MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En 2025, más recortes al gasto público, regalo de la 4T

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El proyecto de egresos del gobierno federal, es decir, en qué gastará el gobierno los más de 9.3 billones de pesos que recibirá en el año fiscal 2025, prioriza el ajuste fiscal con un recorte al gasto público, afectando sectores clave como salud, educación y medio ambiente. Por el contrario, el pago de la deuda pública y sus intereses, transferencias monetarias y pensiones consumen el 80 % del presupuesto, dejando poco margen para inversión en sectores estratégicos.

Es decir, el gobierno federal propone gastar en 2025 mayores recursos en el servicio de la deuda (5.4 % más en comparación anual) que en inversión, salud y educación, así como en cultura y medio ambiente.

Es evidente que la mayor parte del presupuesto sigue beneficiando a los sectores menos productivos, mientras se recortan áreas vitales para el desarrollo social y económico.

Y recordemos que, en la actualidad, el 85 % de los ingresos gubernamentales procede de la recaudación del ISR aplicado a los ingresos y del IVA retenido al consumo, entre cuyos contribuyentes importantes radican las pequeñas compañías; pero, sobre todo, los asalariados. 

Las grandes empresas y los supermillonarios de México prácticamente no pagan impuestos. Todo trabajador formal debe pagar 32 % de ISR (Impuesto sobre la Renta), es decir, 32 pesos de cada 100 que gana, y todos los consumidores de cualquier mercancía debemos pagar 16 % de IVA.

El analista económico y financiero Kristóbal Meléndez compartió con la revista de circulación nacional Buzos que:

“Los trabajadores contribuyen más que las empresas a los impuestos […], realmente quien está pagando y manteniendo las políticas públicas principalmente son los trabajadores, no las empresas”.

Ahora las cosas se agravan: antes un porcentaje importante de los recursos provenía de los ingresos petroleros, pero ahora se produce menos y los precios del crudo cayeron. Si a esto le agregamos la política de apoyo a Pemex (implementada por AMLO), que se ha vuelto un verdadero barril sin fondo, entonces la solución será más impuestos y menos recursos para cubrir las necesidades de los mexicanos.

Además, como vemos, la carga del gasto de todas las becas y tarjetitas está recayendo en las espaldas de los que sí trabajan, de los que tienen un empleo formal, pues el gobierno se sigue negando a cobrarles impuestos a los ricos de México: neoliberalismo puro.

En el próximo año, de acuerdo con el PEF (Presupuesto de Egresos de la Federación) propuesto, el gobierno gastará más, mucho más, en el pago de la deuda:

“Para el siguiente año, se espera que el costo financiero de la deuda sea de 1.38 billones de pesos, 5.4 % más en comparación anual. Con ello, el servicio de la deuda se ubicará en 3.8 % del Producto Interno Bruto (PIB), un nivel históricamente alto” (El Economista).

También vemos importantes incrementos para la Secretaría del Bienestar (tarjetas y becas); Defensa Nacional, Energía, Entidades no Sectorizadas y Seguridad de Protección Ciudadana, es decir, policías y más policías en sus diferentes sectores o categorías.

Y, a pesar de los incrementos permanentes en el sexenio de López Obrador, la delincuencia sigue a la alza. Mientras en estos rubros se gastará más, en otros, consecuentemente, se gastará menos; en los que son urgentes para la ciudadanía. Este recorte al gasto público se verá en diferentes sectores clave para nuestro desarrollo social. Por ejemplo:

1. La inversión presenta una caída de 14 % en comparación con lo aprobado para 2024, cuando el gasto se disparó ante el argumento de terminar las obras faraónicas y, hasta ahora, sin mucha utilidad, del sexenio de López Obrador. El gasto en inversión se ubicará en un nivel de 2.8 % del PIB. Y sin inversión no hay crecimiento económico.

2. En la atención de la salud de los mexicanos, los recursos caerán 11 % (918 mil 447 millones de pesos), 2.5 % del PIB, su menor nivel desde 2019, cuando llegó a México la pandemia del covid-19. Además, continúa por debajo de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 6 % del PIB.

3. En educación, donde de por sí ya estamos muy mal, con una pérdida de matrícula de un millón 600 mil estudiantes en el sexenio anterior, ahora el gobierno propone un nuevo recorte de 1.2 % en comparación con lo aprobado para el año que corre. Así, los recursos totales con los que se contará serán de 1.1 billones de pesos, es decir, 3.2 % del PIB.

4. En cultura, el recorte es de alrededor del 30 %, siendo este uno de los sectores más afectados de los últimos años.

5. Para la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el recorte será del 40 % respecto de lo aprobado para 2024.

Quizás muchos nos preguntemos, por qué se generó una deuda pública tan grande; deuda que, de acuerdo con especialistas en el tema, es superior, por mucho, a la generada en la crisis de 1994.

Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, Iván Benumea, coordinador del Programa Justicia Fiscal en Fundar México, señaló que “la administración de Manuel López Obrador se endeudó en un 5.9 % del Producto Interno Bruto (PIB)”. Asimismo, Jorge Cano, de México Evalúa, indicó a Buzos:

“En el sexenio de Enrique Peña Nieto, el déficit estaba en 2.5 % del PIB; al cierre de 2024, tras el sexenio de AMLO, cerrará en 5.9 % del PIB, es decir, que se está triplicando el déficit requerido anualmente para que el gobierno opere”.

Toda esta deuda generada y sus respectivos intereses tiene su origen en el gasto irracional en los proyectos prioritarios y caprichos de López Obrador: Refinería Dos Bocas, que hasta hoy sigue sin refinar ni un solo litro de gasolina; Tren Maya, AIFA y el pago de los miles de millones de pesos invertidos en el aeropuerto cancelado de Texcoco; en la compra de votos y conciencias a través de las transferencias monetarias, así como en los millones perdidos por la corrupción, etcétera.

Además, en la negativa del gobierno federal a aplicar una reforma fiscal progresiva que obligue a pagar más impuestos a quien más gana. El gobierno de la 4T nos está cobrando sus errores y su política de sostenerse en el poder a costa de lo que sea.

Es obvio, como señalan los propios especialistas, que los recortes a rubros prioritarios afectarán el bienestar de la población. “Con estos recortes se puede profundizar la parte de desigualdades y la parte del debilitamiento institucional”.

Cada mexicano deberá 138 mil pesos el siguiente año. Para reducir el déficit fiscal existen fundamentalmente dos alternativas: incrementar la recaudación o bien recortar el gasto público, y esto último es lo que está haciendo el gobierno federal, con el beneplácito de los diputados de Morena y sus partidos satélites.

De estas nada alentadoras cifras debemos concluir que la solución no está en los gobiernos neoliberales, independientemente del color que se pinten, sino en un verdadero gobierno del pueblo.

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