Nuevo León se encuentra en un momento propicio para reflexionar sobre la distribución de la riqueza que producen los obreros junto con los medios de producción y el camino que pueda conducir hacia un crecimiento económico sostenido, con crecimiento inclusivo y creación de empleo, empleos bien pagados en sus distintas categorías.
Para lograrlo se necesita inversiones en infraestructura, así como los medios de producción cumplan un rol clave. En un contexto de espacio fiscal abierto e inclusivo, planear y priorizar cualquier inversión en función de su capacidad para generar empleos y tener un efecto multiplicador en toda la economía, se vuelve una prioridad.
Como forma de avanzar financieramente el gobierno que encabeza el doctor. Samuel Alejandro García Sepúlveda ha estado promoviendo políticas de inversión que estimularan la demanda y la creación de empleos a corto, mediano y largo plazo, por supuesto creando activos a largo plazo, contribuyendo así a la productividad y al crecimiento de las generaciones futuras.
Se evaluaron las oportunidades de inversión en agua y saneamiento, en rutas y medios de movilidad y autopistas, en cuidar el medio ambiente al generar energías del tipo que sean renovables y no, y más allá de los sectores de infraestructura y que, cuando se trata de promover el crecimiento, no todas las inversiones son iguales.
Es decir, las inversiones que generan empleo y crecimiento a corto plazo pueden no necesariamente conducir a un crecimiento sostenible a largo plazo, y, por otro lado, las inversiones en infraestructura tecnológica necesaria para aumentar la productividad y el crecimiento a largo plazo no ayudan a promover un alto nivel de empleo a corto plazo.
Las inversiones públicas tienen el potencial de generar empleos al poner a las personas en movimiento y darles un salario digno; al requerir equipos y materiales que, si se producen localmente, crean otro círculo virtuoso de generar trabajos indirectos; y al motivar el gasto que se destina a proveedores servicios.
Sin embargo, con el tiempo, esas inversiones también pueden crear pasivos, como el costo operativo y de mantenimiento, o el impacto ambiental y social de los recursos y factores de producción que implican cierto estancamiento. Con el tiempo, estos costos pueden ser absorbidos por el crecimiento económico que generan, pero solo si se mantienen y operan eficientemente. De lo contrario, pueden convertirse en un lastre para la economía. Rehabilitar una ruta cada 10 años que no se ha mantenido puede costar entre 5 y 10 veces más que si se la mantiene adecuadamente a lo largo del tiempo.
Muestra de una inversión significativa es la planta de Tesla que está proyectada en Nuevo León, será la fábrica de autos eléctricos más grande del mundo y tendrá una inversión de 5 mil millones de dólares, una mega inversión que requiere generación de energía con trabajadores altamente calificados.
A su vez, necesita la construcción de autopistas con uso intensivo de combustible para asfalto y procesos de construcción muy mecanizados que generaran empleos a partir de los proyectos de expansión, además el suministro de agua y saneamiento, proyectos de mantenimiento y rehabilitación de caminos rurales que requieren trabajo intensivo y con trabajadores dispuestos a realizar la faena a cambio de salarios dignos. Este tipo de trabajo son los que generan más empleos en el corto plazo, empleos que se requieren más allá de los apoyos directos que da el gobierno federal de la 4T.
Un conjunto diverso de inversiones se necesita para contribuir a la productividad industrial y agrícola que para mejorar la eficiencia de la economía de la información y los servicios.
Este tipo de inversiones necesarias a nivel nacional y en acuerdos internacionales, como satélites, fibra óptica y expansión de internet; actualización del sistema de energía; trenes, puertos y enlaces intermodales contribuye al aumento de la productividad, el crecimiento y empleos de mayores ingresos a mediano y largo plazo. Además, estimular la creación de empleo durante la construcción y la ejecución del proyecto.
La creación de empleo a corto plazo y el crecimiento a largo plazo pueden estar en conflicto si no existe un plan en marcha y no se destinan recursos para administrar esos activos a lo largo del tiempo. Por el contrario, se pueden mapear e ir de la mano si los objetivos de la política son claros.
Es evidente que el gobierno en sus distintos niveles, pero sobre todo a nivel federal puede y debe contribuir a planear, priorizar, seleccionar y diseñar proyectos, a establecer programas de operaciones y mantenimiento a mitigarlos impactos ambientales y sociales e involucrar al sector privado, se puede proponer que el sector privado entre a financiar en el corto plazo si se le proporcionara un régimen de inversión claro, que traiga consigo financiación, innovación y tecnología.
La riqueza y la variedad de recursos de Nuevo León son bien conocidos, incluyendo el enorme capital humano que su gente aporta al desarrollo y al futuro del país. La mejor manera de potenciar estos recursos para retomar el crecimiento y la creación de empleo es a través de planes federales y estatales que aborden de manera realista las restricciones de inversión y apunten a aquellas inversiones que tienen el mayor impacto.
Este es un trabajo que puede comenzar ahora, juntos tanto la clase trabajadora consiente y educada, en suma, con toda la empresa privada y con una dirección clara de nuestros gobernantes, siempre pensando en proteger a los más desvalidos con jornadas laborales justas y bien remuneradas.
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