para servicio de los patrones. Lograrlo no fue fácil: hubo de enfrentar despidos y derrotar amenazas de represión. Para ello entre todos se defendieron mutuamente como un solo hombre: el despido y la amenaza a uno, era un ataque a todos y de esa manera los enfrentaron, con unidad, organización y mucha valentía. Así obtuvieron su victoria. Y desde entonces, sus luchas inmediatas las desarrollan con decisión inquebrantable sin temor a hacer uso del derecho de huelga cuando se ha presentado la necesidad.  Es decir, lograron una férrea decisión para luchar con unidad y con valor.

*Desde que lograron su independencia sindical, en asambleas y reuniones completamente democráticas discuten sus asuntos y toman acuerdos; elaboran sus peticiones y calculan colectivamente las posibilidades de alcanzarlas con las empresas con las que tienen Contratos Colectivos de Trabajo. También, en un ejercicio completamente democrático eligen, cada determinado tiempo, a sus representantes sindicales y a sus comisiones revisoras de salarios y prestaciones. Es decir, en su sindicato hay verdadera democracia sindical.

*Y para que su organización sindical tuviera fortaleza y no recayera en los vicios o males que sufrieron en el pasado, hubieron de fincarla y echar nuevos cimientos sobre la base de fortalecer su conciencia de clase estudiando la historia del movimiento obrero para aprender de esas experiencias, estudiar la economía y los elementos que intervienen en la producción pues, la base de toda la sociedad está en los procesos económicos. Es decir, buscan siempre alimentar y fortalecer su conciencia de clase.

Estas son, sin duda, las bases fundamentales de una auténtica lucha sindical que debe ser ejemplo para todos los obreros de México, y son pruebas de que sí es posible sacudirse el control charril que tanto obstaculiza la lucha obrera.

Y aun con todo esto, los trabajadores organizados en el Sindicato “Benito Juárez” han ido comprendiendo que la pura lucha económica inmediata, por más consecuentemente que se lleve a cabo, no acabará con su situación de clase explotada, que con ella se logra en el mejor de los casos, un mejor pago que, sin embargo, con el paso del tiempo y por la voracidad del capital, quedará reducido a sólo poder vivir al día, sin poder salir de ese círculo vicioso en que está metido: vender su fuerza de trabajo para vivir con lo indispensable y tener que seguirla vendiendo día tras día en este mundo que no tiene un mejor mañana para el trabajador.

Van comprendiendo que la sociedad actual, el capitalismo, está diseñado para enriquecer sólo a unos cuantos y condena a los trabajadores y a sus hijos a trabajar sin descanso, a pagar impuestos y a sufrir leyes que nunca le fueron consultadas y que lo condenan de por vida a ser un esclavo asalariado. Que para acabar con esto hace falta un cambio desde la raíz en la sociedad, un verdadero cambio en el orden económico y social para establecer uno nuevo donde los que producen la riqueza social sean los que la disfruten y donde no haya ni explotados ni explotadores.

Por todo ello, salud a los obreros organizados en el Sindicato “Benito Juárez” del estado de Hidalgo. Y a continuar con su lucha ejemplar para hacer de México un país más justo para todos los trabajadores.

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